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Fotografía de Antoine d'Agate
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La situación creada por el COVID está teniendo un efecto deletereo en los museos e instituciones culturales. Su público se ha reducido de manera drástica -hasta un 70 por ciento, según los últimos informes-, al tiempo que la organización de exposiciones temporales se está volviendo impracticable, dado el riesgo de nuevos cierres. En el lado positivo, sin embargo, está suponiendo una bendición a la hora de sacar fondos ocultos de los almacenes o de proponer nuevas formas expositivas, caso de la muestra Audioesfera, aún abierta en el MNCARS. Y entre los beneficiados se encuentra la fotografía, arte cuya reproducibilidad inherente permite montar una exposición de forma rápida y sin especiales gastos.
En ese aspecto, la Fundación Canal siempre ha sido una adelantada, junto con la Mapfre. En el caso de la primera y durante un periodo poco habitual en esa institución - cuatro meses- se puede visitar una muestra de carácter temático, organizada en colaboración con la agencia Magnum. Su título, Magnum, el cuerpo observado, apunta con claridad a su objetivo: el modo en que los fotógrafos afiliados a la agencia han abordado la representación del cuerpo. Como se puede imaginar, dado que Magnum fue creada en los 40 para encabezar el fotoperiodismo, esto tiende a imponer unas coordenadas estilísticas muy precisas. En concreto, que las fotos estén ancladas en la realidad, apuntando a unas condiciones politico-sociales -y biográficas- concretas, sin que en ellas quepa el esteticismo o la idealización.