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jueves, 29 de julio de 2021

A vueltas con lo mismo (yI)

 Prescindiendo de esta resistencia activa, que se manifestó en forma de levantamiento o insurrección frente al pueblo conquistador, el mundo indígena puso en marcha a lo largo de todo el periodo español otros diversos mecanismos de oposición al orden impuesto por los castellanos en suelo americano. No fue una oposición. No fue una oposición encarnizada y directa en la que el enfrentamiento se dirimiese con las armas, sino una actitud individual -y no pocas veces también colectiva- de abandono, de odio al invasor e incluso de deserción del propio grupo o comunidad étnica. Frente a las brutales consecuencias que derivaron del choque con la nueva realidad, en la que -como expresaba el Libro del Chilam Balam- <<mancillada está la vida y muere el corazón de las flores>>, hay abundantísimos testimonios de esa actitud que no dudamos en calificar como resistencia pasiva, que no pocas veces se manifestó en su forma más radical: el abatimiento propio, el suicidio y la muerte. Hay constancia de ello en todas las provincias indianas. Los informantes son a veces los propios aborígenes, y en estos casos las vivencias son muy directas. Pero también aluden al fenómeno los españoles, tanto religiosos como funcionarios y, sobre todo, la mayor parte de los viajeros extranjeros que conocieron en vivo la realidad americana en las décadas que siguieron a la Conquista.

 Ramón María Serrera, La América de los Habsburgo.

Leer un libro de esta categoría -bien documentado y estructurado, resultado de un esfuerzo riguroso de investigación- me produce una profunda tristeza en nuestra coyuntura actual. El porqué supongo que se lo pueden imaginar. El auge reciente del nacionalismo español -en realidad, una puesta al día de las ideas que conformaron y cristalizaron durante el régimen franquista- ha pervertido los términos del debate. En vez de estudiar lo que ocurrió en esa época -y preguntarnos, por ejemplo, por las estrategias utilizadas por la corona hispana para afianzar su dominio-, cualquier estudio deviene arma de combate. Hay que demostrar el error del contrario, cueste lo que cueste, malgastando en ese combate las energías que nos permitirían obtener una clara visión del periodo colonial. Esfuerzos, por otra parte, que en su mayoría resultan hueros, ya que las controversias políticas tienen mucho de guerras religiosas: los creyentes son refractarios a cualquier razonamiento, de manera que las refutaciones sólo sirven para confirmar la fe.

No piense que este magnífico libro de Ramón María Serrera, centrado en la América Hispana de 1492  a 1700, tiene un afán polémico. Su descripción de la conquista del espacio americano y de la consolidación del imperio ultramarino sigue, en líneas generales, lo que otros muchos estudiosos han puesto de manifiesto desde hace, al menos, medio siglo. Forma parte del consenso general y no debería sorprender a nadie. A menos claro que se parta de determinados postulados ideológicos: los de ese nacionalismo renacido, combativo y vocinglero. Según sus tesis, la conquista fue una gloria inigualada que vino seguida de la construcción de un imperio basado en la justicia, sin par en ese aspecto con los que ya habían existido y los que habrían de venir. La substitución de las civilizaciones precolombinas por la occidental, en su versión hispana, habría sido un bien para esa regiones, al remplazar atraso y barbare por cultura y progreso, expresado en ciudades barrocas, universidades, imprenta y religión cristiana.

sábado, 5 de diciembre de 2020

Más allá de nuestro terruño (II)

We may assume that it was the growing popularity of the Noqtavis, and their anti-jurist and even anti-state ideas, which turned the Shah against them. The Noqtavis were persecuted under Tamasp, but it was Abbas's millennial anxieties that persuaded him to eradicate the agnostic heretics. Following his astrologer's advice, and under the pretext of avoiding the ominous celestial conjunction in March 1592, corresponding to the year 1000 of the Hijra calendar, he temporarily abdicated, placing a Noqtavi dervish in his stead. This no doubt was a symbolic move, perhaps mimicking a Nowruz ritual of carnival king (mir-e nowruzi), which in effect aimed to bring about the Noqtavi promise of a new era. In a few days, however, once the supposed ominous millennial conjunction was over, the Shah promptly ordered the execution of the deceived dervish king. In a concerted move, he subsequently went about destroying the community leaders, on charges of heresy and treason. They had been accused of preparing a revolutionary overthrow of the Safavid State, and even of collaborating with foreign powers. Their correspondence with Abol-Fazl' Allami (d.1602), the cellebrated minister to Emperor Akbar (r. 1556-1605), the Mughal ruler of India, reportedly proved the existence of a network of a plot.

Abbas Amanaty, Iran, a modern history

Se puede suponer que lo que puso al Shah en contra de los Noqtavis fue su creciente popularidad, así como sus ideas contrariaras al orden jurídico, incluso contra el estado. Los Noqtavis fueron perseguidos bajo Tamasp, pero fueron los temores de Abbas frente al fin de los tiempos los que le persuadieron a eliminar a esos heréticos agnósticos. Siguiendo el consejo de su astrólogo y bajo el disfraz de intentar evitar la ominosa conjunción planetaria de marzo de 1592, coincidente con el año 1000 tras la Hejira, Abbas abdico de manera temporal en un derviche Noqtavi. Sin duda, ésto fue un acto simbólico, quizás replicando el ritual Norwiz del rey de las fiestas (mir-e nowruzi), que de hecho apuntaba a propiciar la profecía Noqtavi de una neuva era. Tras unos días, cuando la supuesta conjunción del milenio había pasado, el Shah ordenó la ejecución sumaria del rey derviche. En un movimiento coordinado, procedió a eliminar los líderes comunitarios, bajo los cargos de herejía y traición. Se les acusaba de preparar una revolución para derribar el estado safavida e incluso de colusión con potencias extranjeras. Su correspondencia con Abol-Fazl' Allami (muerto en 1602), el famoso ministro del emperador Akbar (reinó de 1556 a 1605), gobernante mogol de la India, se alegó como prueba de la existencia de una conjura.

Les hablaba, en una entrada anterior, del acenso y consolidación del poder Safavida en Irán durante el siglo XVI, bajo su fundador Ismail y su sucesor Abbas. De nuevo, no me cansaré de apuntar el error que cometemos los españoles en contemplar la historia universal a través de las anteojeras de nuestra gloria imperial: en los siglos XVI y XVII se constituyeron otros cuatro imperios universales euroasiáticos, tan poderosos o más que el nuestro. De hecho, la presencia hispano-portuguesa en el Océano Indico y el Pacífico se limitó a zonas marginales -las Filipinas -o plazas comerciales aisladas. Estados como el Japón Tokugawa o la China Ming fueron capaces de imponer férreos sistemas aduaneros y censores que nos vetaron el acceso a esos países. 

Ni España, ni Portugal, ni ninguna otra potencia europea posterior fueron consiguieron obrar a su antojo en la zona - al menos hasta la segunda mitad del XVIII-, sino que tuvieron que bailar al son que les imponían los poderes asiáticos, Éstos nos contemplaban con condescendencia, considerándonos, en el mejor de los casos, como curiosidad exótica, y en el peor, como bárbaros y salvajes. En realidad, el factor decisivo a la hora de fundar y consolidar la presencia comercial Europea en Oriente en el XVI y XVIII no fue nuestra supuesta superioridad militar y tecnológica, sino el hecho de que estos imperios asiáticos eran terrestres, sin mucho interés en mantener una supremacía marítima. Si se lo hubieran propuesto, nos habrían eliminado de un papirotazo, como ocurrió con la plaza portuguesa de Ormuz, tomada por los Savafidas sin mucho esfuerzo a principios del siglo XVII.

sábado, 31 de octubre de 2020

Atrincherados en nuestras mentes (yII)

Los primeros conquistadores (y el propio Cristóbal Colón) buscaban sacar provecho del descubrimiento; para explorar las minas y el suelo, necesitaban mano de obra. Isabel la Católica prohíbe la esclavitud de los indios, exige que sean considerados como súbditos libres de la Corona, jurídicamente iguales a los españoles. Los colonos sortea ese problema: se llega al trabajo forzado, a los &laquo;repartimientos&raquo; justificados por la necesidad de explotar el suelo y el subsuelo y por el rechazo de los indios a convertirse en asalariados. Esto provoca numerosos abusos, contra los que toman posición, sobre todo, los dominicos de Santo Domingo. De ahí las leyes de Burgos (1512-1513): se reglamenta la encomienda para limitar los abusos, pero, de resultas de ello, se da fuerza legal a las prácticas cotidianas.

En teoría, la encomienda se esfuerza en conciliar tres objetivos:

1º El estatuto jurídico del indio, un súbdito libre de los reyes de Espala. El indio encomendado no es jurídicamente un esclavo, el encomendero no es un señor jurisdiccional, tal como existe en España. La encomienda tampoco implica la propiedad del suelo, no es lo mismo que la hacienda.

2º El propósito de la colonización: la evangelización, de la que están encargados los encomenderos.

3º Los imperativos económicos: las prestaciones que los indios encomendados deben a los encomenderos. La encomienda es un poder delegado por la Corona a los colonos, autorizados a percibir tributos y a utilizar la fuerza de trabajo de los indios.

En realidad, las leyes de Burgos no solucionaron nada. Consagraron de derecho una institución de hecho; legalizaron el trabajo forzado, pero los abusos siguen siendo los mismos. Es en este contexto donde hay que situar la acción de Las Casa.

Joseph Pérez. Mitos y tópicos de la historia de España y América.

En una entrada anterior, les comentaba la visión distorsionada de la historia que está intentando imponer la derecha española renacida. El problema no es tanto su intencionalidad política, sino su confianza absoluta en mitos que no tienen fundamento histórico. Se trata de espejismos que, por su sencillez, tienen un gran poder de convicción, pero que nos hurtan la complejidad esencial de todo proceso histórico. Esas luces y sombras consustanciales a todo hecho pasado, que impiden un fácil juicio moral, pero que, a cambio, nos sirven para estudiar con más atención ese tiempo y sus repercusiones. A contemplar, ademas, con las mismas precauciones y distanciamiento nuestro presente, donde no hay explicaciones simples y sencillas, sino infinidad de facetas. La razón puede que no esté de nuestra parte, que estemos equivocados y confundidos, como le acontecía a la gente del pasado.

Como reacción, han aparecido obras de historiadores -de auténticos historiadores- que intentan despejar esos mitos, mostrando como no obedecen a los hechos a los que remiten, sino a reelaboraciones interesadas posteriores. Por ejemplo, la esencialidad de una nación española existente desde la prehistoria, un mito que tiene mucho de las historias de padres fundadores mitológicos del medievo y la edad moderna, caso del Túbal de la Biblia, de quien se decía que había sido el primer poblador de la península; pero que luego fueron reutilizadas durante la fiebre nacionalista del siglo XIX, cuando se buscaba crear células estatales estancas que pudiesen ser diferenciadas basándose en lengua, religión e historia comunes. 

Sin embargo, la tensión actual ha llegado a tal extremo, que libros en apariencia inocentes y neutrales han sido desplazados hasta hacerlos coincidir con uno de los bandos del debate. Tal es el caso de este Mitos y tópicos de la historia de España y América, del hispanista Joseph Pérez, recientemente fallecido. En origen, sólo se proponía aclarar una serie de ideas preconcebidas que todos tenemos sobre el Imperio Español y la expansión por tierras de América, sin pretender ser una obra polémica, mucho menos una de combate. Cosas que, por desgracia, ha acabado siendo, puesto que sus conclusiones se oponen frontalmente a las de esa nueva derecha.

jueves, 21 de marzo de 2019

Historia(s) de España (VI)

El tipo social de mayor importancia histórica fue, sin embargo, el denominado baquiano, que comenzó como cazador de esclavos. La gran demanda de mano de obra indígena, la licencia para capturar caribes antropófagos, el permiso para transportar indios desde las Lucayas a la Española, unido todo ello al pretexto de la guerra justa, contribuyó a la proliferación del cazador de esclavos otorgándole el carácter de un verdadero profesional. Marineros pobres, mineros fracasados, aventureros sin escrúpulos y toda clase de gente que aspiraba a ganar dinero fácil y con rapidez, organizaron compañas o compañías para conducir a los placeres de oro a esclavos indios, vendidos cada vez a mayor precio sin hacer preguntas sobre su origen. Esas cacerías, llamadas entradas, conquistas o - como en la frontera medieval - cabalgadas, fracasaron en las Pequeñas Antillas y en algunos tramos de la costa de Tierra Firme, donde los caribes las rechazaron con éxito, pero dieron buen resultado en otros lugares. Las compañas, financiadas por los empresarios de Santo Domingo, se formaron para explorar, rescatar esclavos o mercancías, o bien cualquier otra actividad legal, y eso hicieron no pocas veces con bien resultado. Sin embargo, en caso de que no ocurriese así y las deudas y los gastos se acumularan, siempre quedaba el recurso de acudir a zonas densamente pobladas por indios pacíficos, capturarlos, llevarlos a cualquier campamento minero y venderlos como esclavos bajo la pretensión de que se habían obtenido en guerra justa. Una cadena de intereses se forjó entre los cazadores de esclavos, los empresarios que los financiaban, los mineros que precisaban mano de obra barata, los funcionarios del rey en la colonia, que no eran inmunes al provecho ilícito y aun al soborno, y finalmente algunos encomenderos absentistas que desde Sevilla y la corte se beneficiaban del sistema y procuraban tender un tupido velo de silencio sobre estos asuntos.

Con el tiempo, hasta los indios más pacíficos se convirtieron en luchadores decididos. Las compañas hubieron de organizarse militarmente, sus tácticas siguieron de cerca el modelo de las cabalgadas medievales de musulmanes y cristianos. Cuando la experiencia de estos cazadores comenzó a neutralizar la ventaja inicial que los indios tuvieron para su defensa como conocedores del terreno, las cabalgadas hicieron uso devastador de su superioridad técnica sobre los nativos, el caballo les proporcionó velocidad y un gran radio de acción; el perro pastor bien entrenado les ayudó a evitar emboscadas, a seguir el rastro de los indios y a aterrorizarlos; la espada y otras armas de acero superaban a las flechas, dardos y macanas de piedra o de madera de los indígenas. Las armas de fuego, escasas, caras y pronto oxidadas en el trópico apenas se usaron. Por idéntica razón, las armas defensivas se aligeraron y adaptaron al clima y a las armas de los nativos: escudos de madera y cuero, corazas de cuero rellenas de algodón, etc..

Guillermo Céspedes del Castillo, América Hispana, Tomo VI de la Historia de España dirigida por Tuñón de Lara.

Ya les he señalado en múltiples ocasiones mi disgusto con la Historia de España que Tuñón de Lara dirigió a finales de los 70, principios de los 80. Los diferentes tomos no acaban de cuajar, sin pasar de mera una colección de extensos artículos recopilados para la ocasión. No ayuda que bastantes de estos tomos sean colaboración entre varios autores, sin que se haya cuidado el revisar los contenidos para que cuadren los unos con los otros, de forma que resulta imposible obtener una visión unitaria del periodo en estudio. Añádanse unas cuantas malas decisiones de partición cronológica y geográfica, que separan de manera estanca los diferentes elementos en liza y relación de la España antigua y medieval; o la tendencia a no explicar, ni siquiera con notas, las muchas citas y referencias obscuras que atiborran el texto, defecto tanto peor cuando se publicó en una época sin internet, en la que era casi imposible obtener esa información externa. Bueno, sí, pero tras arduas búsquedas bibliográficas.

El resultado es una obra desequilibrada, árida, en la que aquí y allá se pueden encontrar tesoros, pero tan aislados y tan difíciles de predecir que casi no merece la pena buscarlos. Salvo en dos ocasiones, curiosamente tomos que estuvieron a cargo de un único estudioso, lo que sirvió para dotarles de esa unidad y coherencia que en otros volúmenes brilla por su ausencia. El primero, dedicado a la España Musulmana, ya lo comenté hace unos cuantas semanas. El segundo, dedicado a la América Hispana, es un ejemplo de como hay que narrar la historia, próximo, en más de un aspecto, a esas historias globales y universales que se han puesto de moda en las últimas décadas. 

Aunque tiene el defecto de no adentrarse en detalle en los hechos concretos, como la historia de la conquista, las luchas entre los conquistadores, las rebeliones indígenas o el complejo de guerras de Independencia, Guillermo Céspedes, su autor, realiza una magnífica labor a la hora de narrar todo lo demás. Un "todo lo demás" que se compone de los fundamentos tecnociéntificos que facilitaron la conquista; las múltiples modalidades en que ésta pudo haberse plasmado y no lo fue, tanto por la acción de los propios conquistadores como la de la corona; la compleja estructuración socioeconómica de las tierras conquistadas, girando alrededor de unas pocas fuentes de recursos, ya fueran los metales preciosos o la riqueza agropecuaria; o las intromisiones de la corona en la vida económica de las colonias, que impidió una imbricación de las mismas en un area multicontinental que uniese las Filipinas, Perú y Méjico, para, por el contrarios, separarlas en entidades aisladas y estancas, dependientes artificialmente de la metrópoli. Prefigurando, en especial tras las reformas ilustradas del siglo XVIII, los estados independientes del XIX.

martes, 5 de marzo de 2019

Historia(s) de España (V)

Durante los años 1520-1556, el emperador toma prestados 28.858.207 ducados y paga en deuda 38.011.170 ducados, que valen 12.254.188.759 mrs (maravedís). Durante el mismo periodo, las remesas montan 34.664.896 pesos de 450 mrs, o sea 15.599.203.200 mrs; los asentistas y banqueros han elegido un interés medio de 17,63% durante el primer tramo 1520-1532, años de aprendizaje; de 21,27% en el segundo tramo 1533-1542, años culminantes; de 27,86% en el tercer tramo 1543-1551, años de incertidumbre, y de ¡48,81%! en el el cuarto tramo 1552-1556, años aflictivos, según la terminología, muy acertada, de Carande. Los mil millones de superávit sobre las remesas quedan absorbidos por los anticipos y el peso de la deuda pública interior sobre las rentas ordinarias de Castilla. Para salvar el bache, se acude a los servicios ordinarios y extraordinarios, respectivamente 2.982 millones de mrs y 1.200 durante los años 1518-1557, y a los subsidios y bulas de cruzada con la benevolencia de la Santa Sede. A fines de 1556, la deuda del tesoro sumaba ¡6.761.276 ducados o 2.555.468.500 maravedís!
Durante el reinado de Felipe II siguen los mismos impuestos, funcionan los mismos mecanismos, pero se agrava el déficit, a la sombra de la exigencias de los banqueros genoveses. 
La situación en 1559, según Modesto Ulloa, es la siguiente. Los ingresos fijos montan 560 millones de mrs y los no fijos 420, o sea, un caudal de recursos de 980 millones. Las remesas de Indias, en 1558, sumaban 241 millones.
En el pasivo, la deuda a largo plazo representa 542.774.361, situados en su su mayoría en las rentas ordinarias. En 1560, el total de los gastos ordinarios asciende a 1.400.000 ducados, y se estiman, en 1558, los recursos y gasots fuera de España en 3.176.000 ducados. La deuda total sumaría ahora 25 millones de ducados. La creación de nuevos derechos - puertos de Portugal y nuevo derecho sobre la saca de lanas, mas la venta de privilegios (333.663.981 mrs en 1558 y 203.865.848 en 1559) - han sido paliativos insuficientes. 

Jean-Paul Le Flem, Joseph Perez, Jean-Marc Pelorson, José María López Piñero, Janine Fayard. La Frustración de un Imperio, Tomo V de la Historia de España dirigida por Tuñon de Lara 

Otro problema grave de la Historia de Tuñón de Lara es la extraña periodización que se realiza en sus tomos. En este, por ejemplo, se historia el periodo que va desde la ascensión al trono de los Reyes Católicos hasta el final de la guerra de Secesión. Se trata de casi 250 años, plenos además en acontecimientos transcendentales para la historia patria y que aún se siguen discutiendo con pasión y encono. El resultado es que al final, el análisis no puede ser otra cosa que somero, sin poder profundizar, casi ni apuntar, en la resolución de tantos infundios y mitos históricos que ahora, en nuestro confuso presente, muchos toman como dogma de fe. Defecto aún más lamentable porque, a pesar de las constricciones de espacio a las que se ven sometidos los textos, algunos son de altísima calidad.

Por ejemplo, los dedicados a la política fiscal y financiera de los Austrias. Un tema que no es baladí, puesto que, en gran medida, la historia de los Austrias es la crónica de como intentaron financiar sus múltiples compromisos y aventuras militares, sin poder llegar jamás a encontrar una solución viable que no llevase de manera indefectible a la bancarrota del estado. Al final, el presupuesto de la corona se consumía casi íntegro en pagar intereses de prestamos y deudas, hasta el extremo de que, en ocasiones, se había comprometido con antelación el presupuesto a varios años vista. Sin quedar recursos y fuentes de ingresos para cubrir los gastos ordinarios, mucho menos los extraordinarios.

martes, 24 de julio de 2018

Perdido

Lorenzo Lotto, Retrato de un caballero joven

Supongo que ya les he comentado varias veces como varían las apetencias artísticas a medida que se envejece. Uno acaba por apartarse de los grandes maestros, un poco hastiado de encontrárselos por todas partes, y toma cariño por figuras de segunda fila, cuya obra ha quedado en la penumbra. Se pueden poner muchas excusas para justificar estas preferencias, pero lo cierto es que detrás de ellas se oculta un solo deseo: el de volver a enamorarse con pasión de una obra de arte, el dejarse arrebatar por el torbellino del descubrimiento repentino, aunque quizás el objeto no lo merezca y antaño ni le hubiéramos dedicado una sola mirada. Ese es el objetivo, pero, para serles sinceros, debo confesarles que rara vez se alcanza. Al final, a estas edades, sólo se puede remedar lo ya sentido, extraer los sentimientos del almacén en el que duermen, vestirse con ellos, aparentar.

Dejemos a un lado las confesiones. Esta introducción era sólo para que entendiesen el poderoso atractivo que exposiciones como la de Lorenzo Lotto, abierta recientemente en El Prado, ejercen sobre mí. No es que el nombre de este artista sea desconocido para el aficionado. Cualquiera que se haya preocupado por la pintura veneciana recuerda un par de retratos magníficos, de ésos que te llevan a querer ver más, a descubrir el artista detrás de esas maravillas, a confirmar que esos logros no eran una excepción, un golpe de suerte. Esta exposición permite cumplir ese deseo, al explorar la obra de este pintor veneciano en profundidad, abarcando toda su biografía y sus diferentes etapas estilísticas.

sábado, 22 de julio de 2017

Hacia el futuro

Lambert Sustris

Para todos los que hemos sido educados en  la idea del impresionismo como conclusión y semilla de la pintura europea, la escuela veneciana, considerada así como precursora de ese movimiento, ocupa un lugar especial. En esta concepción, el conflicto entre color y dibujo, nacido con el renacimiento, se dirime a favor del color, que lleva necesariamente a la mancha, y de allí a la abstracción. Las aspiraciones originales del renacimiento toscano y romano quedarían por tanto un tanto a trasmano. Casi como una vía muerta que sólo llevaría, siglos más tarde, al gélido esplendor del neoclasicismo y a la rigidez risible de tanta pintura decimonónica, de ésa que sólo servía para cubrir paredes desnudas en los ministerios.

