Mostrando entradas con la etiqueta islám. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta islám. Mostrar todas las entradas

sábado, 18 de septiembre de 2021

De Covadonga a Tamarón, Daniel Fernández de Lis

Más arriba quedó apuntado que la situación en los dominios musulmanes, que en el momento de la subida al trono de Alfonso (I) complicaba mucho la existencia del reino de Asturias, se tornó favorable al poco tiempo, no sólo para su supervivencia, sino incluso para su expansión

 En la década de los años 730-740 se había producido un recrudecimiento de las aceifas musulmanas en tierra asturiana, dirigidas por el valil Uqba. No parece que se tratara de un intento de someter y eliminar el foco de resistencia astur, sino más bien de expediciones con la mera intención de saqueo.

Sin embargo, a partir del año 740, los invasores árabes dejaron de poner su mirada en el reino de Asturias para preocuparse de problemas internos. El factor que ocasionó esta situación fue la revuelta bereber del año 740. Hubo un segundo elemento que tendría un gran efecto, pero , aunque su detonante se produjo al final del reinado de Alfonso I, sus consecuencias afectaron a sus sucesores; la llegada de Abderraman I, de la dinastía Omeya, a la península huyendo de Damasco en el año 755 y su proclamación como emir al año siguiente, tras su victoria en la batalla de Al-Musara (cerca de Córdoba).

De Covadonga a Tamarón, Daniel Fernández de Lis

La historia de los reínos cristianos del norte peninsular, del siglo VIII al X, siempre me ha fascinado. ¿A qué se debió que unos núcleos aislados, cuya extensión no pasaba de unos estrechos valles de montaña, consiguieran sobrevivir al poder aplastante del Emirato/Califato de Córdoba? ¿Qué ocurrió para que unos reinos débiles, siempre amenazados de destrucción a manos de su poderoso enemigo del sur, iniciaran una expansión irreversible,  durante los siglos XI al XIII, hasta casi eliminar la presencia árabe en la península? Son preguntas que exigirían un estudio conjunto de la sociedad, la economía y los avatares históricos en los siglos posteriores a la conquista árabe, sólo para apuntar una respuesta. Por desgracia, de los siglos VIII y IX apenas tenemos otra cosa que mitos y leyendas fundacionales. Distorsionadas con evidente intencionalidad política tanto en el siglo IX, por los círculos religiosos de la corte de Alfonso III, como en el XXI, por el auge del ultranacionalismo patrio.

La cuestión principal es que los siglos VIII y la primera mitad del IX constituyen nuestra "edad oscura" particular. Obscura no en el sentido de atrasada, sino de impenetrable al estudio histórico. Las primeras fuentes cristianas son del reinado de Alfonso III, en el último tercio del siglo IX, mientras que las árabes son ya del siglo X. Tiempo suficiente para embellecerlas, convertirlas en mito, así como para hacerlas encajar en el ideario político de la época. Algo que es más que evidente en el detallado relato - en contraste con la parquedad de datos referentes a sus sucesores- que las fuentes cristianas hacen de Pelayo y Covadonga, el uno elevado al más alto rango de las élites visigodas, la otra con caracteres de batalla decisiva. Sin embargo, es probable que Covadonga no pasara de ser una escaramuza local, mientras que Pelayo, a lo sumo, sería un reyezuelo del área con conexiones con los gobernadores visigodos del norte, como vendría a demostrar el casamiento de su hija, Ermesinda, con el  antiguo  dux de Cantabria. 

viernes, 27 de noviembre de 2020

Más allá de nuestro terruño (I)

 Isma'il celebrated his victory with his typical cruelty. He turned the skull of Shayban Khan, his ideological adversary, into a gold-plated wine cup, witness to his long hours of heavy drinking. Shayban's dismembered right arm was sent off to Prince Zahir al-Din Babur, the future founder of the Mughal Empire, who was then in command of Kabul. The reflective Timurid prince took heed and for a while collaborated with the Safavids against their common Uzbek enemy. He even pretended to be a Shi'i client of Isma'il, Later he headed south to the less formidable tranquility of Northen Hindustan. The stuffed skin of Shayban Khan's head also served as another carnal dispatch to the Ottoman Sultan Bayacid II (r. 1481-1512), The heinous act, though not entirely outside of the norms of the time, generated outrage in the Ottoman Capital, reaffirming the perceptions of the Safavid as fierce heretics. The rest of Shayban's body was ritualistically devoured by a cannibal clan of the Quezilbash as proof of their devotion to their Perfect Guide.

Abbas Amanat. Iran, a Modern History (Iran, historia reciente)

Isma'il celebró su victoria con su crueldad acostumbrada. La calavera de Shaibán Jan, su adversario ideológico, fue convertida en un cáliza chapado en oro, con el que se entregó a largas horas de borrachera.  El brazo derecho de Shaibán fue enviado al príncipe Zahir al-Din Babur, el futuro fundador del imperio mogol de la India, quien gobernaba entonces en Kabul. Este príncipe meditabundo, descendiente de Tamerlán, se sometió a Shaiban y durante un tiempo colaboró con los safavidas contra su enemigo común: los uzbekos. FIngió incluso ser un correligionario chií de Ismaíl. Con posterioridad, se encaminó al sur, hacia la tranquilidad, menos temible, del Indostán septentrional. La cabeza disecada de Shaibán Jan fue enviada, como otro despojo humano, al sultán otomano Bayaceto II (de 1481 a 1512). Este acto repulsivo, aunque no en total contradicción con las reglas de la época, se consideró un ultraje en la capital otomana y confirmó la percepción de los safavidas como herejes rabiosos. Lo que quedaba del cuerpo de Shaibán fue devorado en un ritual por un clan caníbal de los Quezilbash, como prueba de devoción ante su guía perfecto.

Tras  haber leído  Revolutionary Iran, A History of the Islamic Republic de Michael Axworthy, se me había despertado el deseo de profundizar en la historia de Irán, así que me embarque en la lectura de Iran, a Modern History de Abbas Amanat, libro al que pertenece el párrafo que abre esta entrada.

Puede parecer truculento, pero no se me ocurría una introducción mejor a un imperio olvidado desde la óptica europea, pero central en la Edad Moderna: el de los Safavidas iraníes. No se trata de una excepción en su época, puesto que un rasgo característico de los inicios de la Edad Moderna es la constitución, ambos lados de la fecha de 1500, de una serie de imperios con pretensiones universales que se extienden del Atlántco al Pacífico, cubriendo toda Eurasia: La monarquía Hispana, el imperio Otomano, el citado Safavida de Irán, el Mogol de la India y la dinastía Ming en China. 

Es cierto que los Ming habían tomado el poder hacia 1400 y que los siglos XIV  y XV habían visto el ascenso de los Otomanos a gran potencia balcánica y anatólica, pero es sólo a finales del siglo XV yu principios del XVI cuando China se cierra definitivamente sobre sí misma y el imperio Otomano se hace con el control del Danubio, el Oriente Próximo y Egipto. Es también por esas fechas cuando Castilla  va a conquistar la América Hispana, además de convertise en núcleo de un imperio Europeo. al tiempo que Babur, el primer emperador mogol  conquista el norte de la India, ríos Indo y Ganges incluidos. Es  entonces, asímismo, cuando Ismaíl, el primer Safavida, ocupa Irán y amplias secciones de Irak, Afganistan y Turkemistán.

jueves, 9 de agosto de 2018

Nuevas guerras, viejas creencias

Mais la comparaison est trompeuse, car elle suggère que le monde de l'Islam est aussi centralisé que feu le monde soviétique - nonobstant la dissidence chinoise -, et que la Mecque constitue réellement, pour retourner la célèbre formule, le Moscou de l'Islam. Il n'est rien, et le monde musulman n'est ni monolithique ni homogène. Il comporte une pluralité de centres en compétition acharnée pour l'hégémonie sur les valeurs politico-religieuses. Son rapport avec l'Occident, et la modernité que celui-ci invente et diffuse, s'avère plus complexe, profond, intime que l'antagonisme idéologique  et militaire tranché que prévalait entre États-Unis  et Union Soviétique. Il n'existe pas de Komintern islamiste dont les mouvements radicaux à travers la planète appliqueraient les instructions comme les partis communistes de chaque pais suivaient aveuglément la ligne stalinienne eu égard aux intérêts de l'URSS.

Gilles Kepel, Fitna

Pero la comparación es engañosa, ya que sugiere que el mundo islámico está tan centralizado como lo fuera el soviético - a pesar dela disidencia china -, y que la Meca en realidad consituye, por darle la vuelta a la famosa fórmula, el Moscú del Islám. No lo es en absoluto, mientras que el mundo musulmám no es ni monolítico ni homogéneo. Se compone de una pluralidad de centros en competición encarnizada por la hegomonía en el campo de los valores políticos y morales. Su relación con Occidente y la modernidad que inventó y difunde, se revela más compleja y profunda que el antagonismo económico y militar que prevalecía entre los Estados Unidos y la URSS. No existe un Comintern islamista cuyas instrucciones sean aplicadas por los movimientos radicales dispersos por el planeta, de manera similar a como los partidos comunistas de cada país seguían ciegamente las línea estalínista en consideración a los intereses de la URSS.

Para el mundo entero, que los presenció en directo, los atentados del 11-S fueron como un rayo en un cielo sereno. Nadie los esperaba, nadie los previó. Ni ellos, ni la irrupción del islamismo radical como actor en la política contemporánea. Y eso que había habido multitud de signos ya desde 1980.

El primer aviso fue el triunfo de la revolución islámica en Irán y la constitución de una teocracía, que barrió tanto a las fuerzas laicas como a los partidos de izquierda, y que aún goza de perfecta salud. Otro lo fue la constitución de una guerrilla islámica en Afganistán contra los invasores soviéticos, que consiguió derrotarles con el apoyo estadounidense, pakistaní y saudí, para luego ir mutando en formas cada vez más radicales, cuyo último estadio fue el régimen fanático de los talibanes. O la confusa y mortífera guerra civil argelina de los 90, con islamistas del  GIA y fuerzas gubernamentales rivalizando en cometer atrocidades.

