Nach einer Simulationsrechnung hätte um 1850 die Bevölkerung Afrikas südlich der Sahara 100 betrachten können, wegen der Verluste durch der Sklavenhandel seien es aber nur 50 Millionen gewesen, Außerdem sei damit Afrikas Anteil an der Bevölkerung des Atlantisches Raum von 30 Prozent um 1600 auf 10 um 1900 gefallen. Doch selbst wenn diese Ergebnisse zutreffen - was haben sie zu bedeuten? Hatte Afrika darunter zu leiden, dass seine Produktivität in Gestalt des jungen Männer im besten Alter nach Amerika transferiert wurde? Hat der Bevölkerungsverlust die binnenafrikanische Nachfrage unter eine Marge schrumpfen lassen, die für wirtschaftliches Wachstum unabdingbar gewesen wäre? Oder wurde Afrika, ein landwirtschaftliches benachteiligten Kontinent, durch der Sklavenhandel vom Bevölkerungsüberschuss entlastet, den es nicht mehr ernähren konnte? Immerhin gibt es Indizien dafür, dass selbst schlecht versorgte Sklaven in Amerika immer noch bessert ernährt waren als Afrikaner zuhause. Entspricht die afrikanische Zwangsmigration der freiwilligen europäischen Massenauswanderung des 19./20. Jahrhunderts, durch die vermieden wurde, dass Bevölkerungswachstum das wirtschaftliche Wachstum aufzehrte? Fest steht, dass zumindest einige Hauptsklavenhandelsgebiete wie Nigeria und Ghana am weitesten entwickelten Ländern des Kontinents und zu Vorreitern der Dekolonisation wurden.
Wolfgang Reinhard, Der Unterwerfung der Welt
Según una simulación la población de África al sur del Sahara podría haber alcanzado los 100 millones en 1850, pero debido a las pérdidas causadas por el tráfico de esclavo sólo era de 50. Además el peso de África en la población del área Atlántica cayó del 30 al 10 por ciento entre 1600 y 1900. Pero aunque hay que aceptar estos resultados, ¿qué significan en realidad? ¿Fue transferida la productividad Africana hacia América, en forma de hombres jóvenes en su mejor edad? ¿Redujo la pérdida de población la demanda interna africana hasta un nivel que hizo imposible su crecimiento económico? ¿O fue África, un continente eminentemente agrícola, liberado por el tráfico de esclavos de su exceso de población, al que ya no podía alimentar? En este sentido existen indicios de que los esclavos llevados con tanta dificultad a América estaban mejor alimentados que los Africanos que se quedaron en ella. ¿Se corresponde la deportación de africanos con la migración voluntaria masiva de europeos en los siglos XIX y XX, que evito que el crecimiento demográfico agotase el crecimiento económico? Es seguro que al menos algunas zonas de esclavos, como Nigeria y Ghana llegaron a ser de los países más desarrollados del continente y precursores de la descolonización.
Ya les había comentado, en entradas anteriores de esta serie, las profundas diferencias entre la primera ola de expansión Europa, según se las contemple en el entorno asiático o en el atlántico. En Oriente, los Europeos se limitaron a controlar las vías de comunicación marítimas, construyendo una red dispersa de bases comerciales que muy raramente tenían proyección en el interior. Para los imperios y reinos de Asia, los europeos no eran más que una curiosidad, a los que se podía cerrar las puertas y expulsar cuando se quisiera, tolerados sólo en calidad de comerciantes y portadores de curiosidades científicas y técnicas. De hecho, la presencia de estas redes comerciales marítimas globales sirvió para crear un boom de las industrias asiáticas, como los tejidos de algodón en la India o la porcelana en China, de manera que, al parecer de algunos, la revolución industrial bien pudo haberse desencadenado allí, en vez de Inglaterra. O al menos las mismas condiciones estaban presentes en ambas partes.
La escena cambia cuando nos movemos a la cuenca Atlántica. Allí los Europeos, no sólo castellanos y portugueses, sino también franceses, holandeses e ingleses, se hicieron con inmensos espacios, desplazando y destruyendo a los pobladores originales. El choque fue tan brutal que las poblaciones autóctonas fueron diezmadas, de manera que apenas un siglo tras el descubrimiento, las epidemias, las guerras y los trabajos forzados pueden haberla reducido a un diez por ciento de su cifra original. Además, se produjo una auténtica europeización del medio ambiente americana, de manera que los cultivos y animales europeos pasaron a ser parte integral de ese otro ecosistema , mientras que los productos americanos deberían esperar al siglo XVIII para cobrar importancia en Europa.
Tan radical y profunda, tan catastrófica, fue la conquista y colonización de América, que sus consecuencias saltaron al otro lado del Atlántico, a África. La necesidad de mano de obra, acuciada por la desaparición de los habitantes autóctonos, llevó a la constitución del comercio de esclavos transatlántico, una de las mayores vergüenzas de la expansión europea, tildado en ocasiones de auténtico genocidio.