Pueden imaginarse, por tanto, que recibí con especial emoción la noticia de que la Thyssen iba a organizar una exposición dedicada a la pintura veneciana del renacimiento. Después de ver El Renacimiento en Venecia: Triunfo de la belleza y destrucción de la pintura, que así se llama, les puedo decir que la exposición no defrauda y que en ella hay un buen puñado de obras maestras, además de algunos descubrimientos inesperados. Podría haber sido mucho mejor, es cierto, pero para ello habría necesitado más salas, precisamente con las que no cuenta desde que la Fundación Cajamadrid echó el cierre con la crisis. Aunque si finalmente la condesa Thyssen hace las maletas y se lleva su colección, van a tener espacio de sobra para alquilar en el museo.

No obstante, sí que les tengo que decir que la dejé con un cierto regusto amargo. Aunque la muestra es claramente una celebración de ese momento cumbre de la pintura europea - que se lo digan sino a Tiziano, Veronés y Tintoretto -, no me acaba de cuadrar ese ".. y destrucción de la pintura" con que se cierra el subtítulo de la exposición y concluye su recorrido. Dicho así, da la impresión de que la aventura de la pintura veneciana acabó en fracaso, en callejón sin salida, al que le habría conducido su búsqueda sin freno de la expresividad basada en el color, dejando de un lado el dibujo.

jueves, 30 de marzo de 2017

La red y la expansión (V)

Von 1520 bis 1600 lassen sich mindestens 17 größere Epidemien in der Neuen Welt identifizieren. 1518 tötete die erste Pockenepidemie eine großen Teil der Einwohner von Española soweit sie nicht bereit an einer 1493 mitgebrachten Grippe gestorben waren. Anschließend dezimierte sie 1520 die aztekischen Verteidiger von Tenochtitlán und suchte Südamerika und das südliche Nordamerika heim, noch bevor sich die Europäer dort hatten blocken lassen. Der Inka Huayna Capac soll 1525 daran gestorben sein. Im Peru ist die gedrängt siedelnde  Küstenbevölkerung fast völlig verschwunden und durch Weiße und Afrikaner ersetzt worden, während die verstreuter lebenden Hochlandindianer sich relative besser gehalten haben.- ansteckungsträchtige  Kontakte waren hier seltener
Auch die Bevölkerungsverluste im Bereich der Pueblokuktur der nordamerikanischen Südwestern und der Mississippikultur der Südostens sollen so hoch gewesen sein, dass die Ordnung der  Letzteren sich auflöste und durch neue Verbände von Überlebenden ersetzt wurde. De Soto traf um 1540 im heutigen Südkarolina verlassen und überwucherte Städte an. An der nördlichen Atlantikküste trat die erste Epidemie 1616 bis 1618 auf; einige Stämme wie die Massachusett oder Wampanoaq verloren damals kurzfristig 90 Prozent ihrer Angehörigen. Im Gebiet der Großen Seen begann es 1633; 1639/49 reduzierte eine Pockenepidemie die 21.000 Huronen an die Hälfte.

Wofgang Reinhard, Der Unterwerfung der Welt (la apropiación del mundo)

De 1500 a 1700 se pueden identificar como mínimo 17 grandes epidemias en el nuevo mundo. En 1518 una epidemia de viruela acabó con gran parte de los habitantes de La Hispaniola, de aquéllos que no habían muerto en la epidemia de Gripe de 1493. Posteriormente, en 1520, diezmó a los defensores aztecas de Tenochtitlán y se hizo fuerte en Sudamérica y el sur de Norteamérica, antes incluso de que los Europeos hiciesen sentir su presencia allí. El inca Huayna Capac debió morir de ella en 1525. En Perú, la zona densamente poblada de la costa quedó casi completamente deshabitada y tuvo que ser repoblada por blancos y africanos, mientras las poblaciones dispersas indígenas del Altiplano lo soportaron mejor - lo contactos que llevaran al contrario eran allí más raros.
Las perdidas de población en el ámbito de la cultura Pueblo del suroeste  norteamericano y de la cultura del Mississippi del sudeste deben haber sido también tan altas, que el orden social de los supervivientes se vino abajo y tuvo que ser substituido por nuevas formas sociales. En la costa atlántica del noreste se produjo la primera epidemia de 1616 a 1618, algunas tribus como los Massachusett o los Wampanoaq perdieron a corto plazo un 90 por ciento de sus miembros. En la cuenca de los grandes lagos comenzó en 1633, una epidemia de viruela de 1643 a 1649  redujo a la mitad a los 21.000 hurones.

En entradas anteriores, les comentaba las grandes dificultades de la expansión marítima europea en los mares de Asia y sus parcos resultados, medidos en territorios conquistados. a principios del XVII la presencia de portugueses, españoles, holandeses, ingleses y franceses se reducía a unos pocos enclaves e incluso se podía decir que se había reducido con respecto a su máximo a finales del XVI. Japoneses y Chinos habían conseguido cerrar sus fronteras y expulsar a estos molestos recién llegados, tolerándolos sólo allí donde les podían hacer falta y en los términos dictados por esos grandes imperios. En el resto, la presencia Europea sólo se había mantenido pujante por el desinterés marítimo de los grandes imperios asiáticos, demasiado ocupados por las campañas y guerras terrestres. De hecho, el único logro de esta primera expansión europea fue precisamente la construcción de una red de comunicación marítima mundial controlada por Occidente, pero para que este factor pesará de forma decisiva en la balanza habría que esperar al siglo XVIII y la supremacía bélica de los ejércitos europeos.

Esa supremacía no existía en el siglo XVI, de forma que las aventuras militares europeas en África y Asia solían terminar en desastres sin paliativos o tensos puntos muertos sin posibilidad de expansión. Añádase que la propia Europa se encontraba bajo asedio en el siglo XVI, amenzada por una expansión otomana que había alcanzado las puertas de Viena y había convertido el Mediterráneo, de nuevo, en un lago musulmán. Por eso, resultan tan llamativas e inesperadas las conquistas españolas en América, que sólo cabe calificar de cataclísmicas y que parecen desafiar toda explicación. Por ofrecer algunos datos comparativos, entre 1520 y 1540,  en el espacio de una generación, los conquistadores españoles se hacen con los imperios azteca e inca; mientras que hacia 1580, en el espacio de la vida de un hombre, han completado la conquista del espacio americano.

sábado, 18 de marzo de 2017

La red y la expansión (IV)

Dennoch stellt sich spätesten hier die Frage nach den Gründen für die notorische Überlegenheit der zahlenmäßig noch lange weit unterlegenen europäischen Truppen über die einheimischen. Ausschlaggebend war letztlich nicht die technische  Vorsprung, sondern die Kontrolle und Versorgung der Truppe. Bis ca. 1770 verfügten die Europäer zwar  über weit bessere Kanone und Gewehre, die einheimischen Fürsten hatten damals überhaupt keine richtige Feldartillerie. Bei Plassey und danach bai Buxar spielte das eine große Rolle. Aber mit Hilfe der Franzosen und anderen Europäern sowie von Deserteuren holten die Inden rasch auf, obwohl die E.I.C das artilleristische Knowhow geheim zu halten versucht hatte. 1786 waren in Mysore produzierten Musketen den britischen ebenbürtig, und die Engländer übernahmen ihrerseits sogar die dort entwickelten Raketen. Die europäischen Angehörigen der Companietruppen stellten zunächst eher eine negative Auslese dar. Die Mehrzahl bestand ohnehin aus Indern, der sogenannten Sepoy, zu diese Rekrutierung sich die E.I.C das vorläufig reiche Angebot auf der militärischen Arbeitsmarkt Indien geschickt zunutze machte. Ein typische Infanterieregiment bestand 1806 aus 46 britischen Offizieren und Unteroffizieren und 280 indischen Soldaten. Klare Befehlshierarchie und  europäischer Drill dieser Truppen befähigten Infanterie und Artillerie zu disziplinierten Operationen und zu einer relativ hohen Feuergeschwindigkeit, die Indischen Heeren zunächst völlig abging. Diesen fehlte die straffe Führung. Sie bestanden aus einem Konglomerat von Kontingenten einzelner vom Oberbefehlshaber abhängiger Führer, mit deren Loyalität und persönlichem Mut die Schlacht stand und fiel, wie sich am Plassey gerade demonstrieren lässt 

Wolfang Reinhard, Die Unterwerfung der Welt (La conquista del mundo)

No obstante, se presenta aquí la cuestión de las bases de la evidente supremacia de las tropas europeas sobre las indígenas, a pesar de la inferioridad numérica de aquéllas durante largo tiempo. Lo decisivo no fue en última razón  los adelantos técnicos, sino la disciplina y aprovisionamiento de las tropas. Hasta aproximadamente 1770 los europeos disponían de mejores cañones y fusiles, los príncipes del país no tenían entonces, por lo general, una artillería de campaña. En Plassey y luego en Buxar, esto jugó un gran papel. Sin embargo, con ayuda de los franceses y otros europeos, así como de desertores, los indios se pusieron rápidamente a la altura de los ingleses, aunque la E.I.C (la compañía de las Indias´) había intentado ocultar el conocimiento técnico. En 1786 se fabricaban mosquetes en Mysore comparables a los británicos y los Ingleses por su lado adoptaron incluso los cohetes allí desarrollados. Los miembros europeos de las tropas de la compañía tenían al principio más bien una pobre representación.  La mayoría la formaban los indios, los llamados Cipayos, para cuyo reclutamiento la I.E.C hacía uso de la rica oferte del mercado de trabajo militar en la India. Un regimiento típico de infantería se componía en 1806 de 45 oficiales y suboficiales británicos, junto con 280 soldados indios. Una cadena de mando clara y una instrucción a la europea capacitaba a esa infantería y artillería para realizar maniobras disciplinadas y mantener una alta tasa de fuego, que al principio diezmaba a los ejércitos hindúes. A estos les faltaba una dirección estricta. Se componían de un conglomerado de contingentes cada uno con su mando particular al servicio del príncipe, de cuya lealtad y valor personal dependía la batalla, como quedó demostrado en Plassey

Ya les he comentado en otras entradas, que para la historiografía ibérica la fecha decisiva en el despegue de Europa es 1500. Durante el siglo XVI, no sólo se incorporó América central y sur al ámbito de la cultura occidental, sino que se construyó la primera red comercial que englobaba al mundo entero, interconectando sus economías y volviéndolas dependientes unas de otras. Sin embargo, de mis lecturas recientes sobre The Great Divergence, al decir de los historiadores anglosajones, he tenido que reconocer que hay otro momento de igual importancia en la construcción de la supremacía europea: El siglo XVIII.

La diferencia entre la expansión europea del siglo XVI y la del siglo XVIII se puede resumir de manera muy simple. En el siglo XVI, Europa se puso al nivel del resto de culturas Euroasiáticas, como el Imperio Otomano, el Imperio Mogol de la India o las dinastias Ming/Quing de la China. Sin embargo, su presencia en el Océano Índico y el Extremo Oriente se limitó al control de las vías comerciales marítimas y al establecimiento de factorías comerciales aisladas. Cualquier intento de Los imperios orientales contaban con recursos humanos casi inagotables, o al menos muy superiores a lo que Europa podía mandar a Oriente, y supieron asimilar pronto las innovaciones técnicas bélicas creadas en Europa, como fusilería y artillería.

martes, 21 de febrero de 2017

La red y la expansión (II)

Aber Johann hat ein drittes Eisen im Feuer. Ebenfalls 1487 schickte er zwei Späher aus, die als Moslem verkleidet die Islamische Barriere überwinden sollten. Das Florentiner Bankhaus Marchioni war an der Finanzierung des Unternehmens beteiligt. Alfonso de Paiva hatte Briefe an der Priester Johannes dabei, den man inzwischen mit der Negus im Abessinien identifizierte. Pero da Covilha, ein sprachenkundiger Abenteurer, den man heute wohl als berufsmäßigen Geheimagenten bezeichnen wurde, sollte Indien erkunden. In Kairo trennten sich; de Paiva starb bald danach. Da Covilha fuhr auf den Seeweg nach Indien, erkundete die Malabarküste und das Gewürzgeschäft auf das genaueste und muss auf dem Rückweg den Persischen Golf und die afrikanische Ostküste besucht haben. Denn im seinen Bericht, den er 1490 von Kairo aus durch einen Juden, der im Auftrag des Königs auf ihn wartete, nach Lissabon schickte, betonte er, dass Sofala (im heutigen Mosambik), wohin er gelangt hat, von Guinea auf dem Seeweg rund um Afrika erreicht werden konnte. Dann ging Covilha nach Äthiopien, wo er zu hohen Ehre, einer Ehefrau und zahlreichen Kinder gelangte, aber bis zu seinem Ende festgehalten wurde.

Wolfang Reinhard, Die Unterwerfung der Welt (El sometimiento del mundo)

 Pero Juan (II de Portugal) tenía una tercera prioridad. En todo caso, en 1487 envío dos exploradores, disfrazados como Musulmanes, para que cruzasen la barrera islámica. La banca florentina Marchioni participó en la financiación de la empresa. Alfonso de Paive llevana cartas para el Preste Juan, quien se identificaba ahora con el Negus de Abisinia. Pero da Covilhn, un aventurero políglota, quien ahora sería similar a un experto agente secreto, debía explorar la India. En el Cairo se separaron y de Paiva murió al poco. Da Covilha siguió las rutas marítimas hasta la India, exploró con detalle la costa de Malabar y el comercio de las especias y debe haber visitado a la vuelta el Golfo Pérsico y la costa este de África, puesto que en su informe, enviado en 1490 del Cairo a Lisboa por mediación de un Judio que le esperaba allí por encargo del rey, señala que Sofala, en el actual Mozambique, ciudad que había visitado,. puede ser alcanzada desde Guinea navegando alrededor de África. Después de esto, Covilla marchó a Etiopia, donde con gran honor, consiguió esposa y muchos hijos, pero permaneció retenido hasta su muerte.

Cuando se comparan los Imperios marítimos de España y Portugal, fundados ambos a primeros del siglo XVI, llama la atención el carácter cataclísmico del primero. En apenas 50 años, de 1490 a 1540, el dominio español sobre gran parte del continente americano, en El Caribe, México, Panamá y Perú, estaba afianzado. En los cuarenta años siguientes, la propia inercia de la conquista llevaría a una segunda expansión hacia Chile, Argentina, Colombia, Venezuela, Centroamérica y Florida - y cruzando el Pacífico hacia las Filipinas - donde definitivamente se detendría hacía 1580. Por otra parte, al contrario que esa ley que nos dice que el tiempo de construir un imperio es proporcional a su longevidad, ese dominio perduraría durante más de dos siglos y medio, hasta 1810 y las guerras de Independencia. Incluso casi otro siglo más en Cuba, Puerto Rico y Filipinas. 

Ningún Imperio Europeo ha tenido esa longevidad, ni ha dejado una huella duradera en las tierras ocupados, a menos que estos estuvieran escasamente poblados, como EEUU, Canada, Australia o Nueva Zelanda. En el caso del imperio portugués contemporáneo en Asia - dejemos Brasil a un lado, por ahora -, llama la atención que tomó casi un siglo el lograr la circunnavegación del continente africano, desde los primeros intentos de Enrique el Navegante hacia 1400 hasta la arribada de Vasco de Gama a Calicut, en la India en 1498. Ese siglo de preparación se corresponde con un siglo de dominio indiscutido en solitario de Portugal sobre el océano Índico - y luego parcialmente en el Mar de la China Sudoriental y en las Molucas - hasta la irrupción de los comerciantes holandeses hacia 1600. Una supremacía que, no se olvide, era muy tenue y frágil, puesto que se limitaba al control de las vías de comunicación navales y la ocupación de algunos puertos estratégicos, como Goa, Ormuz o Malaca.

El balance, por tanto, estaría en contra del Imperio portugués y a favor del castellano, pero esta conclusión es equivocada, engañosa e injusto.

jueves, 16 de febrero de 2017

La red y la expansión (I)

Fest steht, dass im Zuge der Südexpansion des ptölemäischen Ägypten  gegen 100vChr,. Euxodos von Kyzikos zweimal direkt vom Roten Meer nach Indien fuhr und dass vermutlich um dieselbe Zeit ein gewisser Hippalos, der nach Vermutungen der Steuermann des Euxodus gewesen sein soll, das System der Monsune und damit der Möglichkeit der raschen Überquerung des Indischer Ozean für den Westen entdeckte. Die Ptölemaer begannen mit der Ausbau dieser Verbindung, scheinen sie aber wenig genutzt zu haben, auch wenn Kleopatra nach der Niederlage von Aktium die Flucht nach Indient erwog.
Die eigentliche Nutzung dieser neuen Möglichkeit begann erst unter römischer Herrschaft. Der Geographe Strabo berichtet, dass schon unter der ägyptischen Statthalterschaft des  Cornelius Gallus (30-27 v.Chr.) jährlich 120 Schiffe von Myos Hornos  (am südlichen Ende des Golfs von Suez) nach Indien fuhren, während es unter der Ptolemäern kaum zwanzig gewesen waren. Später wurde Myos Hornos von dem weiter südlichen gelegenen Berenice (auf die Breite von Medina bei Ras Benas) als Hauptindienthafen abgelöst. In beiden Fällen wurden die Güter über Land an den Nil und nach Alexandria transportiert. Man fuhr Mitte Juli von Ägypten ab und entlang der Küste nach Süden, um sich im Oktober vom Südwestmonsum nach Indien treiben zu lasse. Nach Eintritt des Nordostmonsum fuhr man dann noch im November oder Dezember von Indien an die Afrikanische Küste züruck und traf in Frühling den nächsten Jahres wieder in Ägypten ein.

Wolfang Reinhard, La conquista del Mundo (Die Unterwerfung der Welt): Historia Global de la expansión Europea de 1415 a 2015

Es seguro, que en la estela de la expansión del Egipto Ptolemaico hacia el sur, hacia el 100 a.C Euxodos de Kizikos viajó por dos veces directamente del Mar Rojo a la India y que probablemente, hacia la misma época, un tal Hippalos, que se supone debía ser el timonel de Euxodos, descubrió para Occidente el sistema de los vientos monzónicos y, por tanto, la posibilidad de una travesía rápida del Océano Índico. Los Ptolomeos comenzarón a trazar ese conexión, pero parecen haberla aprovechado poco, aunque Cleopatra sopesó huir a la India tras la derrota de Actio.
Un aprovechamiento claro de esta nueva posibilidad sólo comenzó durante el periodo romano. El geógrafo Estrabon nos informa, que ya durante el gobierno de Cornelio Gallo sobre Egipto (del 30 al 27 a.C.) partían hacia la India 120 barcos desde Mios Hornos (situado en el parte sur del Golfo de Suez) mientras que en tiempo de los Ptolomeos apenas lo hacían 20. Más tarde Myos Hornos fue substituido como puerto principal del comercio con la India por Berenice, situado aún más al sur (a la altura  de Medina en Ras Benas). En ambos casos, las mercancías eran transportada por tierra hasta el Nilo y luego a Alejandría. Se partía de Egipto a mediados de Julio y se navegaba a lo largo de la costa hacia el sur, para aprovechar en Octubre los vientos monzónicos del Sudoeste para cruzar a la India. Tras la llegada del monzón de noreste se navegaba de vuelta en noviembre o diciembre de la India a la costa de África y para llegar en la primavera del año siguiente a Egipto.

Si han ido siguiendo este blog, habrán podido ver que mis lecturas de este inicio de año giran alrededor de un problema histórico de primera magnitud: el dominio europeo sobre el mundo durante el siglo XIX y la primera mitad del XX. La pregunta que es preciso responder puede resumirse simplemente en por qué Europa y no, por ejemplo, China, la India o el Imperio Otomano, que eran potencias mundiales en el siglo XVII y XVIII. Las respuestas que se han dado han sido muy variadas, especialmente ahora que la repulsa al colonialismo y el eurocentrismo son requisitos esenciales para realizar ese análisis. De ahí se ha derivado que todo estudio histórico sobre la expansión Europea deba ser obligatoriamente global, no sólo teniendo en cuenta la visión de las otras culturas, aparte de la Europea, que estuvieron implicadas en estos procesos, sino buscando un equilibrio en el relato de los hechos y las transformaciones. Equilibrio que no debe consistir en una mera asignación de un mismo número de páginas, sino que debe huir de atribuir una superioridad esencial a Occidente o una inferioridad no menos originaria a Oriente.

martes, 31 de mayo de 2016

La gran desilusión (y II)

El propósito de este ensayo es corregir la desviación en la puntería del pensamiento político al uso, que busca el mal radical del catalanismo y bizcaitarrismo en Cataluña y en Vizcaya, cuando no es allí donde se encuentra. ¿Dónde, pues? 

Para mí esto no ofrece duda: cuando una sociedad se consume víctima del particularismo, puede siempre afirmarse que el primero en mostrarse particularista fue precisamente el Poder central. Y esto es lo que ha pasado en España. 

Castilla ha hecho a España y Castilla la ha deshecho. Núcleo inicial de la incorporación ibérica, Castilla acertó a superar su propio particularismo e invitó a los demás pueblos peninsulares para que colaborasen en un gigantesco proyecto de vida común. Inventa Castilla grandes empresas incitantes, se pone al servicio de altas ideas jurídicas, morales, religiosas; dibuja un sugestivo plan de orden social; impone la norma de que todo hombre mejor debe ser preferido a su inferior, el activo al inerte, el agudo al torpe, el noble al vil. Todas estas aspiraciones, normas, hábitos, ideas se mantienen durante algún tiempo vivaces. Las gentes alientan influidas eficazmente por ellas, creen en ellas, las respetan o las temen. Pero si nos asomamos a la España de Felipe III advertimos una terrible mudanza. A primera vista nada ha cambiado, pero todo se ha vuelto de cartón y suena a falso. Las palabras vivaces de antaño siguen repitiéndose, pero ya no influyen en los corazones: las ideas incitantes se han tomado tópicos. No se emprende nada nuevo, ni en lo político, ni en lo científico, ni en lo moral. Toda la actividad que resta se emplea precisamente «en no hacer nada nuevo», enconservar el pasado -instituciones y dogmas-, en sofocar toda iniciación, todo fenómeno innovador.
 

