martes, 16 de noviembre de 2010
Retro
Entre lo último que he visto de anime, se encuentra la serie de seis OVAs, Gundam Unicorn, de periodicidad semestral y última iteración de la franquicia que surgiera en los años 70.
Debo decir que me ha sorprendido gratamente.
Para que puedan apreciar en su justa medida el buen sabor que me ha dejado, les diré que (aún) no he visto la serie original ni los spinoff que le siguieron en los años 80, pero sí que he visto (desgraciadamente) dos de las versiones de los 90 y la década pasada, Gundam Seed y Gundam 00, las cuales se cuentan entre lo peor que haya visto del anime japonés (sí, aunque no lo parezca hay series a las que detesto, aunque no me guste comentarlo aquí, más que nada para no que parezca que me inflamo demasiado).
Cada serie tenía sus propias razones para ser mala. En el caso de Seed, se caracterizaba por una acúmulo de imposibles e inverosimilitudes que destruían cualquier posible intento por suspender eso que llaman la incredulidad. Desde el primer episodio, los "malos" eran tan archipoderosos que uno no acababa de comprender cómo podían existir aún las fuerzas de los "buenos", de manera que la única conclusión lógica era que la serie debería haber terminado antes de haber empezado. No sólo eso, sino que los "malos" parecían tener algún tipo de dispensa referente a las leyes físicas, de forma que mientras que los "buenos" se movían a paso de tortuga, a sus oponentes les daba tiempo a ir y volver de su base varias veces.
No quiero aburrirles más con Seed, pero baste decirlos que lo indicado arriba era sólo la punta del iceberg y no precisamente lo peor. En el caso de 00, se intentaba dar una cohartada política e histórica a todo lo que sucedía, que se si hubiera llevado con buen pulso hubiera dado origen a una serie más que notable. Sin embargo, inevitablemente empezaba a aparecer ese defecto tan común en otras muchas series, la tendencia a romper las propias reglas de juego que ellos mismo se han impuesto, de manera que los peligros insalvables, lo enemigos invencibles, eran dejados de lado sin que se nos mostrase una explicación válida, mientras la trama empezaba a dar bandazos sin aprovechar las oportunidades argumentales, entre otra muchas cosas porque la serie parecía más interesada en aplacar los gustos de los fans y no enajenarse a ninguno, que de ensamblar una narración coherente.
Pueden pensar que no me hallaba muy motivado a abordar una nueva serie de la franquicia, y de hecho la he pillado cuando ya llevaba dos episodios, para llevarme esa agradable sorpresa a la que hacía referencia.
Una sopresa que se me manifestó desde el primer momento, porque el diseño de personajes, incluso el de los más jóvenes, como puede verse en las capturas, tiene un aire retro y maduro que nos retrotae a la década de los 80, con lo que parece anunciar que lo que vamos a ver va a ser en serio y memorable, adulto y pensado, liberado de los tics moe y fan service, que parecen consustanciales al anime actual.
Una promesa que no se reveló huera, porque para mayor sorpresa mía, los sucesos del primer OVA son muy similares a los de Gundam Seed, sólo que realizados como debían haberlo sido, es decir, de manera que nos parezcan lógicos y naturales, en una atmósfera de peligro real cargada de la presencia de la muerte, que sabemos posible para todos los personajes.
En resumen, una excepción en el panorama actual, que nos hace recordar lo grande que era el anime de antaño y cuanto nos hemos apartado de él.
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