En mi revisión semanal de las compilaciones del misterioso profesor Beltesassar, le ha llegado el turno a Rejected, realizado en el año 2000 por el animador independiente/experimental Don Hertzfeld.
Antes de comenzar, digamoslo bien claro. Puede ser que Rejected no sea una obra maestra, pero sirvió para anunciar al mundo que un nuevo maestro de la animación había hecho su entrada. Impresión que sus cortos sucesivos demostraron fehacientemente por si quedaba alguna duda. Como todos los grandes, la figura y el arte de Hertzfeld no se puede reducir a unos cuantos mandamientos - como muchos críticos intentan con sus ídolos - pero intentaré al menos apuntar algunos de sus rasgos más característicos en estos breves párrafos que escribo apresuradamente cada semana.
Ya he señalado como los últimos veinte años han sido los de la victoria del ordenador y la animación 3D, hasta el extremo haber expulsado cualquier otra técnica, al menos de la animación comercial. La resistencia a esta invasión y colonización ha sido general y múltiple, adoptando múltiples soluciones y llevando a algunas formas de la animación - como la stop-motion- a cumbres insospechadas antes de esta revolución tecnológica. El camino de Hertzfeld es el del primitivismo, creando una animación reducida al mínimo - las figuras de palo de los pioneros - que a muchos aficionados les parece una confesión de falta de talento por parte del animador, cuando no un tipo de animación que no merece ningún aprecio.
Mi opinión es que se trata de una opción estética perfectamente válida y de hecho, han sido muchos los que recientemente han optado por la tosquedad y la falta de acabado como medio de mostrar su oposición frente a la dictadura del ordenador y la 3D - piénsese en los primeros episodios de South Park. Sin embargo, lo que distingue a Hertzfeld, demostrando que en su caso no se trata de un simple guiño a la galería, es que él no se queda ahí, en ese callejón sin salida de la animación burda, sino esa tosquedad constituye el punto de partida de una búsqueda estética que le ha permitido, en los cortos que siguieron a Rejected, crear efectos imposibles utilizando únicamente su imaginación, lápiz y papel, y la herramientas propias de un carpintero y un electricista.
Hertzfeld recupera así el espíritu de los pioneros, el de esos tiempos en los que todo estaba aún por inventar y sólo había que poner manos a la obra rompiendo a cada paso las reglas que uno mismo había descubierto. En ese sentido, como ya he apuntado, Rejected es el corto que demuestra el potencial imaginativo y estético del animador americano. Lo que empieza siendo como una broma estudiantil, un pseudodocumental que reoge los cortos burdos y ultrajantes de un animador experimental - él mismo - que van siendo rechazados por canales de TV y empresas muy serias y respetabables, da en su parte final un vuelco inesperado y trascendental, obedeciendo a una suerte de lógica interna en la que el propio animador se ve arrastrado.
Rejected podía haberse quedado en una simple colección de bromas, cuyo espíritu subversivo pronto hubiera perdido su filo - como ocurre con los episodios de Family Guy y demás en cuanto se ven un par de veces. Sin embargo, como digo, el cúmulo de rechazos que va sufriendo el animador afecta a su salud mental y esto se trasluce en su obra posterior, hasta producir un apocalipsis dentro del cuadro animado. Es en este punto, en esa ilustración del fin del mundo, cuando Hertzfeld muestra su valía, en un cúmulo de audacias que no parecen tener fin y que apenas duran un minuto. Como se puede ver en las capturas, el se atreve a agujerar el papel, transformando esos orificios en vórtices que tragan a sus personajes animados, incapaces de oponerse al vendaval que los arrastra. En ese paroxismo, Hertzfeld no duda el arrugar el papel sobre el que dibuja, creando una serie de ondas de choques que acaban con la vida de su personajes, como si la bomba atómica hubiera explotado en medio de ese mundo animado y sólo la pantalla - contra la que golpean impotentes sus criaturas - nos protegiera de sus efectos.
es en medio de esta locura estética cuando se puede observar , si se pasa el corto fotograma a fotograma, el cuidado, la precisión y la expresividad con que están animadas las figuras de palo de Hertzfeld, demostrando que si ha elegido ese modo no es porque no sepa animar, sino que pocos animadores actuales podrían hacer algo remotamente similar.
Y después de este rollo, les dejo con el corto. No se me asusten, disfrútenlo, y que sepan que hay varias obras maestras más de Hertzfeld en la compilación, así que no nos aburriremos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario