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sábado, 31 de octubre de 2020

Atrincherados en nuestras mentes (yII)

Los primeros conquistadores (y el propio Cristóbal Colón) buscaban sacar provecho del descubrimiento; para explorar las minas y el suelo, necesitaban mano de obra. Isabel la Católica prohíbe la esclavitud de los indios, exige que sean considerados como súbditos libres de la Corona, jurídicamente iguales a los españoles. Los colonos sortea ese problema: se llega al trabajo forzado, a los «repartimientos» justificados por la necesidad de explotar el suelo y el subsuelo y por el rechazo de los indios a convertirse en asalariados. Esto provoca numerosos abusos, contra los que toman posición, sobre todo, los dominicos de Santo Domingo. De ahí las leyes de Burgos (1512-1513): se reglamenta la encomienda para limitar los abusos, pero, de resultas de ello, se da fuerza legal a las prácticas cotidianas.

En teoría, la encomienda se esfuerza en conciliar tres objetivos:

1º El estatuto jurídico del indio, un súbdito libre de los reyes de Espala. El indio encomendado no es jurídicamente un esclavo, el encomendero no es un señor jurisdiccional, tal como existe en España. La encomienda tampoco implica la propiedad del suelo, no es lo mismo que la hacienda.

2º El propósito de la colonización: la evangelización, de la que están encargados los encomenderos.

3º Los imperativos económicos: las prestaciones que los indios encomendados deben a los encomenderos. La encomienda es un poder delegado por la Corona a los colonos, autorizados a percibir tributos y a utilizar la fuerza de trabajo de los indios.

En realidad, las leyes de Burgos no solucionaron nada. Consagraron de derecho una institución de hecho; legalizaron el trabajo forzado, pero los abusos siguen siendo los mismos. Es en este contexto donde hay que situar la acción de Las Casa.

Joseph Pérez. Mitos y tópicos de la historia de España y América.

En una entrada anterior, les comentaba la visión distorsionada de la historia que está intentando imponer la derecha española renacida. El problema no es tanto su intencionalidad política, sino su confianza absoluta en mitos que no tienen fundamento histórico. Se trata de espejismos que, por su sencillez, tienen un gran poder de convicción, pero que nos hurtan la complejidad esencial de todo proceso histórico. Esas luces y sombras consustanciales a todo hecho pasado, que impiden un fácil juicio moral, pero que, a cambio, nos sirven para estudiar con más atención ese tiempo y sus repercusiones. A contemplar, ademas, con las mismas precauciones y distanciamiento nuestro presente, donde no hay explicaciones simples y sencillas, sino infinidad de facetas. La razón puede que no esté de nuestra parte, que estemos equivocados y confundidos, como le acontecía a la gente del pasado.

Como reacción, han aparecido obras de historiadores -de auténticos historiadores- que intentan despejar esos mitos, mostrando como no obedecen a los hechos a los que remiten, sino a reelaboraciones interesadas posteriores. Por ejemplo, la esencialidad de una nación española existente desde la prehistoria, un mito que tiene mucho de las historias de padres fundadores mitológicos del medievo y la edad moderna, caso del Túbal de la Biblia, de quien se decía que había sido el primer poblador de la península; pero que luego fueron reutilizadas durante la fiebre nacionalista del siglo XIX, cuando se buscaba crear células estatales estancas que pudiesen ser diferenciadas basándose en lengua, religión e historia comunes. 

Sin embargo, la tensión actual ha llegado a tal extremo, que libros en apariencia inocentes y neutrales han sido desplazados hasta hacerlos coincidir con uno de los bandos del debate. Tal es el caso de este Mitos y tópicos de la historia de España y América, del hispanista Joseph Pérez, recientemente fallecido. En origen, sólo se proponía aclarar una serie de ideas preconcebidas que todos tenemos sobre el Imperio Español y la expansión por tierras de América, sin pretender ser una obra polémica, mucho menos una de combate. Cosas que, por desgracia, ha acabado siendo, puesto que sus conclusiones se oponen frontalmente a las de esa nueva derecha.