Castilla se transforma en lo más opuesto así misma: se vuelve suspicaz, angosta, sórdida, agria. Ya no se ocupa en potenciar la vida de las otras regiones; celosa de ellas, las abandona a sí mismas y empieza ano enterarse de lo que en ellas pasa.
 
Si Cataluña o Vasconia hubiesen sido las razas formidables que ahora se imaginan ser, habrían dado
un terrible tirón de Castilla cuando ésta comenzó a hacerse particularista, es decir, a no contar debidamente con ellas. La sacudida en la periferia hubiera acaso despertado las antiguas virtudes del centro y no habrían, por ventura, caído en la perdurable modorra de idiotez y egoísmo que ha sido durante tres siglos nuestra historia. 

Jóse Ortega y Gasset, España Invertebrada 


Si he comenzado esta entrada con esta larga cita es porque en ella se resume lo poco de bueno y lo mucho de malo que hay en el pensamiento orteguiano. No es que la situación política que él denuncia haya dejado de ser actual, ni mucho menos. Desgraciadamente, Ortega era certero en sus diagnósticos y, al igual que hace casi un siglo, el gran problema de España es que ninguno acabamos de creérnosla, de manera tomamos uno de dos caminos, o de tres si llega el caso. Bien buscamos nuestra otra nueva patria que pensamos será mejor que la común, caso de los nacionalismos periféricos, o bien nos inventamos una figuración de un estado unido ideal de algún instante del pasado que hay que restaurar, caso del centralismo. Entre medias, quedamos los más que, hastiados de tanto griterío inútil e improductivo, decidimos seguir con nuestras vidas... sin darnos cuenta de que nuestro silencio se toma por aprobación de una de las dos posturas.

España, por tanto, ha dejado de existir, si que fue alguna vez. La cuestión que queda por resolver es, por tanto, la del cómo y por qué. Ése es el objeto del estudio de Ortega, en donde emerge lo peor de este filósofo, consistente bien no decir nada, hablar vaguedades y remitirse a obras futuras, o bien señalar a causas y motivos que hoy nos resultan risibles, sustentados únicamente por su magnífica prosa y su poder de seducción.

Débiles razones ésas para justificar su fama y su influencia, aplastante durante todo el siglo XX, o para justificar su lectura en este siglo XXI

sábado, 6 de junio de 2015

Mostrando el Pasado (y VI): Problemas, limitaciones y ausencias

Estatua Orante de Pedro I de Castilla

En la entrada anterior de mi revisión del nuevo montaje del MAN me quedé sin espacio cuando le llegaba el turno a las salas dedicadas a los reinos cristianos medievales. No obstante, esta detención aunque casual, ha sido muy oportuna. ya que remeda la que el propio MAN ha buscado en su narración de la historia peninsular. El hecho que se busca subrayar con esta interrupción es que la España actual es heredera directa de esos reinos medievales, siendo su evolución pareja a la del resto de la cristiandad occidental,  hecho que incluso ahora, en estos tiempos laícos cuando no de negación directa de la divinidad, sigue pesando sobre nosotros.

Por esa razón, haberse llevado las colecciones medievales cristianas, junto con las de la edad moderna, a las nuevas salas de la planta primera, aisladas así del resto del objeto, es una decisión muy apropiada, ya que anuncia el comienzo de un tiempo nuevo: cómo la península Ibérica acabó integrada en el occidente cristiano, revertiendo un proceso de integración en el Islám que a principios del siglo X parecía una conclusión hecha y que durante los siglos XI y XII se mantuvo como una posibilidad.

Dejando esto a un lado, esta cisura espacial denota también un cambio en el origen de los objetos expuestos que ya les había comentado referente a las salas visigóticas y árabes. No estamos tratando ya, salvo excepciones, con objetos encontrados en excavaciones arqueológicas, sino con artefactos rescatados de edificios en ruina o derribados, o con conjuntos procedentes de colecciones nobiliarias y reales. O por redundar más aún en esta idea, no hablamos de artefactos culturales de civilizaciones desaparecidas, perdidos y vueltos a recuperar, sino de materiales que una civilización consideró valiosos como signos de identidad, para así ser salvados de la destrucción que les amenazaba... o ser reconstruidos cuidadosamente si esta se había producido.

sábado, 24 de enero de 2015

Un repertorio de excusas

Lienzo de Tlaxcala, siglo XVI, representación de la Noche Triste
 Por comenzar bien el nuevo voy a intentar escribir mis comentarios tras la primera visita a una exposición, para evitar que lleguen a destiempo, como de ordinario. La exposición que tiene el honor de ser la primera es La Ruta de Cortés, abierta en las salas del Canal de Isabel II. Una muestra que, ya les adelanto, tiene más sombras que luces, en lo que se refiere la ilustración de la Conquista de México en el siglo XVI.

No se puede negar que el descubrimiento y conquista de América es uno de los hechos decisivos de la humanidad. En prácticamente un siglo, una de las civilizaciones mundiales, la europea, se puso en contacto con todas las demás, convirtiendo la historia de local en mundial.  Ejemplos de lo que supuso esa primera globalización - aunque esa palabra no sea completamente afortunada - son la irrupción masiva de la cerámica china en Europa, via las Filipinas y Macao, la aparición de lacas decorativas japonesas en los muebles castellanos o la embajada que el Daimio japonés Masamune Date envío al rey Felipe III y al Papa a principios del siglo XVII. En sentido inverso, el oro de las indias, en forma de piezas de a ocho, inundó los mercados orientales, mientras que las armas de fuego europeas fueron decisivas en la formación del shogunato japonés.

martes, 15 de julio de 2014

Under the Shadow of Postmodernism (y XI)

Yet there were many signs which indicated a divorce between the Castilian people and its ruling class. The emperor and some of his advisers might proclaim the ideal of a great Christian empire extending over two hemispheres with its base in Spain. Philosophers and men of letters like Alfonso de Valdés and Fray Antonio de Guevara might provide the imperial ideal with an intellectual justification. The struggle against Protestantism and the Turk might appear as the supreme mission of Spain and her empire. But whenever popular sentiment could make itself heard, either in some collective impulse like that of the Comuneros, or in the writing of the chroniclers, or in the protests of the Cortes, or in the advice of his Spanish administrators, or in the latent opposition to Charles's son and heir in the 1550, then it was obvious that the urgent preoccupations of Spaniards were nearer home, more national in their objectives and more economical in their cost; the safety of Navarra and the outposts of North Africa, the struggle against the Turk, but in the Mediterranean and not on the Danube, the defence of the coasts, and peace with France and other Christians countries. Francisco de los Cobos, the emperor's Spanish secretary, was constantly advising peace, 'that we might have a breathing space'. Even the Admiral of Castile wrote in 1531: 'Your Majesty protracted absence from your Spanish Kingdoms, though indispensable for the safety of the threatened Christendom and the furtherance of your own political views, is a thing to which your Spanish subjects can hardly reconcile themselves'.

John Lynch, Spain 1516-1598, From Nation State to World Empire.

Como ya sabrán, estoy leyendo en paralelo dos historias de España en varios volúmenes. Por un lado la dirigida por John Lynch en el Reino Unido, que se publicó en gran parte durante los años 90 del siglo pasado. Por otra parte, la dirigida por Fontana/Villares en España, en la primera década de este siglo, pero que aún está sin completar.