Aún así, antes del 2001 esos fenómenos no nos parecían otra cosa que excepciones. O si lo prefieren, vistos desde un eurocentrismo aún dominante, cosas del tercer mundo, de salvajes atrasados a los cuales la modernidad aún no había llegado. Dolores de parto necesarios para el advenimiento de un progreso que no tardaría en cimentarse y producirse. Sin embargo, lo que se nos escapaba es que en todos los países del área islámica, de forma solapada, se estaba desarrollando un proceso de reislamización, paralelo a la decadencia y muerte del bloque comunista. Poco a poco, las fuerzas laícas, progresistas o de izquiersas eran marginalizadas, mientras que la fe rediviva ganaba adeptos y apoyos, como única corriente capaz de imponerse no sólo a un estado de Israel invencible en los aspectos militares, sino en especial a un occidente cuya influencia cultural se filtraba hasta los aspectos más recónditos de la vida cotidiana. Integrismo y reacción que, de forma paradójica, se granjearon el respaldo de la izquierda europea, quien veía en la protección de esas concepciones culturales una forma de lucha contra el neocolonialismo y el racismo, sin percatarse que protegía a los verdugos de sus camaradas ideológicos.

jueves, 15 de febrero de 2018

La gran revolución

¿Podemos acaso sorprendernos de que los iraníes se sublevaran y destruyeran ese modelo del desarrollo a costa de enormes sacrificios? Lo hicieron no porque fueran ignorantes y atrasados (me refiero al pueblo, no a cuatro fanáticos enloquecidos) sino, por el contrario, porque eran sabios e inteligentes y porque comprendían lo que estaba ocurriendo a su alrededor. Comprendían que unos años más de esta Civilización y no habría aire para respirar e incluso dejarían de existir como nación. La lucha contra el sha (es decir, contra la dictadura) no sólo la llevaron Jomeini y los mulás. Así lo presentaba (muy habilmente) la propaganda de la Savak: los ignorantes estaban destruyendo la obra progresista del Shá. ¡No! Esta lucha fue llevada a cabo sobre todo por los que estaban al lado de la sabiduría, la conciencia, el honor, la honestidad y el patriotismo. Los obreros, los escritores, los estudiantes y los científicos. Ellos eran, antes que nadie, quienes morían en las cárceles de la Savak y los primeros en coger las armas para luchar contra la dictadura. Y es que la Gran Civilización se desarrolló desde el principio acompañada de dos fenómenos que alcanzaron grados nunca vistos en ese país: por un lado el aumento de la represión policial y del terror ejercido por la tiranía, y por otro, un número cada vez más alto de huelgas obreras y estudiantes así como el surgimiento de una fuerte guerrilla. Son sus jefes los fedayines del Irán (que, por lo demás, no tenían nada que ver con los mulás; muy al contrario, éstos los combaten)

Ryszard Kapúscinsky, El Shah o la desmesura del poder.

Les puede sonar raro, pero a medida que pasan los años, 1979 me parece una fecha trascendental en la historia contemporánea. Ése fue el año de la Revolución Islámica en Irán, que en su momento no fue considerado  más importante que otro sobresalto cualquiera de la Guerra Fría, librada entre los EEUU y la URSS.  Otra jugada más la larga y tensa partida de ajedrez que duraba ya treinta años y que parecía saldarse, una vez más, con una derrota de la superpotencia occidental. Otro país de Asia salía de su órbita, como había ocurrido con Vietnam del Sur, con el agravante de que esta vez se trataba de uno de los principales productores de petróleo mundiales. Una amenaza directa, por tanto, contra los fundamentos económicos del mundo occidental, apenas unos años tras el plante de la OPEP y el inicio de la crisis del petróleo de 1973. Irán, y en general todo el ámbito mesopotámico-iraní parecía a punto de caer bajo la esfera de una URSS que ya dominaba el Asia Central y que quizás por ello se sintió tan envalentonada como para intervenir en Afganistan, a finales de 1979.

Sin embargo, lo que sucedió fue algo muy distinto, tanto que ha terminado por definir nuestro presente turbulento. Al gobierno represivo y asesino del Sha, proccidental y aliado leal de los EEUU - y de las petroleras - no le sucedió un régimen comunista, ya fuera soviético o maoísta, como había sido la regla de todas las revoluciones del tercer mundo en las décadas sucesivas. Su heredero fue otra dictadura, pero de un signo que no se había visto hasta entonces, una teocracia militante que en el espacio de una década eliminó sus enemigos de cualquier signo, desde los sectores más liberales y occidentalizados al partido Comunista Tudeh, para embarcarse en guerras e intervenciones extranjeras. Como si fuera una nueva revolución Francesa, sólo que de signo religioso, a quien la amenaza exterior obligaba a extender la revolución entre sus vecinos para asegurar su estabilidad interna.

jueves, 14 de septiembre de 2017

La ruptura (I)

Selon toute probabilité, la plupart des fidèles  de cette religion tiennent pour une aberration monstrueuse la caution que prétendent trouver dans l'Islam ceux qui commettent des attentats meurtriers, prennent des otages, les soumettent a la torture et les assassinent. Et sans doute est-il préférable d'éviter tell formule hâtive qui tendrait à faire de tout "islamique" un terroriste en puissance: il serait d'une égale absurdité de suspecter en chaque catholique un Torquemada ou en chaque juif un rabbin Kahane. Plus encore, en pratiquant l'amalgame et l'insinuation, on risque fort de souder dans un réflexe hostile et solidaire les rangs de population qui se sentent soudain l'objet d'un soupçon inique e difus.
Pourtant, ce serait fait preuve de l'aveuglement des compagnons de route de nier un fait: la multiplication des actes terroristes et de prises d'otages s'inscrit dans une stratégie  antioccidentale efficace mis au point par certains états du Moyen Orient, et nomme par les spécialistes le "conflit a baisse intensité". Dans cette perspective, l'usage du vocabulaire islamique, et notamment de l'injonction du jihad, dans son sens le plus belliqueux de "guerre sainte contre les ennemies de Dieu", constitue un précieux auxiliaire pour recruter une mouvance de sympathisantes et d'exécutants au sein d'une jeunesse sinistrée qui considère qu'elle n'a pas plus rien a perdre et qui voit, à tort ou à raison, dans l'Occident haï e opulent la cause de tous ses maux. On se fourvoierait à sous-estimer l'impact de pareilles mots d'ordre.