sábado, 13 de octubre de 2018

Quimeras cartográficas

He then turned to the narrative of the voyage itself. The letter began with the statement that news of an expedition from Boston in 1639 led to Fonte receiving orders from Spain to sail north from Lima. If this was true, Burriel pointed out, it meant that information came from New England to Spain (presumably by way of London), a decision was taken in Madrid, orders for an expedition sent to Mexico, and thence to Lima, and ships fitted out - all within a year, since Fonte sailed early in April 1640. Furhtermore, Burriel asked, was it likely that the Spanish government, faced with rebellion in Portugal, Catalonia and Naples, and harassed by Dutch and French attacks on their shipping, would order four ships of war to be sent into unknown regions to investigate a vague report about a Boston expedition? The pace of the explorations of Fonte's squadron surpassed even the speed with which the expedition had been prepared. On 22 June, Fonte, when at the entrance of Rio de los Reyes in latitude 53ºN, ordered Captain Barnarda to explore northward. Five days later Barnarda wrote to Fonte that he was at the sea of Tartary in latitude 61ºN and this letter reached the admiral, far inland at Lake Belle, before 1st July! Burriel gently enquired whether it had been sent by land or water, or perhaps by air. He then turned to the two jesuits mentioned by Fonte, who during their mission had been as north as latitude 66ºN, and had stayed two years at the indian town of Conosset. He pointed out that the activities of the Jesuits were strictly supervised, and that a mission could not be set up without a licence; yet nowhere in the record of the Society of Jesus could he find any trace of this extraordinary mission many hundreds of miles north of any Spanish settlement.

Glyn Williams, Voyages of Delusion (Viajes de autoengaño)

Luego retornó a la narración del propio viaje (de Bartolomeo de Fonte). La carta comenzaba con la afirmación de que la noticia de que una expedición bostoniana en 1639 condujo a que Fonte recibiera ordenes desde España para navegar de Lima con rumbo norte. Esto significaba que la información fue de Nueva Inglaterra a España (supuestamente vía Londres), se llegó a una resolución en Madrid, se enviaron las órdenes a México y de allí a Lima, y se armaron los barcos, todo en el transcurso de un año, puesto que Fonte zarpó a principios de abril de 1640. Más aún, se preguntaba Burriel, ¿era probable, que el gobierno español, amenazado por revueltas en Cataluña, Portugal y Nápoles, hostigado en sus rutas navales por franceses y holandeses, enviase cuatro barcos de guerra a regiones desconocidas para investigar un informe vago sobre una expedición desde Boston? El ritmo de las exploraciones de la escuadra de Fonte incluso sobrepasaba la velocidad con que habías sido aparejada. El 22 de junio, Fonte, en la embocadura del estrecho de Ría de los Reyes, a 53º de latitud norte, ordenó al capitán Barnarda que explorase en dirección norte. Cinco días más tarde, Barnarda escribió a Fonte que se hallaba en el mar de Tartaria, a una latidud de 61º Norte y esta carta fue recibida por el almirante, ya muy tierra adentro en el Lago Belle, !antes de el primero de Julio! Con amabilidad, Burriel preguntaba si se había enviado por tierra o por mar, o quizás por el aire. Luego prosiguió examinando el papel de los dos jesuitas mencionados por Fonte, que durante sus viajes de misión habían llegado tan al norte como a 66º de latitud y había permanecido dos años en la ciudad indígena de Conosset. Burriel señaló que las actividades de los jesuitas estaban supervisadas estrictamente y que un viaje de misión no podía ser realizado sin una licencia. Sin embargo, en los archivos de la Compañía de Jesús no se podía encontrar traza alguna en ninguna parte de un viaje extraordinario, a cientos de millas al norte de cualquier asentamientos español.

Tras haber leído el excelente libro de Glyn Willians sobre las exploraciones del paso del noroeste, me había quedado con ganas de profundizar más en este tema. Fuera del destino de la expedición Franklin, claro esta. Este Voyages of Delusion de título tan sugerente, me atraía con gran fuerza, puesto que señalaba a un hecho incómodo, escondido detrás de las múltiples expediciones del siglo XVIII en pos del paso del Noroeste. En su gran mayoría se justificaron sobre quimeras cartográficas, que sólo existían en la imaginación de geógrafos, inversores y políticos. Una y otra vez, los exploradores enviados a esas regiones remotas encontraban, una vez en el destino señalado en sus instrucciones, que los mapas a su disposición no tenían ningún sentido, que eran invenciones sin fundamento, cuya refutación consumía recursos sin cuento y malograba vidas. 

