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miércoles, 4 de noviembre de 2020

Manipulaciones y distorsiones

 Carlota ya no está.

¿Quién habría podido pensar que estábamos asistiendo a los últimos momentos de su vida? ¿Y que dependía de nosotros? ¿Por qué no había dicho Alberto al conductor que parase, se había bajado y le había dicho: Carlota, ven con nosotros, que si no, nos quedaremos y serás responsable de lo que suceda? ¿Por qué ninguno de nosotros había hecho algo igual? ¿Es menor la culpa porque está repartida entre cinco?

Está claro que fue un accidente trágico. Así es como contaremos esa historia. Podemos añadir que estaba predestinada, que fue el destino. No había motivo alguno para que se quedase allí. Desde el principio se había convenido que volviese con nosotros. En el último instante un instinto indefinible la movió a bajarse del coche y un momento después estaba muerta. Mejor creer que fue el destino. En esas ocasiones solemos actuar de un modo que no sabríamos explicar después. Y así declaramos, su Señoría, que desconocemos como sucedió, cómo se llegó a ese extremo, porque no hubo nada que lo causara.

Pero Carlota conocía esa guerra mejor que nosotros. Sabía que el crepúsculo, la hora habitual de los ataques, se estaba aproximando y que sería mejor que se quedase para proteger nuestra marcha. Esa debió ser la razón. Se nos ocurrió más tarde, cuando ya no tenía remedio. Pero ya no podemos preguntárselo.

Ryszard Kapuściński, Un día más con vida.

En la entrada anterior, les comentaba como Un día más con vida (2018) de Raúl de la Fuente y Damian Nemow, no me había convencido desde un punto de vista estético y narrativo. A pesar de ello, no me había disgustado, incluso intrigado, así que me puse a leer el libro del mismo nombre de Ryszard Kapuściński, del que se había extraído la historia. Fue entonces cuando la película se derrumbó por completo. En los detalles concretos, la casi entera totalidad de lo que se narraba en el film era inventado, con sólo leves coincidencias con lo que el periodista polaco contaba.

¿Son válidas divergencias tan notables? Es natural que una película se tome ciertas licencias con su material de partida, en especial cuando se trata de hechos reales. La historia no fluye como si fuera ficción, puesto que en ella hay momentos de hastío, de aburrimiento, al tiempo que gran parte de lo acontecido acontece fuera de cuadro, desconocida su gestación y resolución para los protagonistas hasta mucho tiempo después. Si se quiere que la obra final tenga tensión dramática, es preciso reorganizar el material, fingir que tiene un sentido, que es una cadena de acontecimientos encadenados de manera lógica, visible y comprensible desde un principio para los protagonistas.

domingo, 15 de septiembre de 2019

Hacia lo desconocido (y II)

What he (Burckhardt) had discovered here, in fact, was the great crossroads of the Nile. The River at this point made its closest approach to the southern end of the Red Sea, and thus the way was opened up to Arabia, India and the Far East. To the west the caravan routes keeping as far as possible within the cover of  the rain belt and south of the Sahara, led on from oasis to oasis, to Lake Chad and Timbuktu. The Nile valley itself provided a highway to Egypt in the North and Ethiopia could be reached by the track that led up through Metemme to Gondar. In a curious but inevitable way al the themes of the river were gathered here. The pilgrims from Central Africa came through Shendy on their way to Mecca. The slaves captures on the Upper Nile were inevitably bound for Shendy market. Here, for the first time, the traveller ascending the Nile came into touch with Ethiopia, and here on his return journey downstream he was once more drawn into the influence of Egypt and the north. Shendy was also known as "The Gates", and it lay in the heart of the ancient "Island of Meroë" - the area bounded by the Athara and the Nile. From Meroë the Egyptian Pharaohs and their Queens had ruled the river almost as far norht  as the delta and it was in this part of the Nile that Cambyses had been finally driven back. On his way into Shendy, Burckhardt had passed through the ruins of the ancient capital of Meroë and although he failed to investigate the place ("I was in the company of a caravan, and had the marvel of Thebes been placed on the road, I should not have been able to examine them"), he had correctly divined that important discoveries would be made on the site.

Allan Moorehead, The Blue Nile (El Nilo azul)

Lo que (Burckhardt) había descubierto aquí, de hecho, era el gran cruce de caminos del Nilo. En ese punto era donde el río se acercaba más al extremo inferio del mar Rojo, de manera que existía una ruta hacia Arabia, India y el Extremo Oriente. Al oeste, las rutas caravaneras, que se mantenían tanto como les era posible en la zona de lluvias y al sur del Sahara, conducían de oasis en oasis hasta el lago Chad y el Tombuktu. El valle del Nilo, en sí, constituía una vía hacia Egipto, al norte, mientras, que se podía llegar a Etiopía por la pista que conducía a Gondar, a través de Meteme. De manera curiosa, pero inevitable, todas las regiones del río confluían aquí. Los peregrinos de África Central cruzaban Shendy en su camino hacia La Meca. Los esclavos capturados en el cauce alto del Nilo eran conducidos inevitablemente al mercado de Shendy. Aquí, por primera vez, el viajero que remontaba el Nilo entraba en contacto con Etiopia y aquí, en su descenso de vuelta, se veía envuelto por la influencia de Egipto y el norte. Shendy era conocido también como "Las Puertas" y se alzaba en la antigua "Isla de Meroe" -el área limitada por el Atara y el Nilo-. Desde Meroe, los faraones egipcios y sus reinas gobernaban el río hasta el delta, al norte, y era en estas regiones del Nilo donde Cambises había sido finalmente repelido. En su ruta hacia Shendy. Burckhardt había cruzado las ruinas de la antigua capital de Meroe y aunque le fue imposible investigarlas («Estaba en compañía de una caravana y aunque todas las maravillas de Tebas se hallasen en el camino, no habría podido examinarlas») intuyó correctamente que allí se harían grandes descubrimientos.

En la entrada anterior, les reseñaba The White Nile (El Nilo blanco), obra de Allan Moorehead que se centraba en el largo y complejo descubrimiento de las fuentes del Nilo en el centro de África, para seguir con el relato de la rebelión del Mahdi en el Sudán.  Sin embargo, el Nilo es un río doble, con dos ramales bien diferenciados que confluyen en la ciudad de Jartúm, la actual capital del Sudán. The White Nile se centraba en uno sólo de ellos, el Nilo Blanco, objeto de viajes de descubrimiento y luego de conquista en la segunda mitad del siglo XIX, pero dejaba de lado el otro, el Nilo Azul, proveniente de la meseta de Etiopia. Así, de una obra titulada The Blue Nile esperaba un tratamiento igual de detallado sobre el descubrimiento y exploración de sus orígenes, además de la intervención de las potencias coloniales en Etiopía. El único país africano, junto con Liberia, que sobrevivió al reparto del continente.

El problema con esta narración es que las fuentes del Nilo eran conocidas en Europa ya desde el siglo XVI, cuando los primeros misioneros portugueses llegaron a la corte de los reyes de Abisinia. No hubo, como tal, un descubrimiento al estilo del siglo XIX, con un esforzado explorador presentando su informe ante alguna sociedad geográfica, sino una serie de contactos esporádicos que se fueron intensificando a partir del siglo XVIII. Además, debido a una serie de circunstancias que sería largo de relatar, no fue objeto de una agresión colonial. La única seria, el intento Italiano de unir Abisinia a sus colonias de Eritrea y Somalia, acabó en la catástrofe de Adua de 1896, cuando un ejército expedicionario italiano fue aniquilado por entero por las tropas del emperador abisinio Menelik II. No hay por tanto un relato continuado, como en el Nilo Blanco, en el que las exploraciones iniciales se convierten en campañas de conquista.

viernes, 13 de septiembre de 2019

Hacia lo desconocido (I)

Mohammed Ahmed Ibn el Sayyid Abdullah, The Mahdi, follows the true tradition of the warrior priests of Islam. Like a sandstorm in the desert he appears, suddenly and inexplicably out of nowhere and by some strange process of attraction generates and ever increasing force as he goes along. Confused accounts were given of his origins: some said that he came from a family of boat-builders on the Nile, others that he was the son of a poor religious teacher, others again that he was the descendent of a line of Sheiks. It was generally accepted, however, that he was born in the Dongola province in the North Sudan in 1844 (which would make him 37 years of age at this time) and that quite early in life he had achieved a local reputation for great sanctity and for a gift of oratory that was quite exceptional. His effects, it seemed were obtained by an extraordinary personal magnetism. To put it in Strachey's phrase: "There was a strange splendour in its presence, an overwhelming passion in the torrent of his speech". He was a man possessed. Mohammed had promised that one of his descendants would one day appear and reanimate the faith, and Abdullah now declared, with an unshakable conviction, that he himself was that man. His hatred of Egyptians was inmense.

Alan Moorehead, The White Nile.

Mohammed Ahmed Ibn el Sayyid Abdullah, el Mahdi, continúa la larga tradición de los monjes guerreros del Islam. Aparece como una tormenta del desierto, repentina e inexplicable, salida de la nada, y por un extraño proceso de atracción va creciendo en fuerza a medida que avanza. Los relatos sobre su origen eran contradictorios: había quien decía que procedía de una familia de constructores de botes en el Nilo, para otros era el hijo de un maestro religioso pobre, mientras que por último se lo suponía descendiente de una estirpe de Sheiks. Se solía aceptar, sin embargo, que había nacido en la provincia de Dongola, en el norte del Sudán, en 1841 (lo que haría que tuviese 37 años en esta fecha) y que desde joven se había granjeado reputación de gran santidad y un don para la oratoria excepcional. Como decía Strachey: "Su presencia tenía una aire de esplendor, una pasión abrumadora en el torrente de su habla". En un hombre poseído. Mahoma había prometido que uno de sus descendientes reaparecería un día para revivir la fe y Abdullah declaraba ahora, con convicción inamovible, que él era ese hombre. Su odio hacia los egipcios era inmenso.

Desde pequeño me ha fascinado la historia del descubrimiento de las fuentes del Nilo. Esa pasión de la debo a una magnífica serie de la BBC -algún día les tengo que hablar de la influencia de esta emisora en mi formación intelectual-  de los años setenta, llamada The Search of the Nile. Gracias a ella, me aprendí al dedillo las andanzas de los exploradores británicos Burton, Speke, Livingstone y Baker, quienes junto al americano de adopción Stanley, cartografiaron la región africana de los grandes lagos. Origen y fuente de dos grandes ríos africanos: el Congo y el Nilo. 

