Nevertheless, his cousin, Alfonso Enríquez of Portugal, had stolen a match on him (Alfonso VII of Castille). in mid-March the Portuguese king had made a swift thrust south of Coimbra and in a night attack surprised the Muslim town of Santarem. With its fall, he now controlled the passage of the Tajo against any but waterborne forces, and had isolated Muslim Lisbon and its environs from its coreligionists to the south. The Feat was important in itself, but it became doubly so with the appearance of a crusading fleet upon the scene.
The first elements of this fleet had sailed from Cologne about the end of August bound for Levant. In the passage of the North Sea and the Channel it was joined by equally strong formations of Flemish and English. On Pentecost, June 8, 1147, the combined force arrived off Galicia, and some of its complement celebrated that feast at Santiago de Compostela. From Galicia, the crusaders sailed south to Oporto, where they were met by its bishop, Pedro. That prelate convinced them to at least stop to parley with his king who was holding Lisbon to siege. The crusaders did just that, and Alfonso Enríquez persuaded them to join in the attack. The price of their adhesion was a treaty guaranteeing them the spoils of success and subsequent perpetual trading privileges in the entire realm. Lisbon put up a stubborn defence, but finally succumbed to the combined forces on October 24, 1147. Mopping afterward turned all of Portugal north of the Tajo and south of Coimbra into Christian territory. It should perhaps be noted that the first bishop of a restored Lisbon was to be the Englishman Gilbert of Hastings
Bernard F. Reilly. The Contest of Christian and Muslim Spain. 1031-1157
En buena lógica, esta serie de entradas habría debido seguir con el libro de la Historia de España dirigida por John Lynch que está dedicada al emirato/califato de Córdoba, pero ese tomo aún está por salir, así que me he visto obligado a dar un salto de 250 años y pasar al volumén que describe la historia de Iberia del 1031 al 1157.
Puede parecer excesivo dedicar un libro entero a escasos 130 años y además de la historia medieval, pero esa impresión se disipa en cuanto se comienza su lectura y se derrumban varias de nuestras convicciones más profundas. Ya he comentado como uno de los errores más frecuentes en el estudio de la historia es caer en una visión teleológica, en la que los hechos presente ocurrieron necesariamente. Esta advertencia es especialmente necesaria en el caso del siglo a caballo entre el XI y el XII que se narra en esta obra, puesto que la versión en la que los españoles hemos sido educados es que tras la caída del Califato en el 1035, la reconquista cristiana era inevitable y necesaria, de forma que ningún suceso histórico podría haber invertido el resultado final, dando lugar a una España musulmana y no cristiana.
The first elements of this fleet had sailed from Cologne about the end of August bound for Levant. In the passage of the North Sea and the Channel it was joined by equally strong formations of Flemish and English. On Pentecost, June 8, 1147, the combined force arrived off Galicia, and some of its complement celebrated that feast at Santiago de Compostela. From Galicia, the crusaders sailed south to Oporto, where they were met by its bishop, Pedro. That prelate convinced them to at least stop to parley with his king who was holding Lisbon to siege. The crusaders did just that, and Alfonso Enríquez persuaded them to join in the attack. The price of their adhesion was a treaty guaranteeing them the spoils of success and subsequent perpetual trading privileges in the entire realm. Lisbon put up a stubborn defence, but finally succumbed to the combined forces on October 24, 1147. Mopping afterward turned all of Portugal north of the Tajo and south of Coimbra into Christian territory. It should perhaps be noted that the first bishop of a restored Lisbon was to be the Englishman Gilbert of Hastings
Bernard F. Reilly. The Contest of Christian and Muslim Spain. 1031-1157
En buena lógica, esta serie de entradas habría debido seguir con el libro de la Historia de España dirigida por John Lynch que está dedicada al emirato/califato de Córdoba, pero ese tomo aún está por salir, así que me he visto obligado a dar un salto de 250 años y pasar al volumén que describe la historia de Iberia del 1031 al 1157.
Puede parecer excesivo dedicar un libro entero a escasos 130 años y además de la historia medieval, pero esa impresión se disipa en cuanto se comienza su lectura y se derrumban varias de nuestras convicciones más profundas. Ya he comentado como uno de los errores más frecuentes en el estudio de la historia es caer en una visión teleológica, en la que los hechos presente ocurrieron necesariamente. Esta advertencia es especialmente necesaria en el caso del siglo a caballo entre el XI y el XII que se narra en esta obra, puesto que la versión en la que los españoles hemos sido educados es que tras la caída del Califato en el 1035, la reconquista cristiana era inevitable y necesaria, de forma que ningún suceso histórico podría haber invertido el resultado final, dando lugar a una España musulmana y no cristiana.