Como todos los domingos, continúo mi con revisión de la lista de cortos animados realizada por el misterioso profesor Beltesassar. Esta vez ha llegado el turno de A gentleman's duel (Un duelo entre caballeros), corto realizado en 2006 por los animadores Francisco Ruiz y Sean McNally para la productora americana Blur.
Desgraciadamente, en el caso de las producciones de animación comerciales es inevitable atribuir su autoría a la productora que se ocupó de su filmación y no a los propios artistas que se vieron involucrados en ella. Salvo excepciones muy precisas, las productoras intentan que los productos que salen de sus factorías tengan un estilo propio y reconocible, una marca de fábrica que los distinga ante el público, de manera que se intenta borrar cualquier atisbo y resto de personalidad que pueda señalar a un creador en concreto. Esto se consigue mediante la producción en cadena, donde el acabado final queda diluido entre muchas personas distintas, a quienes se les hace llegar unas instrucciones precisas a las que deben ajustarse, además de ir turnando y substituyendo a los individuos que ocupan posiciones clave en esa cadena de montaje, como directores, guionistas y animadores principales.
Si esto es cierto en el caso de los grandes nombres de la animación 3D como Pixar, Disney, Dreamworks, Blue Sky y demás, lo es más en el caso de aquellas otras productoras cuyo mercado principal son los efectos especiales, caso Weta o Blur, cada vez más importantes y decisivos en las películas de imagen y personajes reales. Para estas empresas especializadas, la animación pura es algo secundario, y como mucho, suele utilizarse para tener una demo que presentar a los clientes y convencerles de que la empresa está a la vanguardia de la tecnología digital. En otras palabras, que pueden confiar en ella para que sus nuevas películas hagan saltar las taquillas.
Debido a ello, los cortos creados por estas productoras especializadas suelen agotar su interés en ese mero propósito utilitario de publicidad de la compañía. A los pocos años, su nivel técnico ha quedado sobradamente superado y el escaso humor en el que basan su historia, siempre forzado, siempre mecánico y rutinario, no basta para justificar su visionado. Salvo excepciones, de las que una de ellas puede ser este A Gentleman's duel del estudio Blur que les comento hoy, cuyo impacto visual y su agudeza humorística siguen vivas. Incluso ahora mismo, cuando la realidad sintetizada en los ordenadores ha substituido por completo a la realidad capturada por las cámaras, que empieza a parecernos menos verosímil y creíble.
No es que A Gentleman's Duel esté desprovista de defectos. Sus personajes tienen aún el aspecto de muñecos de plástico tan desagradable al ojo, apenas disimulado por una necesaria deformación caricaturística. Por otra parte, su comicidad se resiente por esa necesidad moderna de prensar gags en el exiguo tiempo del corto hasta que éste casi estalle, para que así el público pueda irse satisfecho a casa pensando que ha invertido bien su dinero. Sin embargo, al contrario de otros cortos 3D que me he hartado en denostar - ya saben de mis tirrias -, en este caso todos esos elementos están bien engarzados, la exageración no es discordante, las bromas se encadenan en una progresión ejemplar, hasta alcanzar un doble climax cómico.
Se trata así de una excepción dentro de la animación 3D comercial, en el sentido de que es una de las primeras obras que a pesar de su evidente carácter de demo, consigue salirse de estos estrechos límites y continuar siendo interesante, válida, una vez pasado su momento y su utilidad.
No les entretengo más. Como siempre, aquí les dejo el corto para que le disfruten. No es una obra maestra, ni mucho menos revolucionaria, pero merece la atención y el interés debido a todo corto bien hecho.
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