Por supuesto, estos europeos victorianos no se movían en un espacio abstracto, vacío de población, ni tampoco obedecían a puros intereses científicos. Muchos de ellos, aunque fuera de forma inconsciente, estaban infectados por la seguridad de la superioridad de la raza blanca. Incluso aquellos que, como Burton, estaban fascinados por las culturas del Oriente, hasta considerarlas iguales a Occidente, no podían evitar contemplar a los negros del centro de África como inferiores, subhumanos que necesitaban la influencia de una cultura superior, ya fuera la cristiana o la musulmana, para avanzar hacia la civilización. Para empeorar las cosas, las rutas descubiertas por los exploradores sirvieron de vía de entrada para los ejércitos coloniales europeos, mandados y aconsejados en ocasiones por esos mismos aventureros, caso de Stanley y Baker.

sábado, 10 de junio de 2017

La red y la expansión (X)

Während der Kolonialzeit haben öffentliche wie private Investoren ihr Geld vor allem im Exportsektor im weiteren Sinn angelegt. Das Ergebnis war eine einseitig auf Ausserhandel orientierte Wirschaftsentwicklung. Es wurde zwar die Produktion ermutigt, aber aus europäischer Perspektive, denn Investoren und Administratoren wussten viel von europäischer Nachfrage, aber wenig von Afrikanischen Bedürfnissen und Gewinnmöglichkeiten. Kurzum, es ging um Maximierung der Produktivität der europäischen Wirtschaft, häufig nicht einmal um Maximierung  der Profite im Afrika. Es wurden manchmal ökonomischen unsinnige Investitionen vorgenommen, wie in die Baumwollproduktion im Ubangi-Schari, die unter prohibitiven Transportkosten litt und Jahrzehnte brauchte bis sie rentabel wurde. Auch wo öffentliche Hände in Infrastruktur investierten, geschah dies nicht primär zur Entwicklung lokaler Produktivität um ihrer selbst willen, sondern welthandelsorientert. Auf diese Weise kam Afrika zu einem so eigentümlichen Verkehrsnetz, dass bisweilen Telegramme in eine Nachbarkolonie über Europa laufen wurden.

Wolfgang Reinhard, Die Unterwerfung der Welt

Durante el colonialismo los inversores, tanto públicos como privados, ponían su dinero ante todo en el sector de exportación, en sentido amplio. El resultado fue un desarrollo económico orientado exclusivamente hacia el comercio exterior. La producción se organizaba más bien desde una perspectiva europea, puesto que los inversores conocían bien la demanda de Europa, pero poco las necesidades africanas y las posibilidades de éxitos. En pocos palabras, se trataba de alcanzar un máximo de productividad de la economía Europea, casi en ninguna ocasión de los beneficios en África. A veces, se realizaron inversiones sin sentido económico, como la producción de algodón en Unbangi-Schari, que padecía de unos costes de transporte prohibitivos y sólo llegó a ser rentable pasados decenios. Asímismo, donde los poderes públicos invertían en infraestructura, no tenían como objetivo primario el desarrollo de la productividad local, sino que se orientaban al comercio exterior. De ese modo se construyó en África una red de comunicaciones tan peculiar, que los telegramas entre colonias vecinas tenían que pasar por Europa.

Les había hablado en entradas anteriores que la expansión europea puede dividirse en dos fases, situadas a ambos lados de la fecha de 1750. En la primera, la influencia de Europa es predominantemente comercial, excepto en América, de manera que las civilizaciones autóctonas de África y Asia pudieron seguir sus trayectorias propias, sin preocuparse demasiado por los nuevos entrometidos de piel blanca. En la segunda etapa, sin embargo, la intromisión es eminentemente política, manifestándose bien en forma de conquista y dominio, como en la India, o en modificación de las estructuras políticas nativas cuando así convenía, como en China. 

Les había indicado también como durante el siglo XIX el resto de sociedades del mundo tuvieron que adoptar una postura frente a las ideas europeas, fuera ésta de rechazo, asimilación o aceptación. De hecho, todas ellas, incluso desde fechas muy tempranas al principio de ese siglo, estaban ya en proceso de cambio acelerado, de manera que el mundo actual podría ser muy distinto si no hubieran interferido las potencias europeas en su desarollo. La gran mayoría de estas refundaciones culturales y políticas autóctonas fueron abortadas, salvo la excepción japonesa, bien porque esos países terminaron siendo colonias, bien porque la acción europea les mantenía en constante estado de inestabilidad.

Hacia 1900, en consecuencia, el mundo era Europeo y puede decirse que no quedaba ya sociedad alguna cuyo destino no dependiese de los acontecimientos locales en las potencias coloniales. Esta repercusión podía ser directa, debido al gobierno directo europeo, como en la mayor parte de África, o indirecta, como en China y Japón, ya que todas las redes comerciales se habían fundido en una sola. La producción de los lugares más remotos estaba dictada, por tanto, por lo que se decidiera en las bolsas de Nueva York, Paris, Londres o Berlín, aun incluso cuando ninguno de los participantes tuviera consciencia de los lazos que les ataban.

