Como todos los domingos, continúo con mi revisión de la lista de cortos animados realizada por el misterioso profesor Beltesassar. Esta vez ha llegado el turno de Sexteens, corto realizado en 2006 por el animador argentino Juan Pablo Zaramella.
De nuevo comentarles como, en nuestro imaginario, la animación parece no existir fuera de regiones y estilos muy concretos: el anime japonés o la animación 3D norteamericana. Sin embargo, la familia de la animación es muy amplia y en ella caben todo tipo de sorpresas. Como, por ejemplo, que sus formas más estimulantes y audaces vinieran de los países del este de Europa. O que un país de cinematografía casi no existente, como Canadá, fuera desde el fin de la Segunda Guerra Mundial una de las potencias máximas de la animación. No obstante, a pesar de que el aficionado de verdad esté siempre alerta ante posibles manifestaciones en cualquier región del mundo, hay áreas que siempre quedan en el olvido, cuando no el menosprecio. Tal es el caso de la animación latinoamericana, siempre en lucha con el desinterés comercial e institucional, que frustra hasta a los mejores talentos.
El autor que hoy nos ocupa, Juan Pablo Zaramella, ha conseguido labrarse, a trancas y barrancas, un cierto prestigio internacional, gracias principalmente a su corto Luminaris. Sexteens es más simplón y mucho menos ambicioso que esa otra obra, pero aún así, en su falta de pretensiones, es un ejemplo magnífico de la amplitud de recursos de la animación. Desde un punto de vista expresivo, en primer lugar, porque con cuatro palotes y una paleta limitada, casi nula, de expresiones faciales, se las arregla para narrar una historia con mayor gracia que tantas sobrecargadas superproducciones hollywoodianas.
También desde el punto narrativo, característica que nunca está de más subrayar. Aunque tendamos a olvidarlo, a lo largo de la historia la animación ha sido un medio expecialmente eficaz de transmitir mensajes políticos, desde la propaganda en tiempo de guerra a campañas de concienciación social. Éste último aspecto es precisamente el que dio origen a Sexteens, que no es otra cosa que un anuncio institucional para que los jóvenes eviten tener sexo sin protección, no sólo para impedir embarazos no deseados, sino para prevenir las muchas enfermedades de transmisión sexual, como el SIDA.
Temas, los relacionados con las partes bajas de la anatomía, cuya sola mención ya es polémica, pero donde la animación se revela como un arma eficaz en su plasmación. Al considerarla como algo infantil y superficial, inofensivo e inocente, en cierta manera le permitimos ser más explícita, más franca y directas, que otros medios más realistas. Es más, toleramos que trate temas serios, como éste, con ligereza y humor, como si no fuera con nosotros. Bajamos así la guardia, momento en que el mensaje es capaz de llegarnos sin impedimentos, parecernos algo normal y natural, sin que quede lugar a la réplica o a la polémica. Tanto más eficaz aún, cuando ese contar las cosas con un guiño está en manos de un creador con talento, como es el caso de Zaramella.
No les entretengo más. Como siempre les dejo aquí el corto, un ejemplo notable de como narrar sin apenas recursos y de como abordar temas espinosos con sencillez y sin aspavientos.
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