Tal era la divergencia entre lo soñado y lo encontrado que alguno de los exploradores, como señala Willians, no fue creído a la vuelta y vio su carrera posterior frustrada. El paso al Nordeste tenía que existir, tal y como figuraba en las cartas de navegación, y si no se había encontrado era por negligencia o cobardía. Incluso se les llegó a acusar de colusión con intereses creados, de falsedad y fraude, lo que llevó a consejos de guerra e interminables procesos. Pero, cabe preguntarse ¿cómo se llegó a esa situación? ¿Qué motivó esa persistente ceguera?

viernes, 21 de abril de 2017

La red y la expansión (VII)

Nach einer Simulationsrechnung hätte um 1850 die Bevölkerung Afrikas südlich der Sahara 100 betrachten können, wegen der Verluste durch der Sklavenhandel seien es aber nur 50 Millionen gewesen, Außerdem sei damit Afrikas Anteil an der Bevölkerung des Atlantisches Raum von 30 Prozent um 1600 auf 10 um 1900 gefallen. Doch selbst wenn diese Ergebnisse zutreffen - was haben sie zu bedeuten? Hatte Afrika darunter zu leiden, dass seine Produktivität in Gestalt des jungen Männer im besten Alter nach Amerika transferiert wurde? Hat der Bevölkerungsverlust die binnenafrikanische Nachfrage unter eine Marge schrumpfen lassen, die für wirtschaftliches Wachstum unabdingbar gewesen wäre? Oder wurde Afrika, ein landwirtschaftliches benachteiligten Kontinent, durch der Sklavenhandel vom Bevölkerungsüberschuss entlastet, den es nicht mehr ernähren konnte? Immerhin gibt es Indizien dafür, dass selbst schlecht versorgte Sklaven in Amerika immer noch bessert ernährt waren als Afrikaner zuhause. Entspricht die afrikanische Zwangsmigration der freiwilligen europäischen Massenauswanderung des 19./20. Jahrhunderts, durch die vermieden wurde, dass Bevölkerungswachstum das wirtschaftliche Wachstum aufzehrte? Fest steht, dass zumindest einige Hauptsklavenhandelsgebiete wie Nigeria und Ghana am weitesten entwickelten Ländern des Kontinents und zu Vorreitern der Dekolonisation wurden.

Wolfgang Reinhard, Der Unterwerfung der Welt

Según una simulación la población de África al sur del Sahara podría haber alcanzado los 100 millones en 1850, pero debido a las pérdidas causadas por el tráfico de esclavo sólo era de 50. Además el peso de África en la población del área Atlántica cayó del 30 al 10 por ciento entre  1600 y 1900. Pero aunque hay que aceptar estos resultados, ¿qué significan en realidad? ¿Fue transferida la productividad Africana hacia América, en forma de hombres jóvenes en su mejor edad? ¿Redujo la pérdida de población la demanda interna africana hasta un nivel que hizo imposible su crecimiento económico? ¿O fue África, un continente eminentemente agrícola, liberado por el tráfico de esclavos de su exceso de población, al que ya no podía alimentar?  En este sentido existen indicios de que los esclavos llevados con tanta dificultad a América estaban mejor alimentados que los Africanos que se quedaron en ella. ¿Se corresponde la deportación de africanos con la migración voluntaria masiva de europeos en los siglos XIX y XX, que evito que el crecimiento demográfico agotase el crecimiento económico? Es seguro que al menos algunas zonas de esclavos, como Nigeria y Ghana llegaron a ser de los países más desarrollados del continente y precursores de la descolonización.