La cuestión, no obstante, es otra, cuya respuesta sigue provocando debates airados en nuestro mundo ya postcolonial. Se trata simplemente de sí el imperialismo, en sus diferentes versiones, fue beneficioso para los países  afectados.


martes, 2 de mayo de 2017

La red y la expansión (VIII)

Doch unter Ranavalona I, der Witwe und Nachfolgerin des Königs, setzte ein Terrorregime mit Christenverfolgung und weitgehender Schließung des Landes ein. Es wurden aber keineswegs alle Neuerungen rückgängig gemacht. An de Küste blieb Handelstationen, und ein Franzose, der Schmied Jean Laborde, konnte als technisches Faktotum der Monarchin östlich der Hauptstadt Tanararive mit 1000 Arbeitern Werkstätten zur Herstellung jener Güter errichten, die nicht länger aus Europa bezogen werden sollten. Nach dem Tod der Königin begann in einer Phase überstürzter Verwestlichung unter ihrer Sohn die Rivalität englischer und französischer Vertreter am Hof. Laborde war französischer Konsul geworden. Doch von 1864 bis 1895 regierte der kluge Minister Rainilairivony das Land, kraft Ehe mit der neuer Königin und danach mit ihren beiden Nachfolgerinnen. Da Frankreich die einst von Ludwig XIV, ausgesprochene Annexion Madagaskar nie widerrufen habe, entschied sich der Premier im Einvernehmen mit der Königin für die Partei Englands. 1869 wurden er und die Königin evangelische Christen. Die Elite schloss sich an, Katholische Missionare, die inzwischen ebenfalls eingetroffen haben, wurden zunächst verfolgt und konnten Bekehrungen ohnehin nur bei Randgruppen erzielen. So wurden sie zu Verfechtern einer französischen Intervention, die nach Eröffnung der Suezkanals strategisch interessant geworden war, aber nach dem deutsch-französischen Krieg zunächst nicht im Frage kam. 1878 starb Laborde, der stets zu vermitteln versucht hatte. Ein ernsthafter Grunde für eine westlicher Einmischung lag aber nicht vor, so dass man durchaus erwarten konnte, das die Merina der Weg der Verwestlichung aus eigener Kraft weiter gehen würden. Denn sie und andere Afrikaner haben so geschickt und innovationsfreudig auf die neuen Verhältnisse reagiert, dass keineswegs zu erwarten war, dass der wachsende wirtschaftliche und kulturelle Einfluss Europas binnen weniger Jahre auch zur politischen Besitzergreifung des Kontinents führen würde.

Wolfgang Reinhard, La dominación del mundo 

Pero bajo Ranavalona, viuda y sucesora del rey, se estableció un régimen de terror con persecuciones de cristianos y cierre del país. Sin embargo, no se eliminaron en todo caso los avances anteriores. En la costa permanecían las factorías comerciales y un francés, el herrero Jean Laborde, consiguió crear, como consejero técnico del monarca, una factoría de 1000 trabajadores al este de la capital Tanararive, para fabricar todos aquellos artículos que ya no se podían obtener de Europa. Tras la muerte de la reina, durante una fase de acelerada occidentalización bajo el gobierno de su hijó, dio comienzo la rivalidad entre los representantes ingleses y franceses ante la corte. Laborde fue nombrado cónsul de Francia. Sin embargo, entre 1864 y 1895 gobernó el país un ministro capaz, Rainilairivony, gracias a la boda con la nueva reina y luego con sus dos sucesoras. Puesto que Francia no había renunciado a la declaración de anexión de Madagascar, realizada por Luis XIV, el primer ministros se decantó, en connivencia con la reina, por el partido inglés. En 1869 ambos se convirtieron al cristianismo evangélico,. La élite se les unió y los misioneros católicos, que entre tanto se habían introducido en el país, fueron primero perseguidos y luego sólo pudieron convertir grupos marginales. Así se conjuró el peligro de una intervención francesa, que se había tornado de interés estratégico tras la apertura del canal de Suez, pero que no pudo materializarse debido a la guerra francoprusiana. En 1878 murió Laborde que siempre había intentado mediar. No existían serias razones para una intervención occidental, de manera que se podía esperar, que la dinastía Merina encontrase un camino propio hacia la occidentalización. Porque ellos y otros africanos habían respondido de una manera tan astuta y favorable a las novedades, que nada hacía sospechar que en pocos años una conquista Europea del continente siguiese a la creciente influencia económica y cultural.

Cuando se relata la expansión colonial europea del siglo XIX, se suele citar el caso de Japón como excepción en un panorama donde los diferentes gobiernos nativos fueron derrotados, humillados y derribados por las fuerzas del colonialismo. Sólo los japoneses fueron capaces de sustraerse a esa tónica, para encontrar su propio camino a la modernidad. Tan acertado que en pocas décadas no sólo habían conseguido unirse al concierto de las naciones, como única potencia no occidental a la que se respetaba, sino incluso lanzar su propio imperialismo y derrotar a otros poderes hegemónicos, como Rusia en 1905.

Sin embargo, esto es un espejismo. Nuestra visión de la evolución de las sociedades extraeuropeas está distorsionada por el echo de que fue cortada en seco por las intervenciones militares europeas. Si se examina con cuidado la historia de los diferentes estados asiáticos, es fácil comprobar que antes de que los ejércitos coloniales se hicieran con el poder o simplemente trastocaran irremediablemente esos países, las sociedades nativas habían comenzado a responder a la presión económica y cultural occidental. Unas respuestas que no se limitaban, como se podía creer equivocadamente, al cierre de fronteras, la prohibición de ideas foráneas o la persecución de occidentales. En muchos casos, se produjeron auténticas revoluciones radicales que pusieron a esas sociedades en el camino de la modernidad, sólo detenidas por la conversión de esas tierras en colonias y protectorados.