Gilles Kepel, Les banlieues de l'Islam

Con toda probabilidad, la mayor parte de los fieles de esta religión consideran una aberración monstruosa la pretensión de encontrar en el Islam a aquellos que cometen atentados mortíferos, tomar rehenes, los someten a tortura y les asesinan. Y sin duda es preferible evitar la formula apresurada que haría de todo islamista un terrorista en potencia: sería igual de absurdo suponer en todo católico un Torquemada o en caja judío un rabino Kahane. Aún más, al utilizar esa yuxtaposición e insinuación, nos arriesgamos a desperar un reflejo solidario hostil entre los grupos de población que se sienten repentinamente objeto de una sospecha inicua y difusa.
Sin embargo, sería mostrarse ciego, como los compañeros de viaje, si se negase un hecho: la multiplicación de actos terroristas y de toma de rehenes se inserta en una eficaz estrategia antioccidental practicada por ciertos estados de Oriente Próximo y llamada por los especialistas "conflicto de baja intensidad". Desde esta perspectiva, el uso del vocabulario islámico y especialmente de la jihad, en sus sentido más belicoso de "guerra santa contra los enemigos de Dios", constituye un auxiliar precioso en el reclutamiento de simpatizantes y ejecutores en el seno de una juventud fracasada que considera que no tiene nada más que perder y que ve, de manera correcta o equivocada, que la causa de todos sus males es el Occidente odiado y opulento. Se equivocaría quien subestimase el impacto de semejantes consigna.

Acaba de terminar este libro de Gilles Kepel cuando sucedieron los atentados de Barcelona. Preferí retrasar la escritura hasta que todo se hubiera normalizado - al ritmo que va la actualidad patria, no ha tardado mucho - pero también porque estos hechos luctuosos ya no me afectan como los hicieron los del 11-S o los del 11M. Pareciera que la violencia, en forma de atentado sangriento, aquí o en otra parte del mundo, se ha convertido en parte cotidiana de nuestras vidas. Cada muerte, cada grieta en la convivencia, tiene así cada vez menos valor. Es simplemente otro más en la lista, un paso más en un conflicto que, a mi entender, están ganando los radicales: las formas extremas de religión que pretenden eliminar las conquistas de los estados laocos.

Resulta curioso, leyendo el párrafo de Kepel, lo apropiado que resulta su conclusión al tiempo presente. Pero no es un artículo de actualidad. Se trata de un libro publicado en 1987 que intentaba analizar y explicar las causas de un fenómeno nuevo, la aparición del Islam como un fenómeno político en Francia en los años 80, al socaire de la Revolución Islámica en Irán. Puede sorprender esa fecha temprana. Para nosotros, el Islam, como fuerza política y revolucionaria, no se tuvo en cuenta hasta el shock que supusieron los atentados del 11-S en Nueva York. De repente, descubrimos que minorías implantadas en nuestra sociedad tenían - y exigían - necesidades para las que nuestra sociedad no tenía cabida o que no habían sido consideradas en su construcción. Un problema de construcción social que no habría tenido tanta repercusión sino fuera, precisamente, por esa deriva violenta cuya expresión es el terrorismo islámico.

sábado, 20 de mayo de 2017

Divergencias

La degeneración religiosa de este conflicto no favorece a Israel: Hamás, aunque con una agenda nacionalista, se reconoce como parte de la Umna árabe musulmana, una corriente antioccidental y aparentemente en alza en todo el mundo islámico, a pesar de su superficial ortodoxia salafista, mientras que el nacionalismo religioso israelí necesariamente choca por lo menos con parte del halájico-talmudista, de mayor rigor rabínico y que, aunque ya no es mayoritario entre los judíos desde hace más de un siglo, es el único que ha mantenido una continuidad de dos mil años y retiene una presencia viva en la diáspora, desde Nueva York, pasando por París, hasta Buenos Aires.
Y la deriva fundamentalista, como si no bastara con haber abrazado a judíos y musulmanes en la zona, se ve alimentada desde la distancia en Estados Unidos por un evangelismo integrista que apoya sin fisuras el expansionismo mesiánico de la derecha israelí, creyendo que sólo la restauración del reíno de Israel sobre la totalidad del espacio bíblico, a expensas de los árabes, hará posible la segunda venida de Jesús... y finalmente, dicho esto en sordina, la inevitable conversión de los judíos al cristianismo.

Roberto Blatt, Biblia, Corán, Tanaj: Tres lecturas sobre el mismo dios.

