Como todos los domingos, llega el momento de examinar uno de los cortos animados de la lista de Beltesassar, El elegido en esta ocasión es Gone Nutty, dirigido en 2002 por Carlos Saldanha como extra al largo de animación Ice Age, producido por Blue Sky.
Ice Age fue un éxito de resonancia mundial. que puso en el mapa a la productora Ice Age y a su director Chris Wedge, quienes se vieron de repente capaces de hablarse de tú a tú con los grandes del negocio, como Pixar y DreamWorks. No sé hasta que punto este triunfo fue una de las causas del rodaje de Gone Nutty pero el caso es que no se estrenó comercialmente, sino que se distribuyó como extra de la edición en DVD del largo, aunque, curiosamente, si compitió para los Oscars de 2003 (a quién le interese, el único requisito para ser nominable es que el corto se proyecte en un cine de Los Ángeles antes de que termine el año).
Ya les comenté hace unas semanas la opinión que tenía de Bunny, el primer corto de Wedge/Blue Sky. En mi opinión era un filme completamente fallido, demasiado dependiente del impacto tecnológico y un desfasado sentimentalismo, por mucho Oscar de la academia que hubiera conseguido. No he llegado a ver Ice Age - ya saben de mi reticencia ante la 3D - pero creo que el mayor problema de Gone Nutty está precisamente en su dependencia del largo al que acompaña.
No es que la peripecia no se pueda disfrutar en solitario - es de una simpleza extraordinaria - pero está claro que fue concebido como un complemento, una variación sobre uno de los chistes de la películas, sin mayores pretensiones - lo cual, en este caso, es casi un elogio -. Desde un punto de vista argumental no aporta nada nuevo y de hecho, su mayor defecto, como tantos otros cortos contemporáneos, es que su dependencia de los modelos de la Warner es demasiado explícita, intentando recuperar el pulso y la vida de una fórmula, la de la animación clásica norteamericana, que murió hace ya más de medio siglo, a finales de los cincuenta.
Desde un punto de vista técnico, la factura es irreprochable. Asombra comprobar lo mucho que había avanzado la técnica de animación 3D en los escasos cuatro años que median entre Bunny, producto aún primitivo, y este Gone Nutty, obra ya madura. Sin embargo, es esta perfección tecnológica el principal enemigo de la 3D, ya que la vida media de sus producciones es muy escasa, apenas medio o un año, hasta que se produzca el nuevo salto tecnológico que deje obsoletos los logros anteriores. Para empeorar las cosas, la técnica de la 3D tiende a esconder la obra del artista individual, a uniformizar los resultados y dotarles de un mismo y único acabado. Así, si en las obras de la animación clásica es posible identificar las manos que han trabajado en cada corto, permitiendo así la creación de una historia paralela, en la que figuren los cortos mejor animados y los animadores que los crearon - como es el caso paradigmático de Jim Tyer - este trabajo es imposible de replicar en el caso de la 3D, por las razones ya apuntadas.
De todas formas, no quiero que se vayan con un mal sabor de boca. Ya saben que mi inquina contra la animación 3D es sólo una manía de viejo. El corto es divertido y aunque no vaya a pasar a la historia, no merece tampoco ser despezado. Aquí se lo dejo, para que lo disfruten.
No hay comentarios:
Publicar un comentario