Como prueba basta el caso de Siam en Asia, el otro país asiático que consiguió mantener su independencia enfrentando entre sí a los poderes coloniales vecinos, Inglaterra y Francia. Sin embargo, es mucho más interesante el caso Africano. No sólo porque la conquista europea fue allí mucho más tardía, dejando mayor espacio a un desarrollo independiente, sino porque viene a derribar bastante de los argumentos que justificaron esa conquista. Los mismos que aún hoy sirven para sostener el racismo resurgente.

viernes, 21 de abril de 2017

La red y la expansión (VII)

Nach einer Simulationsrechnung hätte um 1850 die Bevölkerung Afrikas südlich der Sahara 100 betrachten können, wegen der Verluste durch der Sklavenhandel seien es aber nur 50 Millionen gewesen, Außerdem sei damit Afrikas Anteil an der Bevölkerung des Atlantisches Raum von 30 Prozent um 1600 auf 10 um 1900 gefallen. Doch selbst wenn diese Ergebnisse zutreffen - was haben sie zu bedeuten? Hatte Afrika darunter zu leiden, dass seine Produktivität in Gestalt des jungen Männer im besten Alter nach Amerika transferiert wurde? Hat der Bevölkerungsverlust die binnenafrikanische Nachfrage unter eine Marge schrumpfen lassen, die für wirtschaftliches Wachstum unabdingbar gewesen wäre? Oder wurde Afrika, ein landwirtschaftliches benachteiligten Kontinent, durch der Sklavenhandel vom Bevölkerungsüberschuss entlastet, den es nicht mehr ernähren konnte? Immerhin gibt es Indizien dafür, dass selbst schlecht versorgte Sklaven in Amerika immer noch bessert ernährt waren als Afrikaner zuhause. Entspricht die afrikanische Zwangsmigration der freiwilligen europäischen Massenauswanderung des 19./20. Jahrhunderts, durch die vermieden wurde, dass Bevölkerungswachstum das wirtschaftliche Wachstum aufzehrte? Fest steht, dass zumindest einige Hauptsklavenhandelsgebiete wie Nigeria und Ghana am weitesten entwickelten Ländern des Kontinents und zu Vorreitern der Dekolonisation wurden.

Wolfgang Reinhard, Der Unterwerfung der Welt

Según una simulación la población de África al sur del Sahara podría haber alcanzado los 100 millones en 1850, pero debido a las pérdidas causadas por el tráfico de esclavo sólo era de 50. Además el peso de África en la población del área Atlántica cayó del 30 al 10 por ciento entre  1600 y 1900. Pero aunque hay que aceptar estos resultados, ¿qué significan en realidad? ¿Fue transferida la productividad Africana hacia América, en forma de hombres jóvenes en su mejor edad? ¿Redujo la pérdida de población la demanda interna africana hasta un nivel que hizo imposible su crecimiento económico? ¿O fue África, un continente eminentemente agrícola, liberado por el tráfico de esclavos de su exceso de población, al que ya no podía alimentar?  En este sentido existen indicios de que los esclavos llevados con tanta dificultad a América estaban mejor alimentados que los Africanos que se quedaron en ella. ¿Se corresponde la deportación de africanos con la migración voluntaria masiva de europeos en los siglos XIX y XX, que evito que el crecimiento demográfico agotase el crecimiento económico? Es seguro que al menos algunas zonas de esclavos, como Nigeria y Ghana llegaron a ser de los países más desarrollados del continente y precursores de la descolonización.

Ya les había comentado, en entradas anteriores de esta serie, las profundas diferencias entre la primera ola de expansión Europa, según se las contemple en el entorno asiático o en el atlántico. En Oriente, los Europeos se limitaron a controlar las vías de comunicación marítimas, construyendo una red dispersa de bases comerciales que muy raramente tenían proyección en el interior. Para los imperios y reinos de Asia, los europeos no eran más que una curiosidad, a los que se podía cerrar las puertas y expulsar cuando se quisiera, tolerados sólo en calidad de comerciantes y portadores de curiosidades científicas y técnicas. De hecho, la presencia de estas redes comerciales marítimas globales sirvió para crear un boom de las industrias asiáticas, como los tejidos de algodón en la India o la porcelana en China, de manera que, al parecer de algunos, la revolución industrial bien pudo haberse desencadenado allí, en vez de Inglaterra. O al menos las mismas condiciones estaban presentes en ambas partes.

La escena cambia cuando nos movemos a la cuenca Atlántica. Allí los Europeos, no sólo castellanos y portugueses, sino también franceses, holandeses e ingleses, se hicieron con inmensos espacios, desplazando y destruyendo a los pobladores originales. El choque fue tan brutal que las poblaciones autóctonas fueron diezmadas, de manera que apenas un siglo tras el descubrimiento, las epidemias, las guerras y los trabajos forzados pueden haberla reducido a un diez por ciento de su cifra original. Además, se produjo una auténtica europeización del medio ambiente americana, de manera que los cultivos y animales europeos pasaron a ser parte integral de ese otro ecosistema , mientras que los productos americanos deberían esperar al siglo XVIII para cobrar importancia en Europa.