Ya les había comentado, en entradas anteriores de esta serie, las profundas diferencias entre la primera ola de expansión Europa, según se las contemple en el entorno asiático o en el atlántico. En Oriente, los Europeos se limitaron a controlar las vías de comunicación marítimas, construyendo una red dispersa de bases comerciales que muy raramente tenían proyección en el interior. Para los imperios y reinos de Asia, los europeos no eran más que una curiosidad, a los que se podía cerrar las puertas y expulsar cuando se quisiera, tolerados sólo en calidad de comerciantes y portadores de curiosidades científicas y técnicas. De hecho, la presencia de estas redes comerciales marítimas globales sirvió para crear un boom de las industrias asiáticas, como los tejidos de algodón en la India o la porcelana en China, de manera que, al parecer de algunos, la revolución industrial bien pudo haberse desencadenado allí, en vez de Inglaterra. O al menos las mismas condiciones estaban presentes en ambas partes.

La escena cambia cuando nos movemos a la cuenca Atlántica. Allí los Europeos, no sólo castellanos y portugueses, sino también franceses, holandeses e ingleses, se hicieron con inmensos espacios, desplazando y destruyendo a los pobladores originales. El choque fue tan brutal que las poblaciones autóctonas fueron diezmadas, de manera que apenas un siglo tras el descubrimiento, las epidemias, las guerras y los trabajos forzados pueden haberla reducido a un diez por ciento de su cifra original. Además, se produjo una auténtica europeización del medio ambiente americana, de manera que los cultivos y animales europeos pasaron a ser parte integral de ese otro ecosistema , mientras que los productos americanos deberían esperar al siglo XVIII para cobrar importancia en Europa.

Tan radical y profunda, tan catastrófica, fue la conquista y colonización de América, que sus consecuencias saltaron al otro lado del Atlántico, a África. La necesidad de mano de obra, acuciada por la desaparición de los habitantes autóctonos, llevó a la constitución del comercio de esclavos transatlántico, una de las mayores vergüenzas de la expansión europea, tildado en ocasiones de auténtico genocidio.

jueves, 30 de marzo de 2017

La red y la expansión (V)

Von 1520 bis 1600 lassen sich mindestens 17 größere Epidemien in der Neuen Welt identifizieren. 1518 tötete die erste Pockenepidemie eine großen Teil der Einwohner von Española soweit sie nicht bereit an einer 1493 mitgebrachten Grippe gestorben waren. Anschließend dezimierte sie 1520 die aztekischen Verteidiger von Tenochtitlán und suchte Südamerika und das südliche Nordamerika heim, noch bevor sich die Europäer dort hatten blocken lassen. Der Inka Huayna Capac soll 1525 daran gestorben sein. Im Peru ist die gedrängt siedelnde  Küstenbevölkerung fast völlig verschwunden und durch Weiße und Afrikaner ersetzt worden, während die verstreuter lebenden Hochlandindianer sich relative besser gehalten haben.- ansteckungsträchtige  Kontakte waren hier seltener
Auch die Bevölkerungsverluste im Bereich der Pueblokuktur der nordamerikanischen Südwestern und der Mississippikultur der Südostens sollen so hoch gewesen sein, dass die Ordnung der  Letzteren sich auflöste und durch neue Verbände von Überlebenden ersetzt wurde. De Soto traf um 1540 im heutigen Südkarolina verlassen und überwucherte Städte an. An der nördlichen Atlantikküste trat die erste Epidemie 1616 bis 1618 auf; einige Stämme wie die Massachusett oder Wampanoaq verloren damals kurzfristig 90 Prozent ihrer Angehörigen. Im Gebiet der Großen Seen begann es 1633; 1639/49 reduzierte eine Pockenepidemie die 21.000 Huronen an die Hälfte.

Wofgang Reinhard, Der Unterwerfung der Welt (la apropiación del mundo)

De 1500 a 1700 se pueden identificar como mínimo 17 grandes epidemias en el nuevo mundo. En 1518 una epidemia de viruela acabó con gran parte de los habitantes de La Hispaniola, de aquéllos que no habían muerto en la epidemia de Gripe de 1493. Posteriormente, en 1520, diezmó a los defensores aztecas de Tenochtitlán y se hizo fuerte en Sudamérica y el sur de Norteamérica, antes incluso de que los Europeos hiciesen sentir su presencia allí. El inca Huayna Capac debió morir de ella en 1525. En Perú, la zona densamente poblada de la costa quedó casi completamente deshabitada y tuvo que ser repoblada por blancos y africanos, mientras las poblaciones dispersas indígenas del Altiplano lo soportaron mejor - lo contactos que llevaran al contrario eran allí más raros.
Las perdidas de población en el ámbito de la cultura Pueblo del suroeste  norteamericano y de la cultura del Mississippi del sudeste deben haber sido también tan altas, que el orden social de los supervivientes se vino abajo y tuvo que ser substituido por nuevas formas sociales. En la costa atlántica del noreste se produjo la primera epidemia de 1616 a 1618, algunas tribus como los Massachusett o los Wampanoaq perdieron a corto plazo un 90 por ciento de sus miembros. En la cuenca de los grandes lagos comenzó en 1633, una epidemia de viruela de 1643 a 1649  redujo a la mitad a los 21.000 hurones.

En entradas anteriores, les comentaba las grandes dificultades de la expansión marítima europea en los mares de Asia y sus parcos resultados, medidos en territorios conquistados. a principios del XVII la presencia de portugueses, españoles, holandeses, ingleses y franceses se reducía a unos pocos enclaves e incluso se podía decir que se había reducido con respecto a su máximo a finales del XVI. Japoneses y Chinos habían conseguido cerrar sus fronteras y expulsar a estos molestos recién llegados, tolerándolos sólo allí donde les podían hacer falta y en los términos dictados por esos grandes imperios. En el resto, la presencia Europea sólo se había mantenido pujante por el desinterés marítimo de los grandes imperios asiáticos, demasiado ocupados por las campañas y guerras terrestres. De hecho, el único logro de esta primera expansión europea fue precisamente la construcción de una red de comunicación marítima mundial controlada por Occidente, pero para que este factor pesará de forma decisiva en la balanza habría que esperar al siglo XVIII y la supremacía bélica de los ejércitos europeos.

Esa supremacía no existía en el siglo XVI, de forma que las aventuras militares europeas en África y Asia solían terminar en desastres sin paliativos o tensos puntos muertos sin posibilidad de expansión. Añádase que la propia Europa se encontraba bajo asedio en el siglo XVI, amenzada por una expansión otomana que había alcanzado las puertas de Viena y había convertido el Mediterráneo, de nuevo, en un lago musulmán. Por eso, resultan tan llamativas e inesperadas las conquistas españolas en América, que sólo cabe calificar de cataclísmicas y que parecen desafiar toda explicación. Por ofrecer algunos datos comparativos, entre 1520 y 1540,  en el espacio de una generación, los conquistadores españoles se hacen con los imperios azteca e inca; mientras que hacia 1580, en el espacio de la vida de un hombre, han completado la conquista del espacio americano.

sábado, 4 de marzo de 2017

La red y la expansión (III)

Auf den Weg von der Vorcompanien zur voll entiwecklten V.O.C vollzog sich der Übergang von der Unternehmungsform der regulierten Companie (regulated company) über der Gesellschaft mit gemeinsamen Kapital (joint-stock company) zu einer Art von Aktiengesellschaft im modernen Sinn. Regulierte Companien waren reinen Personengesellschaft, in denen die darin zusammengeschlossenen Kaufleute selbstständig auf eigene Reichtum, aber nach bestimmten, meist von der Obrigkeit erlassenen Richtlinien operierten. Die joint-stock company hingegen war eine Kapitalgesellschaft, insofern sie tatsächlich mit einem gemeinsamen Kapital arbeitete. Im Unterschied zur moderne Aktiengesellschaft war dieses Kapital aber nur für eine Unternehmung, etwa eine Ostindienfahrt, oder höchstens für eine bestimmte Frist, etwa zehn Jahre, gezeichnet. Sie wurde zur Aktiengesellschaft, sobald (1) das Kapital nicht mehr füre eine befristete Dauer investiert wurde, (2) die unmittelbare Beteiligung jedem offen stand und infolgedessen (3) die Anteile an der Börse gehandelt werden konnten und (4) eine Haftungsbeschränkung in Höhe der Einlage entstand. Die Vorcompanien zeigten Züge der Kapitalgesellschaft von Typ der joint-stock company, bleiben aber Personengesellschaften, insofern die zum Aufstocken der Kapitals herangezogenen Teilhaber nicht selten nur über ein Mitglied des engeren Führungskreises, also nicht direkt und anonym partizipieren.

