martes, 10 de julio de 2007

The netherworld


Ver esta imagen y sentir un pequeño estremecimiento fue simultáneo. Simplemente porque vino a mi memoria las representaciones de las ballenas en los libros antiguos, aquellas realizadas por personas que nunca habían visto el mar y por descontado uno de estos mamíferos, y que las representaban como enormes serpientes, reptando sobre las aguas. con enormes cabezas de pez que sorbían el agua a raudales.

Tan distinto de la imagen a la que nos han aconstumbrado los documentales, y al mismo, tan poderosa, tan fascinante y seductora, para la mente fácilmente maleable de un niño, que sentía un ramalazo de terror sólo pensar en enfrentarse, en la inmensidad del mar, con uno de esos monstruos que la poblaban.

Es algo, este realismo a la inversa, tan parecido al de aquellos libros de antaño, que consigue que lo mágico e imaginario, se convierta en real y cercano, lo que convierte a esta serie, Seirei no Moribito (el guardián del espíritu) , en uno de las joyas de esta temporada.

He dicho realismo al inversa y acabo de darme cuenta que no es ése el concepto. En verdad, lo que hace esta serie es reproducir la realidad de forma casi perfecta, recogiendo y subrayando, los pequeños detalles en los que apenas reparamos por su cotidianidad, como el temblor de una moneda depositada en una mesa, el rodar de un disco metálico, hasta perder el impulso, vacilar y detenerse, las libélulas y los insectos en los arrozales, el frío del viento en las cumbres, el brillo del pescado que se asa, y aplicar ese grado inusitado de detalle a los momentos sobrenaturales de forma que no nos quede otro remedio que creernoslos.

Algo que, por cierto, es casi la marca de estilo del estudio IG, como bien quedo demostrado en películas como Ghost in the Shell (u otras colaboraciones para estudios no menos prestigiosos) o en las dos series que sucedieron (GiTS SAC y GiTS SAC: Second GIG) que precuelizaron a la película.

Un estilo que, como he dicho, se fundamenta, en crear mundos complejos, abrumadores en detalles y de los cuales la película y la serie alcanza a descubrir y explorar una mínima parte, dejándonos con ganas de saber más. Un mundo rico y variado que en el caso de Seirei, se extiende también a la psicología de los personajes, con una personalidad definida y un pasado no menos definido, que, en aplicación rigurosa de la praxis realista, afecta, condiciona y determina sus acciones y reacciones.

Una serie de prerequisitos formales que afectan a la resolución de las escenas. Así, cuando Barsa, la guerrera protagonista se ve enfrentada a un combate, la forma de hacerlo está condicionada por el hecho de no ser ya joven (se la supone entre 30 y 40) y por tanto, ser una superviviente. De esa forma, sus duelos , al contrario de lo que nos ha malaconstumbrado la praxis hollywoodiana, tienden a ser cortos, casi deslucidos, lo propio de alguien que sabe que tiene que acabar con el contrario cuanto antes, sin dar tiempo a cometer un error que le deje en sus manos o que lleguen los compañeros de éste.

Asímismo, cuando vemos actuar a Chagum, el heredero del Imperio cuya protección ha sido encomendada a Barsa, en todas su acciones se trasluce la educación que ha recibido, la de alguien destinado al gobierno,, encargado de dirigir hombres, de tomar las decisiones difíciles que los otros evitan, teniendo en mente el bien del país y de la población, y hacer todo esto sin traicionar sus dudas, su miedos, su ansiedad.

Una serie por tanto, fuera de lo común, tan notable que aunque la peripecia, la historia, la trama, al final de fueran n al garete, mereceríoa verse simplemente por los retratos de sus personajes y de las relaciones que los ligan o por capturas como la que sigue, cuajadas de efectos increíbles, iluminaciones inusitadas, paisajes soñados.

Aquello que nuestros ojos pueden percibir, pero la cámara obscura no, y que sólo el dibujo en movimiento puede restituirnos.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

He visto algunas escenas de esta serie y me ha parecido sencillamente magistral, la calidad es tal que no parece una serie de televisión. Creo que lo que más me llama la atención es la luz. ¿Guarda semejanzas con Los Doce Reinos?

David Flórez dijo...

La serie ha sido, al menos para mí, una de las sorpresas de la temporada, por como dices, esa calidad casi cinematográfica y el gusto por el detalle mínimo.

Con los doce reinos comparte el estar ambientado en una especie de China Medieval, sin embargo, si los doce reínos era una serie de fantasía con elementos reales, Seirei es más bien lo contrario, una serie anclada en la realidad con elementos fantásticos...