Tan radical y profunda, tan catastrófica, fue la conquista y colonización de América, que sus consecuencias saltaron al otro lado del Atlántico, a África. La necesidad de mano de obra, acuciada por la desaparición de los habitantes autóctonos, llevó a la constitución del comercio de esclavos transatlántico, una de las mayores vergüenzas de la expansión europea, tildado en ocasiones de auténtico genocidio.

jueves, 16 de febrero de 2017

La red y la expansión (I)

Fest steht, dass im Zuge der Südexpansion des ptölemäischen Ägypten  gegen 100vChr,. Euxodos von Kyzikos zweimal direkt vom Roten Meer nach Indien fuhr und dass vermutlich um dieselbe Zeit ein gewisser Hippalos, der nach Vermutungen der Steuermann des Euxodus gewesen sein soll, das System der Monsune und damit der Möglichkeit der raschen Überquerung des Indischer Ozean für den Westen entdeckte. Die Ptölemaer begannen mit der Ausbau dieser Verbindung, scheinen sie aber wenig genutzt zu haben, auch wenn Kleopatra nach der Niederlage von Aktium die Flucht nach Indient erwog.
Die eigentliche Nutzung dieser neuen Möglichkeit begann erst unter römischer Herrschaft. Der Geographe Strabo berichtet, dass schon unter der ägyptischen Statthalterschaft des  Cornelius Gallus (30-27 v.Chr.) jährlich 120 Schiffe von Myos Hornos  (am südlichen Ende des Golfs von Suez) nach Indien fuhren, während es unter der Ptolemäern kaum zwanzig gewesen waren. Später wurde Myos Hornos von dem weiter südlichen gelegenen Berenice (auf die Breite von Medina bei Ras Benas) als Hauptindienthafen abgelöst. In beiden Fällen wurden die Güter über Land an den Nil und nach Alexandria transportiert. Man fuhr Mitte Juli von Ägypten ab und entlang der Küste nach Süden, um sich im Oktober vom Südwestmonsum nach Indien treiben zu lasse. Nach Eintritt des Nordostmonsum fuhr man dann noch im November oder Dezember von Indien an die Afrikanische Küste züruck und traf in Frühling den nächsten Jahres wieder in Ägypten ein.

Wolfang Reinhard, La conquista del Mundo (Die Unterwerfung der Welt): Historia Global de la expansión Europea de 1415 a 2015

Es seguro, que en la estela de la expansión del Egipto Ptolemaico hacia el sur, hacia el 100 a.C Euxodos de Kizikos viajó por dos veces directamente del Mar Rojo a la India y que probablemente, hacia la misma época, un tal Hippalos, que se supone debía ser el timonel de Euxodos, descubrió para Occidente el sistema de los vientos monzónicos y, por tanto, la posibilidad de una travesía rápida del Océano Índico. Los Ptolomeos comenzarón a trazar ese conexión, pero parecen haberla aprovechado poco, aunque Cleopatra sopesó huir a la India tras la derrota de Actio.
Un aprovechamiento claro de esta nueva posibilidad sólo comenzó durante el periodo romano. El geógrafo Estrabon nos informa, que ya durante el gobierno de Cornelio Gallo sobre Egipto (del 30 al 27 a.C.) partían hacia la India 120 barcos desde Mios Hornos (situado en el parte sur del Golfo de Suez) mientras que en tiempo de los Ptolomeos apenas lo hacían 20. Más tarde Myos Hornos fue substituido como puerto principal del comercio con la India por Berenice, situado aún más al sur (a la altura  de Medina en Ras Benas). En ambos casos, las mercancías eran transportada por tierra hasta el Nilo y luego a Alejandría. Se partía de Egipto a mediados de Julio y se navegaba a lo largo de la costa hacia el sur, para aprovechar en Octubre los vientos monzónicos del Sudoeste para cruzar a la India. Tras la llegada del monzón de noreste se navegaba de vuelta en noviembre o diciembre de la India a la costa de África y para llegar en la primavera del año siguiente a Egipto.

Si han ido siguiendo este blog, habrán podido ver que mis lecturas de este inicio de año giran alrededor de un problema histórico de primera magnitud: el dominio europeo sobre el mundo durante el siglo XIX y la primera mitad del XX. La pregunta que es preciso responder puede resumirse simplemente en por qué Europa y no, por ejemplo, China, la India o el Imperio Otomano, que eran potencias mundiales en el siglo XVII y XVIII. Las respuestas que se han dado han sido muy variadas, especialmente ahora que la repulsa al colonialismo y el eurocentrismo son requisitos esenciales para realizar ese análisis. De ahí se ha derivado que todo estudio histórico sobre la expansión Europea deba ser obligatoriamente global, no sólo teniendo en cuenta la visión de las otras culturas, aparte de la Europea, que estuvieron implicadas en estos procesos, sino buscando un equilibrio en el relato de los hechos y las transformaciones. Equilibrio que no debe consistir en una mera asignación de un mismo número de páginas, sino que debe huir de atribuir una superioridad esencial a Occidente o una inferioridad no menos originaria a Oriente.

miércoles, 12 de octubre de 2016

El gozne (IV)

