Como todos los domingos, continúo con mi revisión de la lista de cortos animados realizada por el misterioso profesor Beltesassar. Esta vez ha llegado el turno de The Mask Man (El Enmascarado),
realizado en 1969, aunque estrenado en 1971, por el animador norteamericano Jeff Hale sobre audio del humorista Lenny Bruce.
Lo primero pedirles disculpas por no incluir capturas. Las versiones de este corto que he podido encontrar por los youtubes son de muy mala calidad, aparentemente obtenidas todas del mismo VHS; mientras que la animación, como tal, ni es memorable ni brillante. Pertenece a esa edad obscur de la animación americana en los 60 y 70, cuando las producciones televisivas rivalizaban en producir la animación más barata y de peor calidad, mientras que un coloso del pasado como Disney parecía haber perdido completamente el norte, conformándose con copiarse a sí mismo una y otra vez. Otra cosa era el mundo de la animación experimental y vanguardista que en aquel tiempo, como en muchos otros ámbitos, creyó poder propiciar una revolución fundamental de la sociedad y cultura occidentales, pero se quedó en nada... o favoreció una transformación de signo completamente contrario.
The Mask Man es así una obra que tiene más interés histórico que artístico, y eso sólo para el público de los EEUU. La excusa del corto es ilustrar una grabación en directo de uno de los números cómicos del humorista Lenny Bruce, perteneciente a ese género que en América se llama stand-up comedy y que nosotros como loros de repetición, hemos descubierto y copiado hasta la saciedad en estas últimas décadas, cuando ya existía desde siempre - piénsese sólo en Gila o Tip y Coll - sólo que lo llamábamos humorista a secas. En ese género, Bruce se distinguió por comenzar otra tradición que se ha convertido también en característica de ese país: forzar los límites de lo que se podía decir en escena, para probar hasta que punto era sincero el compromiso de la sociedad con la libertad de expresión proclamada su democracia. Una postura que le tornaba en humorista político y que le llevó a frecuentes enfrentamientos con las autoridades y la derecha más rancia... y me temo que hoy le enemistaría con tantos puritanos de izquierdas como abundan.
El interés del corto se agota así en escuchar a un humorista mítico, al igual que hacemos nosotros con las grabaciones venerables de Gila o de Tip y Coll, sólo que esta vez en ilustración animada. Es precisamente en esta traducción a otro formato donde se encuentra el gran defecto de The Mask Man, incapaz de remedar la libertad y efervescencia verbal Lenny Bruce. Ocurre que aunque intenta adoptar las formas de la vanguardia, ese estilo anguloso y esquemático propio de la UFA y de la escuela de Zagreb, lo hace de forma torpe y rutinaria, sin imaginación ni audacia. Como si para ser moderno y transgresor bastase con adoptar la pose, sin necesitar dar un paso más allá, hacia lo desconocido. Lo que precisamente constituía la base del humor abrasivo de Bruce.
De esa manera, a pesar de todos los problemas que experimentó el corto y de las muchas censuras y prohibiciones a las que se vio sometido, ahora nos parece no una obra transgresora y contestataria, sino un ejemplo más, otra confirmación añadida, de ese pozo estético en el que se vio atrapada la animación americana, tras su edad de oro de 1930 a 1960.
No les entretengo más. Como siempre les dejo aquí el corto. Échenle un vistazo, si quieran, pero sólo como curiosidad, como recuerdo de un tiempo que, literalmente, parece pertenecer a otro siglo completamente distinto al nuestro.
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