Como empieza a ser costumbre de este blog, varias de las páginas más visitadas no son otra cosa que listas de enlaces. En este caso, la que recoge mis comentarios a las colecciones de cortos animados que el misterioso profesor Beltesassar distribuyó por la Internet.... y que hace ya varios años que no han tenido continuación.
Al contrario que la Lista de Annecy, centrada en ofrecer un visión completa de la historia de animación, la lista de Beltesassar se centra en la animación contemporánea, de 1990 al presente, con alguna incursión en el pasado. Puede parecer un ejercicio ocioso, pero toda esa animación contemporánea es casi invisible para el gran público. Se presenta en algun festivales de renombre, realiza un circuito durante ese años por otros, para luego desaparecer sin dejar rastro, fuera de alguna compilación de poca circulación y las consabidas cargas en Youtube.
La progresos en la forma quedan restringidos así a un estrecho círculo de profesionales, profesores y aficionados obsesivos, mientras que el gran público y la crítica no van más allá del consabido nuevo producto Pixar/Disney, que enseguida cubren de elogios desmesurados, como si la animación hubiese sido inventada por esas compañías ayer mismo.
Gran injusticia. Porque estas últimas tres décadas han visto el desarrollo y posterior victoria de la animación 3D, que ha servido de acicate para el resto de técnicas, que, gracias a las posibilidades del ordenador, han alcanzado cumbres imposibles para los animadores de épocas pasadas, haciendo así realidad sueños que hasta ahora se habían quedado en los tableros de dibujo o en las maquetas de trabajo.
La animación en su mejor momento. Sí, nada más cierto, pero también tan olvidada como de ordinario.
La lista de Beltesassar
Al contrario que la Lista de Annecy, centrada en ofrecer un visión completa de la historia de animación, la lista de Beltesassar se centra en la animación contemporánea, de 1990 al presente, con alguna incursión en el pasado. Puede parecer un ejercicio ocioso, pero toda esa animación contemporánea es casi invisible para el gran público. Se presenta en algun festivales de renombre, realiza un circuito durante ese años por otros, para luego desaparecer sin dejar rastro, fuera de alguna compilación de poca circulación y las consabidas cargas en Youtube.
La progresos en la forma quedan restringidos así a un estrecho círculo de profesionales, profesores y aficionados obsesivos, mientras que el gran público y la crítica no van más allá del consabido nuevo producto Pixar/Disney, que enseguida cubren de elogios desmesurados, como si la animación hubiese sido inventada por esas compañías ayer mismo.
Gran injusticia. Porque estas últimas tres décadas han visto el desarrollo y posterior victoria de la animación 3D, que ha servido de acicate para el resto de técnicas, que, gracias a las posibilidades del ordenador, han alcanzado cumbres imposibles para los animadores de épocas pasadas, haciendo así realidad sueños que hasta ahora se habían quedado en los tableros de dibujo o en las maquetas de trabajo.
La animación en su mejor momento. Sí, nada más cierto, pero también tan olvidada como de ordinario.
La lista de Beltesassar
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