Erst ab etwa 1860 kann man von einem faktischen Ende von transatlantischen Sklaventransporten aus Africa sprechen, jedenfalls der irgendwie registrierten und für Historiker fassbaren Handelsbewegungen. Der Sklavenhandel endete - abermals muss man nach De-facto-Zuständen fragen - in den einzelnen Exportgebieten zu ganz unterschiedlichen Zeitpunkten. Er verschwand zuerst von den Küsten Westafrikas, wo er früh  begonnen und lange die höchsten Umsatzzählen bewahrt hatte. Am Ende der 1840er Jahre war er hier so gut wie vorüber. Westafrika - der Küstenbogen von Sierra Leone bis zur Bucht von Biafra - war der erste Teil Afrikas, der sich vom demographischen Aderlass erholen konnte, bevor er in dem 1880er Jahre in der Turbulenzen der kolonialen Eroberung geriet. Das westliche Zentralafrika, also der Kongo und Angola, genoss bestenfalls eine kürzere Ruhepause von einer Generation. Im ganzen Osten des Kontinents vom Somali-Land bis Mosambik hingegen trafen die europäischen Kolonialeroberer in den 1880 Jahre zu einem Moment an, als der Sklavenhandel noch in vollem Gange war.
Jurgen Osterhammel, La transformación del mundo
 Como muy pronto, desde aproximadamente 1860 puede hablarse de un final de hecho del tráfico de esclavos transatlántico desde África, en todo caso, de los movimientos mercantiles registrados de alguna manera y por tanto detectables históricamente. El tráfico de esclavos terminó - de nuevo hay que preguntarse sobre las condiciones de hecho - en diferentes momentos para cada región exportadora particular. Desapareció primero en la costa de África Occidental, donde había comenzado tempranamente y había mantenido durante largo tiempo las mayores tasas de intercambio. Al final de la década de 1840 había prácticamente terminado. África Occidental, el arco de costa desde Sierra Leona al golfo de Biafra -   fue la primera región de África, en la que puede hablarse de una recuperación del déficit demográfico, antes que en la década de 1800 se viera envuelta en las turbulencias de la conquista colonial. África central occidental, por tanto, Congo y Angola, disfruto en el mejor de los casos de un corto respiro de una generación. En el este del continente, de Somalia a Mozambique incluidos, la conquista colonial europea de la década de 1800 se desarrolló en un momento, cuando el tráfico de esclavos aún estaba en pleno funcionamiento.
Otro de los aspectos en que el siglo XIX actúa de gozne en la historia mundial se refiere a las migraciones, mejor dicho, a las causas de estas migraciones. Durante toda la historia ha habido tres motivos principales para el movimiento de personas a grandes distancias: la necesidad de conquista, la huida ante mismo esas conquistas, y el tráfico de esclavos, bien a manos de esos conquistadores o mediante intermediarios. Estos tres motores migratorios, especialmente la esclavitud, van a ir desapareciendo a lo largo del siglo XIX, para ser substituidos por un tipo hasta entonces desconocido o muy poco importante: la migración por razones económicas, en busca de trabajo asegurado y condiciones de vida mejores. Este modo se ha vuelto dominante en el periodo final del siglo XX e inicial del XXI y aunque pueda ocultar tras de sí causas como la guerra, la opresión o la discriminación, se caracteriza por que su ejecución no es forzada, sino voluntaria, mientras que el tránsito es organizado, bien de forma legal, bien de forma ilegal.

No es que las formas antiguas hayan desaparecido por completo. A principios del siglo XIX se dieron algunos ejemplos tardíos de la migración conquistadora, como la irrupción de los Böers sudafricanos en el espacio Zulú o la expropiación, deportación y de los indios americanos, tanto en los EEUU como en el cono sur de ese continente, por parte de Chile y Argentina. De hecho, los peores ejemplos se dieron durante la segunda guerra mundial, con el intento de la Alemania nazi por convertir la URSS europea en una colonia y el rebote posterior que llevó a la desgermanización de áreas que habían pertenecido a ese ámbito cultural desde el siglo XII. En esa misma época, por otra parte, la URSS se embarcó en un programa de deportación de poblaciones que no se había presenciado - al menos a esa escala - desde tiempo asirios. Desde entonces, las crisis de refugiados, el fenómeno de los "desplazados" o las limpiezas étnicas, se han convertido en noticia casi constante en nuestras sociedades, hasta el extremo de llevarlas a cambiar su propias leyes e ideales. A peor, por supuesto.

Sin embargo, más importante que esta pervivencia de formas antiguas de migración y de su espectacularidad informativa, es el hecho que se han producido dos mutaciones transcendentales en el modo en que se realizan estos intercambios de población.


sábado, 5 de julio de 2014

Across the wide world


En el panorama expositivo madrileño, hay algunas instituciones que suelen pasar desapercibidas en medio del griterío de las majors. Una de ellas es La Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, que no suele prodigarse mucho, pero que cuando lo hace, suele acertar en lo que propone, o al menos no busca engañar y desorientar al público para que acuda masivamente a sus salas.

En esta ocasión, en su edificio han coincidido dos exposiciones que aparentemente no pueden estar más lejanas. La primera está dedicada a la escuela de estampa Japonesa que conocemos como Ukiyo-e, arte popular donde los haya, mientras la segunda se centra en el fotográfo español Ortiz Echagüe, una personalidad que supongo casi desconocida para el gran público, pero que para mí ha sido uno de los grandes descubrimientos de este año. De hecho, creo que lo voy a añadir a la lista de mis exposiciones favoritas en lo que llevamos de año, junto con Pontormo, Albers y una cuarta que ya les comentaré.

martes, 25 de marzo de 2014

The story behind

This head was once part of a complete statue that stood on Rome's most southerly frontier, on the border between modern Egypt and Sudan, probably in the town of Syene, near Aswan. This region has always been a political faultline, where the Mediterranean world clashes with Africa. In 25 BC, so the writer Strabo tells us, an invading army from the Sudanese kingdom of Meroe, led by the fierce one-eyed queen Candance, captured a series of Roman forts and towns in southern Egypt. Candance and her army took the statue back to the city of Meroe and buried the severed head of the glorious Augustus beneath the steps of temple dedicated to victory. It was a superbly calculated insult. From now, everybody walking up the steps would literally be crushing the Roman Emperor under their feet. And if you look closely at the head, you can see tiny grains of sand from the African desert embedded in the surface of the bronze - a badge of shame still visible on the glory of Rome.