Wolfgang Reinhardt, Die Unterwerfung der Welt (El Sometimiento del Mundo)

En el camino de las Precompañias a la V.O.C (Compañia holandesa de las Indias Orientales) completamente desarrollada, se completó la transición entre la Compañía regulada (regulated Company) a una sociedad por acciones en sentido moderno, pasando por una sociedad de capital compartido (joint-stock company). Las Compañías reguladas eran simples sociedades limitadas, en las que los comerciantes participantes operaban independientemente con sus propias fortunas, pero según normas definidas, normalmente dictadas por la autoridad. La compañía de capital compartido, por el contrario, era una sociedad capitalista, en la medida en que operaba de hecho con un capital común. A diferencia de una sociedad anónima moderna, este capital sólo se contrataba para una única empresa, un viaje a las indias, o para un plazo determinado, aproximadamente diez años. Llegó a ser una sociedad anónima, tan pronto como, (1) el capital no se investía por un plazo de tiempo, (2) la participación directa estaba abierta a cualquiera y por consiguiente, (3) las participaciones podían ser negociadas en la Bolsa (4) y existía una limitación a la cuantía de los depósitos. Las precompañías presentaban rasgos de una sociedad anónima del tipo de las joint-stock, pero continuaban siendo sociedades limitadas, en la medida que las participaciones en el capital obtenido recaían con frecuencia sobre los miembros de los círculos directivos, sin poderse participar de forma directa y anónima.

En el recuerdo histórico el imperio ultramarino holandés ha quedado relegado a una zona de penumbra, casi la misma en la que se halla el imperio portugués. Casi parecería que el dominio mundial hispano del siglo XVI se transformó, en la segunda mitad del siglo XVIII, en un dominio mundial británico, consagrado con la victoria sobre Francia en la guerra de los siete Años y su expulsión del Canadá y la India. 

Sin embargo, si contemplásemos la situación del mundo en 1640, la balanza parecía estar inclinándose del lado holandés, que controlaba las principales rutas de navegación mundiales. En esa fecha, la V.O.C. (Compañía de las Indias Orientales) había substituido a Portugal como potencia en el Océano Índico, reduciendo su presencia a un par de bases aisladas, Macao y Goa. Holanda, por el contrario, era el único país que aún podía comerciar con el Japón tras la suspensión de todo contacto por parte del shogun Tokugaba, controlaba el estrecho de Malaca, vínculo entre la India y China, y tenía bases en Java y las Molucas, que le permitían beneficiarse no sólo del comercio de las especias, sino del de China, aunque fuera indirectamente a través de Manila. Además, ocupaba Ceilán y mantenía una importante estación de apoyo en Ciudad del Cabo, para reducir la distancia de la travesía de Holanda al Oriente.

El comercio con Oriente se había convertido en un monopolio suyo y seguiría siéndolo así durante gran parte del siglo XVII, pero los holandeses no se detuvieron allí. En las primeras décadas de ese siglo arrebataron gran parte de Brasil a Portugal, además de hacerse con sus bases de aprovisionamiento de esclavos en Angola, de manera que el Atlántico se convirtió en un lago holandés. Si no continúo siéndolo, se debió a que su escasa población era su mayor debilidad, de manera que si había podido resistir con éxito a un enemigo situado al otro lado de Europa, la corona española, no pudo hacer frente a dos vecinos como Francia e Inglaterra, que disponían además de una poderosa flota de combate. En las guerras de la segunda mitad del siglo, Holanda se vio separada de su imperio, obligada a reservar su flota para enfrentarse a sus vecinos, con la grave desventaja de saber que cualquier derrota era forzosamente definitiva.