Había comenzado a leer este libro con gran interés, tanto por las buenas críticas con que venía precedido, como por la curiosidad que me despertaba el objeto de su estudio: realizar un análisis comparativo de las tres religiones abrahámicas, Judaísmo, Cristianismo e Islám. La tesis del ensayo quedaba anunciada ya desde las primeras páginas y en cierta manera era previsible, además de ser impecable desde un punto de vista histórico. Según Blatt, los distintos puntos de vista con los que las tres religiones han contemplado sus libros sagrados han sido determinantes a la hora de decidir su estructura y evolución política. Tanto, que su presente de hostilidad más o menos declarada, más o menos larvada, es una conclusión lógica de estas estructuras ideológicas, creadas hace más de un milenio.

Sin embargo, creo que el libro fracasa en el análisis detallado que hace de estos modos de pensar de las tres religiones y su plasmación en la historia. No porque sus conclusiones sean equivocadas, sino por que la amplitud del tema no se presta a ser resumida trescientas páginas escasas. Estamos hablando de más de dos mil años de historia, que afectan de pleno a dos continentes, Europa y Asia, mientras que en los dos últimos siglos su repercusión ha llegado a ser mundial. La exhaustividad pretendida queda así en conflicto con la profundidad lograda, de manera que muchos fenómenos y acontecimientos quedan reducidos a meras citas, mientras que otros centrales se describen de manera esquemática y apresurada. El libro, por tanto, divaga, salta de un lugar a otro, de un tiempo a otro, sin conseguir centrarse hasta los últimos capítulos, los mejores de toda la obra. Quizás porque son los que se refieren directamente al mundo moderno, en concreto, al dilema sin solución planteado por el resurgimiento de integrismos agresivos en las tres religiones.

jueves, 16 de febrero de 2017

La red y la expansión (I)

Fest steht, dass im Zuge der Südexpansion des ptölemäischen Ägypten  gegen 100vChr,. Euxodos von Kyzikos zweimal direkt vom Roten Meer nach Indien fuhr und dass vermutlich um dieselbe Zeit ein gewisser Hippalos, der nach Vermutungen der Steuermann des Euxodus gewesen sein soll, das System der Monsune und damit der Möglichkeit der raschen Überquerung des Indischer Ozean für den Westen entdeckte. Die Ptölemaer begannen mit der Ausbau dieser Verbindung, scheinen sie aber wenig genutzt zu haben, auch wenn Kleopatra nach der Niederlage von Aktium die Flucht nach Indient erwog.
Die eigentliche Nutzung dieser neuen Möglichkeit begann erst unter römischer Herrschaft. Der Geographe Strabo berichtet, dass schon unter der ägyptischen Statthalterschaft des  Cornelius Gallus (30-27 v.Chr.) jährlich 120 Schiffe von Myos Hornos  (am südlichen Ende des Golfs von Suez) nach Indien fuhren, während es unter der Ptolemäern kaum zwanzig gewesen waren. Später wurde Myos Hornos von dem weiter südlichen gelegenen Berenice (auf die Breite von Medina bei Ras Benas) als Hauptindienthafen abgelöst. In beiden Fällen wurden die Güter über Land an den Nil und nach Alexandria transportiert. Man fuhr Mitte Juli von Ägypten ab und entlang der Küste nach Süden, um sich im Oktober vom Südwestmonsum nach Indien treiben zu lasse. Nach Eintritt des Nordostmonsum fuhr man dann noch im November oder Dezember von Indien an die Afrikanische Küste züruck und traf in Frühling den nächsten Jahres wieder in Ägypten ein.

Wolfang Reinhard, La conquista del Mundo (Die Unterwerfung der Welt): Historia Global de la expansión Europea de 1415 a 2015

Es seguro, que en la estela de la expansión del Egipto Ptolemaico hacia el sur, hacia el 100 a.C Euxodos de Kizikos viajó por dos veces directamente del Mar Rojo a la India y que probablemente, hacia la misma época, un tal Hippalos, que se supone debía ser el timonel de Euxodos, descubrió para Occidente el sistema de los vientos monzónicos y, por tanto, la posibilidad de una travesía rápida del Océano Índico. Los Ptolomeos comenzarón a trazar ese conexión, pero parecen haberla aprovechado poco, aunque Cleopatra sopesó huir a la India tras la derrota de Actio.
Un aprovechamiento claro de esta nueva posibilidad sólo comenzó durante el periodo romano. El geógrafo Estrabon nos informa, que ya durante el gobierno de Cornelio Gallo sobre Egipto (del 30 al 27 a.C.) partían hacia la India 120 barcos desde Mios Hornos (situado en el parte sur del Golfo de Suez) mientras que en tiempo de los Ptolomeos apenas lo hacían 20. Más tarde Myos Hornos fue substituido como puerto principal del comercio con la India por Berenice, situado aún más al sur (a la altura  de Medina en Ras Benas). En ambos casos, las mercancías eran transportada por tierra hasta el Nilo y luego a Alejandría. Se partía de Egipto a mediados de Julio y se navegaba a lo largo de la costa hacia el sur, para aprovechar en Octubre los vientos monzónicos del Sudoeste para cruzar a la India. Tras la llegada del monzón de noreste se navegaba de vuelta en noviembre o diciembre de la India a la costa de África y para llegar en la primavera del año siguiente a Egipto.

