sábado, 18 de abril de 2015

En Circulos (y VI)

Fr 2: [..] - Mimetus des Coitus, soll den Eifersuchtvorstellungen Material liefern [...]
Hinrichtung am Morgen. Coit. am Abend
Coit. nicht sex. mach. Ganz nur Reiz, einen Menschen sichtbar zu machen

Notas de Robert Musil hacia 1936 sobre la continuación de Der Mann ohne Eigenschaften

Fragmento 2: [..] Mímica del Coito, debe dar soporte a las ideas de celos [..]
Ejecución por la mañana, coito por la tarde.
El coito no debe ser sexual. Sólo debe hacer visible la atracción de una persona.

Hablaba hace unas entradas de las muchas dificultades a las que se enfrentó Musil a la hora de continuar lo publicado de El hombre sin atributos. Obstáculos tan grandes, que directamente reescribió gran parte de los capítulos que iba a publicar en 1937/38 como continuación, que no conclusión, de la segunda parte de su novela.

Sin embargo esas dificultades no fueron sólo temáticas/compositivas. Hacia 1936 sufrió un ictus - wikipedia dixit -, del cual no llegó a recuperarse completamente. Por otra parte, en 1933 tuvo que abandonar Berlín tras la llegada de los nazis al poder - quienes no tardaron mucho en prohibir sus obra - , para volver a su tierra natal, Austria, de la que tuvo que huir a su vez cuando Alemania se la anexionó en 1938, para encontrar un refugio en Suiza. Un asilo precario, no sólo por el riesgo de que los nazis fueran a atreverse también con ese país - tenían planes detallados para invadirlo - sino porque Musil apenas había publicado algo durante las décadas de entreguerras, de manera que su situación financiera era cercana a la pobreza. De ese estado sólo le salvó la labor incesante de su esposa Marta, auténtico soporte del matrimonio y luego albacea de la obra de su marido.

Toda este cúmulo de contrariedades y reveses, a las que hay que unir que Musil era un escritor en continua revisión de su obra, de ésos a los que hay que arrancarles los manuscritos para publicarlos, provocó que nos quedásemos sin saber como terminaba El hombre sin atributos, lo que no quiere decir que no se hayan realizado intentos para reconstruir sus intenciones, con mayor o menor acierto.


El primer problema al que debe enfrentarse cualquier reconstrucción es la ingente cantidad de material que quedó a su muerte y sus muy variados estados de composición, del mero apunte al margen para utilizar (o no) más tarde, hasta el capítulo completo y listo para publicar. Por otra parte, el estudioso se ve obligado a lidiar con el perfeccionismo del escritor, quien era capaz de tirar a la basura sin ningún remordimiento secciones enteras de la novela, no solo para mejorarlas y completarlas de nuevo, sino para conducir la narración por sendas en abierta contradición con los primeros borradores.

De la lectura de esos apuntes y anotaciones, pueden intuirse unas líneas generales,o al menos así parece de lo que llevo leído de ese "Extraido del legado" con que se substitula la edición que consulto, traducción más o menos cercanan al "Aus dem Anlass" original. Como advertencia, subrayen ese "lo que llevó leído", porque seguro que cuando continúe la lectura mis conclusiones quedarán invalidadas, como lo fueron las que les anticipé la semana pasada.

La cuestión es que aparte del tenso idilio entre Ulrich y su hermana, teñido de profecías de un milenio que anticipa el paraíso eterno pero al mismo tiempo se ve amenazado en su consumación, física y espiritual, por  su carácter de desafío y rechazo del orden social y moral, la otra trama principal en esta sección de la novela es la evolución del personaje de Clarise, esposa de su amigo Walter. En la primera parte Clarise había descubierto que al mismo tiempo que su marido se aburguesaba y abandonaba/perdía sus capacidades artísticas - él, que había elegido ser un genio y la había conquistado por ello -, ella heredaba su sensibilidad y talento, superádole en todos los sentidos.

Este descubrimiento de su propio potencial, de sus energías mentales inagotables, semejantes a las de un volcán a punto de entrar en erupción, llevaba desgraciadamente a que se le cortocicuitase el cerebro.  Su actividad mental febril la arrojaba a un estado de casi locura, que se traslucía en su obsesión por el asesino psicópata Moosbrugger; el mistificador, filosofo y timador a partes iguales,  Meigast y el deseo de tener un hijo de Ulrich, el cual se convertiría en un nuevo profeta/mesias, que habría de venir a resolver el bloqueo en el que se hallaba el mundo de su tiempo.

Finalmente, tras el fracaso de estas obsesiones, en la parte no escrita de la novela Clarisse huiría a Italia, en un viaje en parte vagabundeo, en parte alucinación - similar al del poeta Hölderlin - que culminaría con ella embarrancada en Nápoles. De ese naufragío vendría a rescatarla Ulrich, sin resultado alguno, mejor dicho con con Ulrich volviendo sólo a Viena, sin ella y sin Agathe, que le había acompañado. Ambos romperían así definitivamente, bien por la falta de decisión de Ulrich para desafiar el mundo - es decir  para aceptar a Agathe y aceptar a sí mismo, aunque eso supusiese un cometer un crimen ante la sociedad - bien porque al pecado del incesto prefiriese la seguridad y la normalidad del adulterio con Clarisse, con quien acabaría acostándose en cualquier caso, antes o después de la marcha de Agathe.

Un retorno, en soledad y frustración, lleno odio y venganza, que habría resuelto el dilema de la segunda parte, cerrando las puertas al paraíso, a la superación de la realidad o su transfiguración mística mediante el amor, sin que a ese camino de salvación/redención le substituyera otro. Porque cuando comenzase la tercera parte, y con ella la vuelta al mundo de la primera, abandonado en la segunda, el tiempo  se habría acabado definitivamente para Ulrich, como si estuviera ya muerto.

Porque la historia se habría interpuesto en su trayectoria vital. El mundo que le esperaba - o que no le esperaba ya, pero del que no podía escapar ni librarse - era un mundo que se encaminaba hacia la guerra, próxima e inevitable.

¿Y qué deberia ocurrir en esa tercera parte? Pues ya se lo contaré, si es que lo que me queda de ese Aus dem Anlass arroja alguna luz sobre ello.

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