jueves, 9 de febrero de 2017

El siglo de Europa (y III)

Otros historiadores adoptan el punto de vista opuesto al de la gran discontinuidad. destacando el hecho de que gran parte de los aspectos más característicos de nuestra época se originaron, en ocasiones de forma totalmente súbita, en los decenios anteriores a 1914. Buscan esas raíces y anticipaciones de nuestra época, que son evidentes. En la política, los partidos socialistas, que ocupan los gobiernos o son la primera fuerza de oposición en casi todos los estados de la Europa occidental, son producto del período que se extiende entre 1875 y 1914, al igual que una rama de la familia socialista, los partidos comunistas, que gobiernan los regímenes de la Europa oriental.* Otro tanto ocurre respecto al sistema de elección de los gobiernos mediante elección democrática, respecto a los modernos partidos de masas y los sindicatos obreros organizados a nivel nacional, así como con la legislación social.
Bajo el nombre de modernismo, la vanguardia de ese período protagonizó la mayor parte de la elevada producción cultural del siglo xx. Incluso ahora, cuando algunas vanguardias u otras escuelas no aceptan ya esa tradición, todavía se definen utilizando los mismos términos de lo que rechazan {posmodernismo). Mientras tanto, la cultura de la vida cotidiana está dominada todavía por tres innovaciones que se produjeron en ese período: la industria de la publicidad en su forma moderna, los periódicos o revistas modernos de circulación masiva y (directamente o a través de la televisión) el cince Es cierto que la ciencia y la tecnología han recorrido un largo camino desde 1875-1914, pero en el campo científico existe una evidente continuidad entre a época de Planck. Einstein y el joven Niels Bohr y el momento actual. En cuanto a la tecnología, los automóviles de gasolina y los ingenios voladores que aparecieron por primera vez en la historia en el período que estudiamos, dominan todavía nuestros paisajes y ciudades. La comunicación telefónica y radiofónica inventada en ese período se ha perfeccionado, pero no ha sido superada. Es posible que los últimos decenios del siglo xx no encajen ya en el marco establecido antes de 1914, marco que, sin embargo, es válido todavía a efectos de orientación.

La Era del Capital, 1875-1914, Eric Hobsbawn

Si fuera historiador, creo que me alinearía del lado de esos otros historiadores que menciona Hobsbawn en la última entrega de su trilogía sobre el siglo XIX. Sé que es casi un dogma definir el siglo XIX como un siglo largo, que comenzaría en algún año de la década de 1780 y concluiría con el inicio de la Primera Guerra Mundial en el siglo XX. Sin embargo, excepto en lo que se refiere a la aparición del totalitarismo como categoría política  tras esa guerra y el comienzo de la era atómica a finales del siguiente conflicto mundial, soy de la opinión que las ideas que gobernaron el siglo XX tuvieron su origen en las décadas anteriores a 1894. En concreto, a partir de 1880 - 1900 como muy tarde - y con reprecusiones en todos los aspectos políticos, científicos, culturales y artísticos.

Unas fechas a las que deberíamos retrotraer el inicio del siglo XX, quedando 1914 (o 1917, si lo prefieren) como punto de no retorno de esa metamorfosis



¿Y cuales son esas ideas del siglo XX que cristalizan al final del siglo XIX? Muy brevemente

