En una entrada anterior, les hablaba de como mi visión de Turn A Gundam (1999) me había hecho darme cuenta de los inmensos abismos técnicos, estéticos, narrativos e ideológicos que se han abierto en apenas dieciséis años de historia del anime. Tan infranqueables, que poco queda hoy de aquellos rasgos de estilo que hace dos décadas suponíamos consustanciales al estilo de esa escuela. Tantos, que se me había olvidado poner de manifiesto una de las evoluciones más insatisfactorias del anime reciente: la infantilización y la esterotipización de los personajes femeninos.
Hagamos una comparación, de esas odiosas. Turn A Gundam, en giro poco común en esa franquicia, narra el enfrentamiento entre una Tierra anclada en una tecnología pre-1900 y una hiperavanzada civilización lunar, que se supone relacionada con un estado anterior de la cultura terrestre. Pasado el ecuador de la serie, los protagonistas terrestres ascienden al espacio y deben aconstumbrarse a las nuevas condiciones que allí reinan, lo que lleva a ciertos accidentes. Entre ellos, uno de descompresión ocurrido en una ducha a dos de las protagonistas femeninas y que lleva a la intervención de uno de los protagonistas masculinos.
Lo interesante aquí es que esa escena hubiera sido utilizada en el anime contemporáneo para introducir una situación picante, seguida de una hiperreacción de los personajes femeninos, cosa que en Turn A Gundam no sucede, al entender los personajes que no había otro remedio. Todo lo contrario ocurre en una serie que se pretende de ciencia ficción dura, como es Sidonia no Kishi (2014-2015), donde cada dos por tres se introduce una de estas derivaciones picantes, con resultados completamente predecibles. Dejando aparte la cuestión de si Sidonia no Kishi es realmente ciencia ficción dura o no - en mi opinión, se queda muy, muy por debajo - lo cierto es que esa recurrencia en los clichés otakus, en el complejo mode/kawai y en la reducción de sus personajes a estereotipos, indica un cambio radical en el punto de vista con el que se contempla a los personajes jovenes.
Esa modificación es muy simple de definir. En Sidonia no Kishi, la mentalidad de los personajes permanece anclada en una infancia ideal, de la cual no se apartan un milímetro a pesar de la dureza de las condiciones en que se ven obligados a vivir. La adolescencia se convierte en una niñez extendida, de la que quedan excluidos los problemas de la vida adulta o como mucho terminan considerados como mero juego. Muy diferente, hasta adoptar el carácter de ese abismo al que me refería, es la postura adoptada en Turn A Gundam, cuyos personajes son también en parte adolescentes, pero cuya mirada se haya puesta en el futuro, en el papel que habrán de representar en un mundo adulto, para el cual deberán prepararse, forjar y endurecer su personalidad.
Si este posicionamiento afecta por igual a todos los personajes, quienes deben decidir qué quieren llegar a ser y, tomada esta decisión, llevarla a esta final, es aún más notable en el caso de los protagonistas femeninos, hasta tal punto que se puede hablar incluso de un protofeminismo, ese mismo que nos fascinó a tantos al encontrarnos con esas series animadas y que tan ausente está en la gran mayoría de las series modernas. En ellas, casi se puede decir que los personajes femeninos se construyen mediante rasgos de personalidad negativos - la histeria, la violencia desmesurada, la falta de consistencia en sus reacciones - o en función exclusiva de sus atributos sexuales secundarios.
En Turn-A-Gundam, por el contrario, aunque no se renuncia a representar la belleza de estas mujeres ni la posible atracción sexual que de ella se deriva, lo primordial son los rasgos de su personalidad. Su aspiración de llegar a ser en este mundo algo más que la hija de, la esposa de, la amante de de o la hermana de, para adoptar en cambio un papel centra y decisivo en la sociedad futura, sea piloto, ingeniera o cientifica, dirigente político o diplomática. Deseos y aspiraciones que les definen y a las que se entregan, y en cuya consecución habrán de vencer cualquier dificultad que se les presente, con su inteligencia y fuerza de carácter.
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