El imperio holandés terminaría así derrumbándose en el Atlántico a finales del siglo XVII, para pasar en el XVIII a ser de segunda fila frente a la ascensión británica, quedando limitado a la actual Indonesia.

martes, 21 de febrero de 2017

La red y la expansión (II)

Aber Johann hat ein drittes Eisen im Feuer. Ebenfalls 1487 schickte er zwei Späher aus, die als Moslem verkleidet die Islamische Barriere überwinden sollten. Das Florentiner Bankhaus Marchioni war an der Finanzierung des Unternehmens beteiligt. Alfonso de Paiva hatte Briefe an der Priester Johannes dabei, den man inzwischen mit der Negus im Abessinien identifizierte. Pero da Covilha, ein sprachenkundiger Abenteurer, den man heute wohl als berufsmäßigen Geheimagenten bezeichnen wurde, sollte Indien erkunden. In Kairo trennten sich; de Paiva starb bald danach. Da Covilha fuhr auf den Seeweg nach Indien, erkundete die Malabarküste und das Gewürzgeschäft auf das genaueste und muss auf dem Rückweg den Persischen Golf und die afrikanische Ostküste besucht haben. Denn im seinen Bericht, den er 1490 von Kairo aus durch einen Juden, der im Auftrag des Königs auf ihn wartete, nach Lissabon schickte, betonte er, dass Sofala (im heutigen Mosambik), wohin er gelangt hat, von Guinea auf dem Seeweg rund um Afrika erreicht werden konnte. Dann ging Covilha nach Äthiopien, wo er zu hohen Ehre, einer Ehefrau und zahlreichen Kinder gelangte, aber bis zu seinem Ende festgehalten wurde.

Wolfang Reinhard, Die Unterwerfung der Welt (El sometimiento del mundo)

 Pero Juan (II de Portugal) tenía una tercera prioridad. En todo caso, en 1487 envío dos exploradores, disfrazados como Musulmanes, para que cruzasen la barrera islámica. La banca florentina Marchioni participó en la financiación de la empresa. Alfonso de Paive llevana cartas para el Preste Juan, quien se identificaba ahora con el Negus de Abisinia. Pero da Covilhn, un aventurero políglota, quien ahora sería similar a un experto agente secreto, debía explorar la India. En el Cairo se separaron y de Paiva murió al poco. Da Covilha siguió las rutas marítimas hasta la India, exploró con detalle la costa de Malabar y el comercio de las especias y debe haber visitado a la vuelta el Golfo Pérsico y la costa este de África, puesto que en su informe, enviado en 1490 del Cairo a Lisboa por mediación de un Judio que le esperaba allí por encargo del rey, señala que Sofala, en el actual Mozambique, ciudad que había visitado,. puede ser alcanzada desde Guinea navegando alrededor de África. Después de esto, Covilla marchó a Etiopia, donde con gran honor, consiguió esposa y muchos hijos, pero permaneció retenido hasta su muerte.

Cuando se comparan los Imperios marítimos de España y Portugal, fundados ambos a primeros del siglo XVI, llama la atención el carácter cataclísmico del primero. En apenas 50 años, de 1490 a 1540, el dominio español sobre gran parte del continente americano, en El Caribe, México, Panamá y Perú, estaba afianzado. En los cuarenta años siguientes, la propia inercia de la conquista llevaría a una segunda expansión hacia Chile, Argentina, Colombia, Venezuela, Centroamérica y Florida - y cruzando el Pacífico hacia las Filipinas - donde definitivamente se detendría hacía 1580. Por otra parte, al contrario que esa ley que nos dice que el tiempo de construir un imperio es proporcional a su longevidad, ese dominio perduraría durante más de dos siglos y medio, hasta 1810 y las guerras de Independencia. Incluso casi otro siglo más en Cuba, Puerto Rico y Filipinas. 

Ningún Imperio Europeo ha tenido esa longevidad, ni ha dejado una huella duradera en las tierras ocupados, a menos que estos estuvieran escasamente poblados, como EEUU, Canada, Australia o Nueva Zelanda. En el caso del imperio portugués contemporáneo en Asia - dejemos Brasil a un lado, por ahora -, llama la atención que tomó casi un siglo el lograr la circunnavegación del continente africano, desde los primeros intentos de Enrique el Navegante hacia 1400 hasta la arribada de Vasco de Gama a Calicut, en la India en 1498. Ese siglo de preparación se corresponde con un siglo de dominio indiscutido en solitario de Portugal sobre el océano Índico - y luego parcialmente en el Mar de la China Sudoriental y en las Molucas - hasta la irrupción de los comerciantes holandeses hacia 1600. Una supremacía que, no se olvide, era muy tenue y frágil, puesto que se limitaba al control de las vías de comunicación navales y la ocupación de algunos puertos estratégicos, como Goa, Ormuz o Malaca.

