Vous dites Europe, mais vous pensez terre à soldats, grenier à blé, industries domestiquées, intelligence dirigée. Vais-je trop loin ? Mais du moins je sais que lorsque vous dites Europe, même à vos meilleurs moments, lorsque vous vous laissez entraîner par vos propres mensonges, vous ne pouvez vous empêcher de penser à une cohorte de nations dociles menée par une Allemagne de seigneurs, vers un avenir fabuleux et ensanglanté. je voudrais que vous sentiez bien cette différence, l'Europe est pour vous cet espace cerclé de mers et de monta-gnes, coupé de barrages, fouillé de mines, couvert de moissons, où l'Allemagne joue une partie, dont son seul destin est l'enjeu. Mais elle est pour nous cette terre de l'esprit où depuis vingt siècles se poursuit la plus étonnante aventure de l'esprit humain. Elle est cette arène privi-légiée où la lutte de l'homme d'Occident contre le monde, contre les dieux, contre lui-même, atteint aujourd'hui son moment le plus boule-versé. Vous le voyez, il n'y a pas de commune mesure.
Albert Camus, Cartas a un amigo alemán
Decís Europa, pero pensáis en una tierra de soldados, granero de trigo, industrias domesticadas, inteligencia dirigida. ¿Voy demasiado lejos? Pero al menos sé que cuando decís Europa, incluso en vuestros mejores momentos, cuando os dejáis arrastrar por vuestras propias mentiras, no podéis evitar pensar en un séquito de naciones dóciles dirigidas por una Alemania de amos, hacía un porvenir fabuloso y sangriento. Quisiera que os dierais bien cuenta de esta diferencia. Para vosotros, Europa es este espacio cercado de mares y montañas, aislado por diques, trufado de minas, cubierto de cosechas, donde os jugáis la partida, donde sólo se apuesta vuestro destino. Pero para nosotros es la tierra de la inteligencia, donde desde hace veinte siglos se desarrolla la aventura más asombrosa de la mente humana. Es ese espacio privilegiado donde la lucha del hombre occidental contra el mundo, contra los dioses, contra él mismo, alcanza hoy su momento definitivo. Como veis, no hay un terreno común.
Les había comentado con anterioridad que Albert Camus ha sido elevado al rango de Santo Laico, como ejemplo de un humanismo pacifista de izquierdas, apartado y opuesto a los excesos revolucionarios de sus correligionarios. Sin embargo, se suele olvidar que para la cristalización del existencialismo fue fundamental la experiencia de la Segunda Guerra Mundial, momento en que los escritores de esa generación comienzan a publicar sus primeras obras de importancias, si bien algunos de ellos ya habían empezado un poco antes del conflicto. En el caso de la rama francesa de esa corriente filosófica, ese trauma bélico se puede resumir en dos factores principales: ocupación y resistencia. Presencia constante de un ejército extranjero que aplica su poder de forma arbitraria y cruel, con el objetivo de aplastar cualquier forma de oposición. Lucha contra el ocupante desde la clandestinidad, sin saber quién es amigo, quien es enemigo, quien fiel, quien traidor. En continuo peligro de ser descubierto, denunciado, encarcelado y eliminado.
Lettres à un a un ami allemand son así auténtica literatura de combate. Textos escritos durante el periodo de guerra, en los que Camus justifica la necesidad de la resistencia ante la barbarie nazi. Una resistencia que, no se olvide, no puede ni debe ser pacífica, puesto que se realiza en respuesta a una derrota militar y una ocupación armada. Implica, por tanto, la violencia, el uso de las armas contra ocupantes y colaboradores, así como la posibilidad cierta de la tortura y la ejecución a manos de un enemigo para el cual la humanidad, la clemencia y la indulgencia nunca formaron parte de las reglas del juego.
Les había comentado con anterioridad que Albert Camus ha sido elevado al rango de Santo Laico, como ejemplo de un humanismo pacifista de izquierdas, apartado y opuesto a los excesos revolucionarios de sus correligionarios. Sin embargo, se suele olvidar que para la cristalización del existencialismo fue fundamental la experiencia de la Segunda Guerra Mundial, momento en que los escritores de esa generación comienzan a publicar sus primeras obras de importancias, si bien algunos de ellos ya habían empezado un poco antes del conflicto. En el caso de la rama francesa de esa corriente filosófica, ese trauma bélico se puede resumir en dos factores principales: ocupación y resistencia. Presencia constante de un ejército extranjero que aplica su poder de forma arbitraria y cruel, con el objetivo de aplastar cualquier forma de oposición. Lucha contra el ocupante desde la clandestinidad, sin saber quién es amigo, quien es enemigo, quien fiel, quien traidor. En continuo peligro de ser descubierto, denunciado, encarcelado y eliminado.
Lettres à un a un ami allemand son así auténtica literatura de combate. Textos escritos durante el periodo de guerra, en los que Camus justifica la necesidad de la resistencia ante la barbarie nazi. Una resistencia que, no se olvide, no puede ni debe ser pacífica, puesto que se realiza en respuesta a una derrota militar y una ocupación armada. Implica, por tanto, la violencia, el uso de las armas contra ocupantes y colaboradores, así como la posibilidad cierta de la tortura y la ejecución a manos de un enemigo para el cual la humanidad, la clemencia y la indulgencia nunca formaron parte de las reglas del juego.