Neil McGregor, A history of the world in 100 objects.

Es sabido que toda historia es contemporánea, aunque se refiera al pasado más remoto. O mejor dicho, que toda mirada al pasado se realiza con los ojos del presente, proyectando en lo que se relata nuestros ideales, nuestras apetencias y nuestras fobias. No es de extrañar, por tanto, que a la hora de leer historia, lo que busque la mayoría sea una confirmación de sus creencias, por muy equivocadas y fantasiosas que éstas sean, y que como consecuencia demasiadas veces los que escriben la historia adopten una actitud apologética, mediante la que intentan convertir el pasado en prueba fehaciente del presente. Ejemplos de esta distorsión hay muchos, cercanos y lejanos, como ocurre con la religión secular de los nacionalismos de toda vertiente u origen, siempre preocupados por encontrar la comunidad ideal y el hecho diferencial que bendiga el orden social y moral que quieren imponer a la población que tiene la desgracia de habitar sus territorios ancestrales.

Hay otras formas de abordar el estudio de la historia. De hecho, si algo he aprendido en mis muchos años de afición por esa disciplina humanística, es que uno de sus mayores placeres es encontrar repentinamente ese hecho que pone en cuestión todos tus supuestos anteriores. Esa iluminación no depende de lo mucho o poco que se sepa, puesto que como el mar, la historia es inabarcable, inconmensurable, hecho que explica las muchas seguridades y precauciones que colocan en su narración los malos historiadores a los que hacía antes referencia.

martes, 18 de febrero de 2014

Forcibly Forgotten

En 1690 apareció entre los tewa un "hombre-medicina" llamado Popé. Decía que había venido del extremo norte, donde había visitado el lago mítico Shipapu, lugar de origen de los tewa al que regresaban los espíritus de los muertos. Grandes milagros de produjeron  por su mediación. Los espíritus Kachina, venidos del agua sagrada, se abrieron velozmente camino bajo tierra y reaparecieron en los santuarios subterráneos jiva en forma de fuego, para decir a la gente lo que todos esperaban escuchar, es decir, que se levantaran contra los aborrecidos españoles. Cuerdas de nudo en fibra de yuca fueron enviadas como mensaje a todos los indios Pueblo de los alrededores, cada día, el jefe debía deshacer un nudo, hasta el momento en que todas las tribus pueblo se sublevaran a la vez. En agosto de 1690, súbitamente, estalló una insurrección desde Pecos (zuñi) hasta las las lejanas mesas (mesetas) hopi. Soldados y misioneros españiles fueron asesinados o tuvieron que huir, primero a Santa Fe, luego a El Paso; en octubre, no quedaba un sólo español en todo Nuevo Méjico. En los dos siglos siguientes, los hombres blancos no pudieron resistir al deseo de volver a estas regiones semiáridas. Pero los indios Pueblo practican todavía, con una fe fanática, los ritos que estiman necesarios para que caiga la lluvia, aunque sus ceremonias solemnes haya degenerado hoy en un espectáculo turístico.

Weston La Barre, Movimientos religiosos de aculturación en América del Norte, Tomo XII de la Historia de las Religiones siglo XXI: Movimientos religiosos derivados de la aculturación

He terminado en estas últimas semanas los dos últimos tomos de la Historia de las Religiones publicada por la editorial Siglo XXI. Me queda por leer el tomo dedicado al cristianismo medieval,  un volumen completamente inencontrable, pero esto no impide que pueda presentar algunas conclusiones sobre la obra en general y estos dos tomos en particular.

Lo primero que tengo que señalar es que la obra muestra demasiado su edad. Escrita hace ya medio siglo, durante la década de los sesenta, se notan demasiado las dependencias con escuelas de pensamiento que han perdido bastante de su antiguo prestigio, como es el caso del psicoanálisis, y se echa de menos una necesaria actualización con los conocimientos adquiridos en estas últimas décadas, si es que esto puede siquiera llegar a hacerse, tras el terremoto postmodernista en el campo de la historia. Por otra parte, la obra entera adolece de una fuerte irregularidad, en la que se alternan secciones que consiguen dar una visión equilibrada e iluminadora sobre religiones poco conocidas - por ejemplo el tomo dedicado al Hermetismo, la Gnosis y el Maniqueísmo - frente a otras donde la presentación se pierde en dirimir combates académicos periclitados de los que no queda actualmente ni el eco o bien se percibe una cierta servidumbre respecto a la variante religiosa profesada por el escritor - caso de los capítulos dedicados al Islám -.

Como ya he apuntado, los volúmenes más interesantes son los dedicados a las religiones desconocidas o remotas, quizás porque permiten una libertad ausente en la descripción de religiones cuyos seguidores continúan siendo fuerzas importantes en sus sociedades actuales, y que no temen actuar para defender sus dogmas religiosos. Siguiendo esa pauta, los volúmenes finales de la obra, dedicados respectivamente a las religiones sin tradición escrita y a las surgidas de los fenómenos de aculturación, resultan fascinantes por dos razones principales. Primero, por obligarnos a contemplar el fenómeno religioso de una forma completamente nueva, que pone en cuestión los presupuestos ideológicos que, se quiera o no, han sido implantados en cada uno de nosotros por la convivencia diaria con una religión dominante. Segundo, por iluminar aspectos desconocidos y obscuros de la historia mundial, como muestra el fragmento que encabeza esta entrada.

Es esa vertiente, el descubrimiento de una historia olvidada pero no por ello menos importante, el que quisiera analizar en estas líneas.