miércoles, 22 de junio de 2011

Living dolls

Misa en Death Note

Debo confesar que escribir esta entrada puede resultarme un tanto difícil, ya que puede convertirse en un ataque directo contra el anime, que me cueste alguno de los pocos lectores que aún me quedan.

El caso es que de siempre uno de los grandes argumentos a favor del anime ha sido la presencia constante en sus historia de lo que se suele llamar mujeres fuertes, personajes femeninos independientes, capaces de realizar cualquier labor que pueda realizar un hombre y por tanto que no deben nada a las figuras masculinas de lo que ellas mismas quieran concederles. Un tipo de personajes que resultaban poco habituales en Occidente, a pesar de nuestra revolución sexual y la ascendencia del feminismo, y que resultaban aún más sorprendentes, si se tenía en cuenta que procedían de una cultura eminentemente patriarcal y machistas, donde fuera de las virtudes del hogar y la procreación, poco más se consideraba propio de las mujeres.

Pero... ¿esos mujeres fuertes que tanto nos atraían la norma o la excepción? Por mucho tiempo creí que eran la norma, pero últimamente me inclinó a pensar que son la excepción, especialmente tras el visionado reciente de Death Note.

Seamos claros, Death Note tiene un cierto tono misógino. Las mujeres que allí aparecen se dividen en dos tipos, aquellas cuya edad mental y aspecto físico parece haberse quedado anclada en la niñez, como la hermana del protagonista o Amane Misa, o mujeres de belleza madura e inteligencia pareja, como la esposa del agente de la CIA o Takada Kiyomi, cuyo único participación en la historia parece reducirse a ser seducidas, engañadas y destruidas por la inteligencia superior de Light/Kira.

En sí, esto no supondría nada, sólo hay que pensar que ese personaje, la mujer inteligente a la que su claridad mental no le aprovecha, es una de las constantes de la animación televisiva reciente, de South Park a Family Guy. No, lo realmente incriminatorio es la actitud del público, japonés y occidental, que en en Death Note sólo parecía tener ojos y pensamientos para la mujer/niña/muñeca representada por Misa y no prestaba atención alguna a la sofisticación y madurez de un personaje como el de Takada Kiyimi, interpretado por Sakaamoto Maya, famosa por Escaflowne, y que como profesional da cien mil vueltas a una seiyu como Hirano Aya, la voz de Misaa.

Es decir, que a pesar de todas la liberación sexual y la ascensión del feminismo, los hombres seguimos prefiriendo una belleza tonta, de mentalidad añiñada, a una señora que realmente sea nuestra camarada, en la esperanza de poderla mantener sujeta a nuestros caprichos y deseos, sin que se atreva a rechazar nuestras decisiones.


Phryne/Neesa en Fractale

Por supuesto, mucho de esto tiene que ver con la victoria del complejo moe/kawai en el anime reciente, que poco a poco va ocupando todos los espacios posibles, hasta hacerse la única posibilidad admitida, expulsando a aquellas mujeres fuertes de las que hablaba al principio y que constituían uno de los títulos de gloria del anime.

De esta forma, se llega a finales supuestamente felices como el de Fractale, pero que bien pensado deberían hacernos temblar, ya que en este caso el ideal pasa porque el protagonista acabe viviendo con una mujer, Phryne, que durante toda la serie ha demostrado su valentía, su criterio y su decisión, pero a la cual le ha sido transplantada la mente su alter ego de 10 años, Neesa, como si a ese personaje libre y seguro de sí mismo se le hubiera querido convertir en una inválida, totalmente a la merced del personaje masculino protagonista, para el cual no es más que un adorno, una curiosidad más de los objetos mecánicos que atiborran su casa.

Una conclusión que hubiera sido imposible hace 16 años, en tiempos de Evangelion y de Escaflowne, en las que la libertad y la inteligencia para usarlas eran indisociables de sus heroínas.

Mayushii en Steins:Gate
Una debilidad mental que parece ser la única cualidad requerida, al menos por los otakus, para que una mujer pueda ser amada, como ocurré con la Mayushii de Steins:Gate, cuyo único atractivo se reduce a sonidos monos, como los de un animal doméstico, coser y cocinar. Una caracterización que podría ser disculpable, al trabajar la mayoría del anime comercial con estereotipos, si no fuera porque otro de los personajes femeninos, Kuriso, supuesto genio científico, parece reducirse a actuar de tsundere (es decir, alternando ataques de ira con oleadas de cariña) y sonrojarse, demostrando bien a las claras que la inteligencia no es lo que se desea en una mujer.

Memma AnoHana
Una depreciación de la que no escapa ni siquera una serie tan brillante, desde el punto de vista de su animación, como AnoHana, en la que se realizan ímprobos esfuerzos para convencernos de porqué el protagonista está colgado de otra mujer adulta con mente de diez años, mientras que no presta atención a la que tiene al lado y que sabe moverse por el mundo.

Y entiéndame cuando digo que quieren convencernos, no es que nos expliquen las razones por las que el protagonista toma una decisión equivocada, sino que se nos muestra, por activa y por pasiva que ésa es la decisión correcta.

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