  • El periodo 1880-1910 coincide con la segunda revolución industrial. En esas décadas se va a inventar el motor de explosión, que abrió paso al transporte terrestre personal masivo, al mismo tiempo que se dan los primeros pasos de la aeronáutica. De igual manera, se revolucionaron las comunicaciones con el desarrollo de la telefonía y la radio, y se invento el arte de masas por excelencia del siglo XX: el cine. Es también el tiempo de la electrificación masiva de las ciudades y las industrias, rompiendo la dependencia que tenían con el transporte y almacenamiento de combustibles fósiles y posibilitando el crecimiento de la industria ligera. Únase a esto un desarrollo de la química que permitirá, en poco tiempo, crear nuevos materiales como los plásticos, además sintetizar artiticialmente substancias que sólo podían obtenerse de cultivos y plantaciones.
  • Esta revolución técnica se va a replicar en el arte de la guerra, aunque algunos de estos logros, como el uso de la aviación como arma ofensiva o los gases asfixiantes, sólo se harán realidad durante la propia Primera Guerra Mundial. No obstante, en ese conflicto los ejércitos van a entrar en combate equipados con ametralladoras y fusiles de repetición, mientras que las marinas van a contar con los primeros acorazados modernos impulsados por un avance fundamental, las turbinas de vapor, que van a reemplazar a las anticuadas calderas de carbón. Sin contar, claro está, la introducción y uso del submarino como arma efectiva, ya desde el día 1.
  • El progreso técnico se aúna con una revolución científica transcendental. El periodo que se abre en 1900 va a sentar las bases de la teoría de la relatividad y la teoría cuántica. Ambas hicieron añicos la física clásica desarrollada por Newton en el siglo XVII y van a abrir un periodo de investigación acelerada que aún no se ha completado y que puede, incluso, haber alcanzado los límites del propio método que utiliza. Éste sería el caso de ciertas teorías, como la de cuerdas, para las que no ha sido posible desarrollar experimentos que las pongan a prueba.
  • El periodo que se inicia en 1900 es también el de las vanguardias artísticas, que demolieron la concepción del arte tal y como había quedado fijada desde el renacimiento italiano del siglo XV. El éxito, repercusión y duración de estas nuevas formas fue muy variado, total en la arquitectura y las artes plásticas, titubeante y ambiguo en la literatura, minoritario y rechazado en la música, pero ha gravitado sobre el arte de todo el siglo, hasta la aparición del postmodernismo en los 80 y la victoria completa del arte popular/comercial sobre las vanguardias minoritarias/elitistas.
  • Políticamente, las décadas a caballo de la fecha de 1900 ven la aparición del feminismo como movimiento político activo. No se trata ya de un pensamiento avanzado que queda limitado a los escritos de unas pocas precursoras, sino de un fenómeno de masas que involucra a una colectividad y se expresa en manifestaciones, acciones públicas y reivindicaciones concretas. El sufragismo británico y estadounidense, a pesar de su restricción a las clases medias y altas, se convirtió así en germen y modelo de todos los movimientos feministas que lo seguirían, desde la década de los 60 hasta la actualidad.
  • De igual manera, en 1880 aparece un movimiento sindical de inspiración marxista que no está restringido a pequeños grupos de exiliados y revolucionarios. Abarca, por el contrario, a amplios sectores de la población obrera en continuo crecimiento, de forma que su número le vuelve capaz de arrancar concesiones importantes a los poderes fácticos, sea por su acción directa o por el miedo de los gobiernos a una revolución. No sólo eso, estos movimientos sindicales son capaces de transformarse en partidos políticos que, en vísperas de 1914, son mayoritarios tanto en el Reichstag alemán como en la Asamblea Nacional Francesa, mientras que en otros países, como Inglaterra, conforman amplias minorías cuya voz no puede ser ignorada.
  • Finalmente, es también en la década de 1900 cuando el centro de la revolución pasa de Europa a sus periferias. En esa década tendrá lugar la Primera Revolución Rusa, el movimiento de los jóvenes turcos, la caída de la dinastía Manchú en China, la revolución iraní y la guerra civil mexicana. La historia del mundo deja de ser, por tanto, Europea, como había ocurrido en el siglo XIX para tener lugar, en sus aspectos esenciales, fuera de ese continente.
Estos rasgos van a marcar el desarrollo del siglo XX, excepto, como les apuntaba, en lo referente al desarrollo de los totalitarismos tras la primera guerra mundial y la invención de la bomba atómica tras la segunda. De hecho, el final del siglo XX se va a producir en las décadas entre 1980 y el 2000, cuando se produce la derrota de la izquierda marxista, el ascenso imparable del neoliberalismo en Occidente, además la eclosión, con la revolución iraní de 1979, de una enmienda de origen islámico a la totalidad del pensamiento moderno europeo. Esto en lo que se refiere a los aspectos políticos, porque en los culturales y estéticos, la modernidad artística se va a derrumbar en el postmodernismo, para el cual no existe nada que distinga o haga mejores unas experiencias culturales de otras, todas igual de válidas y de valiosas.

Finalmente, esas décadas van a presenciar el arranque de la tercera revolución industrial, la fundamentada en el manejo y transmisión de la información de modo global e instantáneo. Nuevo paradigma que, como sabrán, se sustenta en el trípode del ordenador personal, la Internet y las comunicaciones móviles

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