Si han ido siguiendo este blog, habrán podido ver que mis lecturas de este inicio de año giran alrededor de un problema histórico de primera magnitud: el dominio europeo sobre el mundo durante el siglo XIX y la primera mitad del XX. La pregunta que es preciso responder puede resumirse simplemente en por qué Europa y no, por ejemplo, China, la India o el Imperio Otomano, que eran potencias mundiales en el siglo XVII y XVIII. Las respuestas que se han dado han sido muy variadas, especialmente ahora que la repulsa al colonialismo y el eurocentrismo son requisitos esenciales para realizar ese análisis. De ahí se ha derivado que todo estudio histórico sobre la expansión Europea deba ser obligatoriamente global, no sólo teniendo en cuenta la visión de las otras culturas, aparte de la Europea, que estuvieron implicadas en estos procesos, sino buscando un equilibrio en el relato de los hechos y las transformaciones. Equilibrio que no debe consistir en una mera asignación de un mismo número de páginas, sino que debe huir de atribuir una superioridad esencial a Occidente o una inferioridad no menos originaria a Oriente.

viernes, 16 de diciembre de 2016

Rebeliones

Dejaré las líneas
y dejaré también de contar los números
De entre las limitadas formas geométricas
me refugiaré en las grandes extensiones
del sentimiento.
Estoy desnuda, desnuda, desnuda
como los silencios entre las palabras de amor estoy desnuda
y todas mis heridas son de amor
de amor, amor, amor, amor
He hecho que atravesara
esta isla perdida
la revolución del océano
y la explosión de la montaña
y que la despedazara, fue el secreto de aquel ser unido
de cuyos pedazos más nimios nació el sol.

Forugh Farrojzad, Tengamos fe en el comienzo de la estación del frío

La tercera poetisa cuya obra he estado leyendo estas últimas semanas es la iraní Forugh Farrojzad, en concreto su último libro, Nuevo Nacimiento. Ha constituido un auténtico descubrimiento al que llegué por auténtica casualidad, gracias a las notas de la edición de Hiperión de los poemas de Yosano Akiko, donde se la nombraba como una de las grandes poetisas de este siglo, ambas hermanadas en inspiración, aliento poético e ideales estéticos y políticos. Tengo, por tanto, que leer más de su obra, sus libros primeros, además de ver el documental que rodó, La casa es negra, sobre un hospital de leprosos en Tabriz.

Gran parte de mi interés se debe a que Farrojzad, al contrario que Yosano y Lasker-Schuler, sigue siendo siendo una voz actual y polémica. Una persona y una obra por quien aún la gente puede llegar a las manos, no como Lasker-Schuler, que pertenece a la amplia categoría de los egregios olvidados - aquellos de los que se habla, pero no se les lee - o como Yosano, apresada en su categoría de símbolo de la literatura japonesa, cumbre indiscutible, elefante sagrado intocable. Algo similar ocurre en parte también con la figura de Farrojzad, ya que es calificada regularmente como la poetisa moderna por antonomasia en lengua iraní, renovadora del lenguaje poético de ese país, así como influencia y modelo insoslayable de todo poeta posterior. Sólo que en su caso es odiada y despreciada en su país en la misma medida que se le admira.

jueves, 8 de diciembre de 2016

El gozne (VIII)

Die Ausnahme davon ist die Revolution in Mexico, die das Jahrzehnt zwischen 1910 und 1920 ausfüllte, es bedürfte aber noch der ganze zwanziger Jahre, um ihre Folgen einigermaßen einzudämmen. Die mexikanische Revolution wurde schnell zu einem Bürgerkrieg, der mehrere unterschiedliche Phasen durchlief und dem jeder achte Mexikaner zum Opfer fiel: ein fürchterlicher Tiefpunkt in der Geschichte der Revolutionen, nur noch dem Taiping Aufstand in Ostchina vergleichbar. Die mexikanische Revolution war eine "große" Revolution nach französischen Modell. Sie besaß eine breite soziale Basis, war im Kern ein Bauernaufstand, aber doch viel mehr als das. Sie beseitige ein Ancien Regime, hier nicht eine absolute Monarchie, sondern eine mit der Zeit versteinerte Oligarchenherrschaft, und ersetzte sie durch ein "modernes" Einparteienystem, das bis vor wenigen Jahren bestand.

Jürgen Osterhammel, Die Verwandlung der Welt

La excepción es la Revolución Mexicana, que llena el decenio de 1910 a 1920 y necesito aún la década completa de los veinte, para contener de algún modo sus consecuencias. La Revolución Mexicana devino pronto una guerra civil, que atravesó diferentes fases y que costó la vida a uno de cada ocho mejicanos: un aterrador abismo en la historia de las revoluciones que sólo es comparable al levantamiento Taiping en la China oriental. La Revolución Mexicana fue una "gran" revolución al estilo francés. Consiguió una amplia base social, fue en su centro un levantamiento campesino, pero no obstante, mucho más que eso. Se deshizo de un "Antiguo Régimen", en este caso no una Monarquía Absoluta, sino un sistema oligárquico petrificado con el tiempo, y lo reemplazo con un Sistema de Partido Único "moderno", que se mantuvo hasta hace pocos años

La "excepción mexicana" de la que habla Osterhammel se refiere a que esta revolución americana coincide temporalmente con otras cuatro euroasiáticas: la Rusa de 1905, la Iraní de 1905, la Turca de 1908  y la China de 1911. Normalmente estas cuatro revoluciones (y la quinta mejicana) no se suelen unir ni estudiar en un sólo bloque, como sí ocurre con los movimientos de 1820, 1830 y 1848. Peor aún, normalmente su estudio suele dejarse a un lado, como sucesos periféricos, en una narración obsesionada con el estallido de la Primera Guerra Mundial en Europa. Sin embargo, aunque desconectadas entre sí y normalmente fracasadas en sus objetivos, incluso cuando triunfaron, para Osterhammel vienen a demostrar uno de los muchos cambios que experimento el siglo XIX: en este caso una translación temprana de los centros de cambio político, de Europa al "tercer mundo", como luego ocurriría de forma general en el mundo de la Guerra Fría.

En este olvido hay bastante de eurocentrismo, presente y pasado. Normalmente se suele considerar el siglo XIX, de 1815 a 1914, como un siglo pacifico en la historia, sin guerras generales, punteado y sobresaltado por pasajeros intervalos revolucionarios, los citados movimientos de 1820, 30 y 48, o pequeñas guerras de "ajuste", la de Crimea del 50 o las nacionalistas de la década de los sesenta que culminan en la Francoprusiana. Sin embargo, esta concepción de un siglo tranquilo y estable es falsa incluso referida a Europa. Baste recordar los 75 años de inestabilidad y guerras civiles que afectaron a España de 1808 a 1875, o el infame polvorín de los Balcanes, donde las guerras de disolución del Imperio Otomano, se mezclaron con limpiezas étnicas y ajustes de cuentas entre los nuevos estados nacionales... que sólo se cerrarían con las guerras sin cuartel de 1991 a 1999, en Bosnia, Croacia y Kosovo.

miércoles, 12 de octubre de 2016

El gozne (IV)

Erst ab etwa 1860 kann man von einem faktischen Ende von transatlantischen Sklaventransporten aus Africa sprechen, jedenfalls der irgendwie registrierten und für Historiker fassbaren Handelsbewegungen. Der Sklavenhandel endete - abermals muss man nach De-facto-Zuständen fragen - in den einzelnen Exportgebieten zu ganz unterschiedlichen Zeitpunkten. Er verschwand zuerst von den Küsten Westafrikas, wo er früh  begonnen und lange die höchsten Umsatzzählen bewahrt hatte. Am Ende der 1840er Jahre war er hier so gut wie vorüber. Westafrika - der Küstenbogen von Sierra Leone bis zur Bucht von Biafra - war der erste Teil Afrikas, der sich vom demographischen Aderlass erholen konnte, bevor er in dem 1880er Jahre in der Turbulenzen der kolonialen Eroberung geriet. Das westliche Zentralafrika, also der Kongo und Angola, genoss bestenfalls eine kürzere Ruhepause von einer Generation. Im ganzen Osten des Kontinents vom Somali-Land bis Mosambik hingegen trafen die europäischen Kolonialeroberer in den 1880 Jahre zu einem Moment an, als der Sklavenhandel noch in vollem Gange war.
Jurgen Osterhammel, La transformación del mundo
 Como muy pronto, desde aproximadamente 1860 puede hablarse de un final de hecho del tráfico de esclavos transatlántico desde África, en todo caso, de los movimientos mercantiles registrados de alguna manera y por tanto detectables históricamente. El tráfico de esclavos terminó - de nuevo hay que preguntarse sobre las condiciones de hecho - en diferentes momentos para cada región exportadora particular. Desapareció primero en la costa de África Occidental, donde había comenzado tempranamente y había mantenido durante largo tiempo las mayores tasas de intercambio. Al final de la década de 1840 había prácticamente terminado. África Occidental, el arco de costa desde Sierra Leona al golfo de Biafra -   fue la primera región de África, en la que puede hablarse de una recuperación del déficit demográfico, antes que en la década de 1800 se viera envuelta en las turbulencias de la conquista colonial. África central occidental, por tanto, Congo y Angola, disfruto en el mejor de los casos de un corto respiro de una generación. En el este del continente, de Somalia a Mozambique incluidos, la conquista colonial europea de la década de 1800 se desarrolló en un momento, cuando el tráfico de esclavos aún estaba en pleno funcionamiento.
Otro de los aspectos en que el siglo XIX actúa de gozne en la historia mundial se refiere a las migraciones, mejor dicho, a las causas de estas migraciones. Durante toda la historia ha habido tres motivos principales para el movimiento de personas a grandes distancias: la necesidad de conquista, la huida ante mismo esas conquistas, y el tráfico de esclavos, bien a manos de esos conquistadores o mediante intermediarios. Estos tres motores migratorios, especialmente la esclavitud, van a ir desapareciendo a lo largo del siglo XIX, para ser substituidos por un tipo hasta entonces desconocido o muy poco importante: la migración por razones económicas, en busca de trabajo asegurado y condiciones de vida mejores. Este modo se ha vuelto dominante en el periodo final del siglo XX e inicial del XXI y aunque pueda ocultar tras de sí causas como la guerra, la opresión o la discriminación, se caracteriza por que su ejecución no es forzada, sino voluntaria, mientras que el tránsito es organizado, bien de forma legal, bien de forma ilegal.