El balance, por tanto, estaría en contra del Imperio portugués y a favor del castellano, pero esta conclusión es equivocada, engañosa e injusto.

jueves, 8 de diciembre de 2016

El gozne (VIII)

Die Ausnahme davon ist die Revolution in Mexico, die das Jahrzehnt zwischen 1910 und 1920 ausfüllte, es bedürfte aber noch der ganze zwanziger Jahre, um ihre Folgen einigermaßen einzudämmen. Die mexikanische Revolution wurde schnell zu einem Bürgerkrieg, der mehrere unterschiedliche Phasen durchlief und dem jeder achte Mexikaner zum Opfer fiel: ein fürchterlicher Tiefpunkt in der Geschichte der Revolutionen, nur noch dem Taiping Aufstand in Ostchina vergleichbar. Die mexikanische Revolution war eine "große" Revolution nach französischen Modell. Sie besaß eine breite soziale Basis, war im Kern ein Bauernaufstand, aber doch viel mehr als das. Sie beseitige ein Ancien Regime, hier nicht eine absolute Monarchie, sondern eine mit der Zeit versteinerte Oligarchenherrschaft, und ersetzte sie durch ein "modernes" Einparteienystem, das bis vor wenigen Jahren bestand.

Jürgen Osterhammel, Die Verwandlung der Welt

La excepción es la Revolución Mexicana, que llena el decenio de 1910 a 1920 y necesito aún la década completa de los veinte, para contener de algún modo sus consecuencias. La Revolución Mexicana devino pronto una guerra civil, que atravesó diferentes fases y que costó la vida a uno de cada ocho mejicanos: un aterrador abismo en la historia de las revoluciones que sólo es comparable al levantamiento Taiping en la China oriental. La Revolución Mexicana fue una "gran" revolución al estilo francés. Consiguió una amplia base social, fue en su centro un levantamiento campesino, pero no obstante, mucho más que eso. Se deshizo de un "Antiguo Régimen", en este caso no una Monarquía Absoluta, sino un sistema oligárquico petrificado con el tiempo, y lo reemplazo con un Sistema de Partido Único "moderno", que se mantuvo hasta hace pocos años

La "excepción mexicana" de la que habla Osterhammel se refiere a que esta revolución americana coincide temporalmente con otras cuatro euroasiáticas: la Rusa de 1905, la Iraní de 1905, la Turca de 1908  y la China de 1911. Normalmente estas cuatro revoluciones (y la quinta mejicana) no se suelen unir ni estudiar en un sólo bloque, como sí ocurre con los movimientos de 1820, 1830 y 1848. Peor aún, normalmente su estudio suele dejarse a un lado, como sucesos periféricos, en una narración obsesionada con el estallido de la Primera Guerra Mundial en Europa. Sin embargo, aunque desconectadas entre sí y normalmente fracasadas en sus objetivos, incluso cuando triunfaron, para Osterhammel vienen a demostrar uno de los muchos cambios que experimento el siglo XIX: en este caso una translación temprana de los centros de cambio político, de Europa al "tercer mundo", como luego ocurriría de forma general en el mundo de la Guerra Fría.

En este olvido hay bastante de eurocentrismo, presente y pasado. Normalmente se suele considerar el siglo XIX, de 1815 a 1914, como un siglo pacifico en la historia, sin guerras generales, punteado y sobresaltado por pasajeros intervalos revolucionarios, los citados movimientos de 1820, 30 y 48, o pequeñas guerras de "ajuste", la de Crimea del 50 o las nacionalistas de la década de los sesenta que culminan en la Francoprusiana. Sin embargo, esta concepción de un siglo tranquilo y estable es falsa incluso referida a Europa. Baste recordar los 75 años de inestabilidad y guerras civiles que afectaron a España de 1808 a 1875, o el infame polvorín de los Balcanes, donde las guerras de disolución del Imperio Otomano, se mezclaron con limpiezas étnicas y ajustes de cuentas entre los nuevos estados nacionales... que sólo se cerrarían con las guerras sin cuartel de 1991 a 1999, en Bosnia, Croacia y Kosovo.