La Fontana/Villares tenía/tiene objetivos muy ambiciosos. En primer lugar, se proponía el estudio estricto de España como sujeto histórico  independiente, de forma que centraba sus esfuerzos en el periodo de 1500 al presente, relegando la historia anterior a una especie de prólogo necesario, pero incómodo. Asímismo, se pretendía/pretende como una doble revisión de esa historia, a la luz de los nuevos datos y las nuevas teorías históricas, siempre considerados desde unos supuestos ideológicos de izquierda progresista, en clara oposición/reacción a la contrarevolución conservadora en auge en España desde 1996 y ahora completamente victoriosa.

jueves, 22 de mayo de 2014

Under the Shadow of Postmodernism (y X)

The most significant movement which received the Inquisition's attention involved the followers of Inés, who become a prophetess in the town of Herrera del Duque, at the southern edge of the Spanish Meseta. The Toleado Inquisition tried more than thirty of Ines's followers, and the relevant documents provide some indication of the character of the visionary and her  community. According to the testimony of Juan de Segovia, a shoemaker in Cordoba, Ines's prophecies were directed particularly to conversos. She told her listeners that, before the Messiah came, for the first time, and not the second, as Christians believed, angels would appear, and there would be other signs in heaven. The Messiah would take the Spanish conversos to the Promised Land, where they would eat from golden plates 'and she said because she was a sinner she could not see them, and wept for it'. Inés claimed that her dead mother had come to fetch her, and had taken her up to heaven. She ascended, holding her mother's hand, with an angel for company, and also a boy whom she had known, and who had died some years earlier. Inés passed through Purgatory, in which souls were suffering, and then, reaching Heaven, saw other people, 'on golden chairs, in glory'. The angel told her that they had been persecuted by the Inquisition. 'Friend of God, those who rest up there are those who were burned on earth'. The visionary and prophetess claimed to have received signs from heaven, an ear of corn, an olive and a letter, to authenticate her experiences in the eyes of her listeners. Witnesses later told the Inquisition that she soon claimed to be visiting heaven every week, and that she led a movement, first in the area to the north of Cordoba and then in the city itself, which had distinctly 'Judaizing tendencies'.

John Edwards, The Spain of the Catholic Monarchs.

En mi revisión en paralelo de las historias de España dirigidas por John Lynch en los años 90 del siglo XX y la más reciente de Fontana/Villares ha llegado el momento de retroceder en el punto alcanzado en esta última, el final del siglo XVI, para volver al relato del reinado de los reyes católicos que John Edwards realizó para la primera.

Ya he comentado cómo la actualidad política de España, en la que la propia permanencia de este estado se ve cuestionada, ha traído a primer plano la figura de los Reyes Católicos, Isabel y Fernando, un tanto desdibujada durante los tiempos de la transición, tras la desaparición del sueño imperial evocado por el Franquismo. En este revival se incluyen tanto la reconstrucción a contrapelo del pasado realizada por los independentistas catalanes, en la que Fernando representaría el papel del traidor máximo en la tragedia nacional, como novelizaciones televisivas a la mayor gloria de Isabel y sólo de Isabel, muy del gusto de un nacionalismo centralista que siempre se ha imaginado castellano y para el que la historia o la presencia de los otros reinos peninsulares es completamente irrelevante.

Sin embargo, y a pesar de ese interés reciente, la figura, importancia e influencia de los Reyes católicos sigue siendo ignorada y desconocida para la mayoría de los habitantes de esta casa de locos llamada España. Mejor dicho, el reinado de los reyes católicos parece reducirse al año glorioso de 1492, en el que, repetinamente, el moro es expulsado, la unidad nacional conseguida por ensalmo, y no menos milagrosamente las Americas son tropezadas, para junto a ellas, encontrar asímismo la vocación de Imperio universal. Si acaso , se hace una breve referencia al "problemilla" de Isabel con su sobrina Juana, en el cual, por supuesto, la reina católica tenía toda la razón, y a las campañas relámpago del Gran Capitán, castellano, como no podía ser de otra manera, en el reíno de Nápoles contra los malvados gabachos.

martes, 15 de abril de 2014

Under the shadow of Postomodernism (IX)

Hubo actos inquisitoriales contra toda clase de persona, sin distingo de calidad o jerarquía y por los actos más diversos. Empezando por la propia jerarquía eclesiástica:  fueron procesados, entre otros, los obispos de Segovia y Calahorra, dignidades eclesiásticas del clero regular y secular culminando con el proceso - estudiado por Tellechea - de Bartolomé de Carranza, arzobispo de Toledo y máxima figura de la iglesia española, uno de los acompañantes de Felipe II en su cruzada de reconquista espiritual de Inglaterra con motivo del matrimonio regio: el proceso a Carranza - que ha sido objeto de estudios múltiples, por lo que tuvo de conflicto jurisdiccional ente la monarquía española y la Santa Sede - dejaba bien patente que en la España del siglo XVI nadie estaba a salvo de las indagaciones inquisitoriales. En plena paranoia represiva, el cardenal Quiroga y el Consejo de la Inquisición tuvieron la osadía de abrir causa contra el propio pontífice Sixto V, por haber publicado la Biblia en italiano - lengua vulgar, como se publicaban las biblias de los luteranos -, llamada Biblia Sixtina, y poner al comienzo de la edición una bula pontificia donde se recomendaba su lectura al pueblo por el aprovechamiento que habría de obtener de ella. El monarca español, a través de su embajador en Roma, conde Olivares, exigió al Papa que rectificara, y la Inquisición española, sin menor reparo, condenó la Biblia papal como si se tratase de la Casiodoro de Reina o de cualquier otro insigne luterano.

Antonio-Miguel Bernal, Monarquía e Imperio, Tomo 3 de la Historia de España Fontana/Villares

Tenía un tanto abandonada esta serie de entradas en las que les voy contando mi revisión de la historia de esa cosa llamada España. La base de mis anotaciones es la comparación de dos historias distintas, la dirigida en el Reino Unido en los 90 del siglo XX por John Lynch, frente a la más reciente, y aún inconclusa - ese tomo de la transición, cuanto se hace esperar -, coordinada por Josep Fontana y Ramón Villares en la primera década del siglo XXI.

El punto en el que me había quedado interrumpido hace ya varios meses no puede ser más significativo. Se trata del nudo gordiano en la historia de ese sujeto histórico conocido como España, al cual vuelven una y otra vez para justificar sus dogmas, tanto sus mayores propagandistas, esa derecha esencialista tan viva y tan vocal hoy día, como sus mayores enemigos, los representantes de esos nacionalismos periféricos no menos combativos y providencialistas. Me refiero, como ya habrán adivinado, al momento en 1469 en que el heredero del trono aragonés y la aún pretendiente al trono castellano se unen en matrimonio para dar lugar así a la unión personal de los dos reinos peninsulares principales. Un evento dinástico, con demasiadas características de casualidad, azar y fortuna, que se verá continuado con la proyección internacional de los reinos hispanos en la política centroeuropea, durante el gobierno emperador alemán Carlos V, y la creación posterior del Imperio Universal Español de Felipe II, que como tal sólo llegará a estar completado a la muerte de este rey.

Como se puede intuir de lo anterior, mi visión de este proceso histórico que abarca más de un siglo, no es precisamente la de ese nacionalismo esencialista que considera al sujeto España preexistente a su marco temporal, y por tanto, destinado a existir eternamente, sean cuales sean sus avatares, sus reveses pasajeros. Contra esa simplificación interesada de una realidad compleja, van a ir dirigidos muchos de mis dardos en lo que sigue, entre otras cosas porque esa es la ideología que me queda más a mano y con la que estoy mas familiarizado, lo que no significa que no haya flechas en mi aljaba contra los de la corriente opuesta, los nacionalismos secesionistas. Pero dejemos los preliminares y comencemos con las diatribas.