No es que las formas antiguas hayan desaparecido por completo. A principios del siglo XIX se dieron algunos ejemplos tardíos de la migración conquistadora, como la irrupción de los Böers sudafricanos en el espacio Zulú o la expropiación, deportación y de los indios americanos, tanto en los EEUU como en el cono sur de ese continente, por parte de Chile y Argentina. De hecho, los peores ejemplos se dieron durante la segunda guerra mundial, con el intento de la Alemania nazi por convertir la URSS europea en una colonia y el rebote posterior que llevó a la desgermanización de áreas que habían pertenecido a ese ámbito cultural desde el siglo XII. En esa misma época, por otra parte, la URSS se embarcó en un programa de deportación de poblaciones que no se había presenciado - al menos a esa escala - desde tiempo asirios. Desde entonces, las crisis de refugiados, el fenómeno de los "desplazados" o las limpiezas étnicas, se han convertido en noticia casi constante en nuestras sociedades, hasta el extremo de llevarlas a cambiar su propias leyes e ideales. A peor, por supuesto.

Sin embargo, más importante que esta pervivencia de formas antiguas de migración y de su espectacularidad informativa, es el hecho que se han producido dos mutaciones transcendentales en el modo en que se realizan estos intercambios de población.


martes, 23 de septiembre de 2014

Displaying the Past (I): Problems, limitations and absences

Tengo una relación especial con el Museo Arqueológico Nacional madrileño - lo mismo me ocurre con el Museo del Prado, por cierto -. Debido a mi edad, soy estricto contemporáneo de la reforma de los años setenta del siglo pasado, de la que fui visitante asiduo desde principios de los años ochenta... y por asiduo quiero decir que durante mi juventud, en los largos meses de vacaciones, me iba todos los días a pasar la mañana entera allí, explorando en profundidad los objetos expuestos, memorizando los textos que los acompañaban, intentando extraer conclusiones y relaciones.

Hay que admitir que a principios del siglo XXI el museo necesitaba una reforma urgente. Gran parte de las salas permanecían cerradas por falta de personal, mientras que el deterioro del propio edificio, goteras incluidas, amenazaba algunas de sus piezas emblemáticas. Por otra parte, siempre había sido un museo caótico en su organización, en el que la acumulación exhaustiva de piezas, cuantas más mejor, podía acabar con las fuerzas y las ilusiones del más pintado. Sin embargo, lo peor era que había sido montando siguiendo unos criterios metodológicos que en la época de la primera reforma empezaban ya a cuartearse y que a principios de este siglo estaban completamente desfasados.

sábado, 5 de julio de 2014

Across the wide world


En el panorama expositivo madrileño, hay algunas instituciones que suelen pasar desapercibidas en medio del griterío de las majors. Una de ellas es La Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, que no suele prodigarse mucho, pero que cuando lo hace, suele acertar en lo que propone, o al menos no busca engañar y desorientar al público para que acuda masivamente a sus salas.

En esta ocasión, en su edificio han coincidido dos exposiciones que aparentemente no pueden estar más lejanas. La primera está dedicada a la escuela de estampa Japonesa que conocemos como Ukiyo-e, arte popular donde los haya, mientras la segunda se centra en el fotográfo español Ortiz Echagüe, una personalidad que supongo casi desconocida para el gran público, pero que para mí ha sido uno de los grandes descubrimientos de este año. De hecho, creo que lo voy a añadir a la lista de mis exposiciones favoritas en lo que llevamos de año, junto con Pontormo, Albers y una cuarta que ya les comentaré.

jueves, 16 de enero de 2014

Under the Shadow of Postmodernism (IX)

Born on December 18m 890, just twenty days before his father was murdered by one of his uncles on the order of his grandfather, Abd al-Rahman III was the longest reigning and most powerful of the Umayyad rulers of al-Andalus. Like Charles I of England, he looked tall on horseback, but was actually very short in stature, with fair hair, light-coloured skin, and blue eyes (like his grandfather). Several of these characteristics that he may be inherited from his mother, a Christian slave from the north of Spain, but she was by no means the first contributor of such genetic characteristics to the dynasty. Abd al-Rahmab II, Muhammad I, al-Mundir, Abd Allah, Hisham II, and all the ephemeral last Umayyads also had Christian slave mothers. The result was a family physical appearance that did not sit comfortably with an Arab racial stereotype, especially as the foremost representatives of the Prophet's own tribe of Quraysh. One source suggest that Abd al-Rahman resorted to dying his hair and beard black as to better conform to the desired image.

Roger Collins, Caliphs and Kings, Spain 796-1031

Esperaba con ilusión la publicación de la obra citada de Roger Collins - último tomo que quedaba por aparecer de la historia de España dirigida por John Lynch - por dos razones principales. La primera que hasta no haberla leído no podía continuar con mi lectura - y comparación - en paralelo con la Historia de España de Critica/Marcial Pons. La segunda era el buen sabor de boca que me habían dejado los dos tomos anteriores escritos por este mismo autor, tanto el dedicado a la Hispania Visigoda como el centrado en el primer siglo, el VIII, de la conquista musulmana.

Debo confesarles que esta obra - escrita casi dos décadas tras las anteriores - me ha defraudado un tanto y la razón es bastante simple. En el haber de Collins está presentar con detalle las fuentes textuales en las que se basa la reconstrucción del periodo, indicando sus defectos, problemas, contradicciones e distorsiones ideológicas, ya sean conscientes o inconscientes. En el debe está ese fenómeno tan común en tiempos postmodernos, en el que la narración histórica se desvanece sin dejar nada tangible, como si quiséramos atrapar un puñado de arena en la mano y apenas llegásemos a retener unos granitos.