domingo, 26 de febrero de 2012

100 AS (LXXXIV): Le Chateau de Sable (1977) Co Hoedeman















 Como todos los domingos, ha llegado el turno de comentar un corto de la lista de mejores cortos animados recopilada por el Festival de Annecy en 2006. En esta ocasión ha llegado el turno de Le Chateau de Sable (El castillo de Arena) realizado en 1977 por Co Hoedeman y producido, por supuesto, por la NFB, institución que debería ser bien conocida a estas alturas por todos los que sigan este blog.

La importancia de este corto, en sus aspectos tanto técnicos como estéticos radica en tres puntos principales. En primer lugar, es una magnífica demonstración de la versatilidad y flexibilidad de la animación, que no necesita restringirse a una técnica determinada (el espejismo de la 3D, por ejemplo) sino que sabe que cualquier objeto, cualquier material, puede ser animado. En este caso se trata de la arena que, como todo niño sabe, basta que se le añada un poco de agua para que adquiera la consistencia adecuada para ser modelada a capricho, hasta poder conseguir cualquier forma, con un poco de cuidado y atención a las limitaciones de ese material.

Son esas limitaciones, su falta de resistencia interna, las que obligan a Hoedeman a utilizar estructuras de alambre recubiertas de tela a la que se ha adherido arena, para dar vida a las formas protagonistas del corto. Sin embargo, ese pequeño traición al material elegido en realidad es casi un requisito inevitable para dar rienda suelta a las fantasías que todo niño experimental al encontrarse por primera vez con ese material elástico y flexible que es la arena mojada.

Este es el segundo punto al que hacía referencia antes, ya que todo el corto se estructura como una filmación de ese proceso de modelado y creacción, en las que las manos del artista son capaces de modelar casi cualquier forma, por imposible que esta sea, y que en esta ocasión se nos representa ilustrado por la manera en que esas personajes fantásticos se crean a si mismo y se crean  así mismo, en un continuo proceso de invención que nunca dejar de sorprender, no sólo por la variedad de esos personajes quiméricos, sino por la manera en que sus formas se adaptan a los propósitos creadores a los que se dedicarán apenas nacidos, como si existiera una lógica en su capricho y asimetría.

Es esto último lo que nos lleva al tercer punto, el hecho de que en la imaginación de todo niño no es suficiente con crear esas formas caprichosas, el siguiente paso en su imaginación es verlas desprenderse del sedimento en el que anteriormente estaban confundidas y perdidas, cobrar vida y moverse, animadas por una voluntad distinta a la de su creador, para encontrar un lugar natural y lógico en el mundo que hasta hace unos instantes desconocía su existencia.

Estética y Técnica. Con esto podría bastar. Pero siempre habrá alguien, especialmente en estos tiempos, que pregunte por el mensaje, por el fondo que se pretende transmitir, más allá del mero divertimento, de la simple proeza técnica. Y el caso es que sí hay un mensaje. porque una vez creados todos estos seres paradójicos y construido por ellos un mundo a su medida, la misma arena de la que surgieron habrá de enterrarlos a ellos y a sus obras, como si nunca hubieran existido, esperamos que para recomenzar de nuevo pasado algún tiempo.

Pero esto no es tan importante, lo importante es que vean el corto, que les adjunto a continuación, y que se dejen fascinar por su inagotable fantasía e invención, que intenten adivinar cual es la función de cada nueva forma y que será lo que construya con ella.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola David, soy jasikevicius:

Muy bueno el corto, y muy premiado, pero de este director a mí siempre me ha gustado más 'Tchou-Tchou' (Co Hoedeman 1972), que puede verse aquí (ambos cortos son mudos y también tienen al mismo autor en la banda sonora):

http://www.nfb.ca/film/tchou-tchou_en

(Es mejor haberse visto ambos cortos antes de seguir leyendo debajo).

Yo, en estos casos, al ver dos buenos cortos de un mismo director, me pregunto qué ha hecho que un jurado especializado vote uno un año y, en otro año, no al otro (el que comentas tú fue más premiado que mi preferido). La única razón que se me ocurre es que el de la arena además de conectar con los niños mediante esa contínua fiesta de arena también parece sugerir un "mensaje" para gente de mayor edad, que si el polvo, que si el rostro primitivo y pétreo del creador de bestias, que si las civilizaciones antiguas y su final.
Para conseguir esta doble lectura el director parece evitar peripecias complejas y centrarse en una introducción-desarrollo-desenlace muy simple y simétrico. El corto de Tchou no parece tener esa sencillez ni ninguna lectura trascendental, más allá de la universalidad del sentimiento de amistad que se muestra, etc.

Es curioso que ambos cortos tengan en común ese universo, habitualmente transitado por los niños, del juego con la arena y el de los cubos de colores, y que en ambos cortos se juegue con ese aspecto lúdico del construir (con arena y con cubos).

Sin embargo, prefiero el de Tchou porque esa concepción modular del espacio que se muestra puede conmigo. Y es un acierto que Hoedeman baje la cámara a pie de obra, y la convierta casi en un cubo más. Por no hablar de la música que también encuentro más acertada en Tchou. En conjunto se crea una atmósfera inolvidable.

Imagino yo que, probablemente, el pecado que le vio el jurado a Tchou consistió en que cuenta una peripecia demasiado elaborada y dirigida a un determinado público como para tener lecturas más adultas. Por no hablar de que la arena tiene más variedad de usos -adultos y no adultos- mientras que los cubos de Tchou remiten única y exclusivamente al universo infantil.

Es una lástima.

Un saludo

David Flórez dijo...

Bueno, a mí me da más lástima pensar qie el nombre de Hoedeman y el de la mayoría de la lista de cien son absolutos desconocidos para el gran público y la crítica especializada, que incluso en su vertiente francesa, llega al auténtico desprecio.

Leyendo en ciertos foros de cuyo nombre no quiero acordarme y que parecen el espacio de la crème del estamento crítico, no puedo evitar tirarme de los pelos al leer ciertas estupideces y lugares comunes, que viene incluso de personas que por su afición a las artes gráficas deberían haberse librado de esos prejuicios largo tiempo atrás.

Pero en fin, es sólo mi opinión, la de alguien que en el fondo es un ignorante que aparenta no serlo.

Anónimo dijo...

>>>no puedo evitar tirarme de los pelos al leer ciertas estupideces y lugares comunes, que viene incluso de personas que por su afición a las artes gráficas deberían haberse librado de esos prejuicios largo tiempo atrás.>>>

¿Cómo cuáles? cuenta, cuenta. No tires la piedra y escondas la mano.
Sácalo fuera porque veo que algo te corroe. Supongo que, dependiendo de a qué te refieras, estaré o no de acuerdo contigo.

Un saludo

Jasi

David Flórez dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
David Flórez dijo...

No bueno, ayer es que estaba bastante cansado y cabreado...

Pero es la lucha de siempre, que al final no sabe uno si alegrarse de que el estamento crítico, apoyado en la sapiencia de sus grandes nombres, no considere la animación como cine... para lo cual la reduce torcidamente a sus peores formas y manifestaciones.

Y sobre lo otro, pues bueno... que peor que ver un cómic convertido en película de animación es verlo convertido en película de personajes reales, como es la moda ahora...

Anónimo dijo...

Ánimo, que con tu blog haces tu contribución por dar a conocer buenas animaciones desconocidas.
Veo que con el tiempo tu blog se ha vuelto más multimedia y los contenidos siguen siendo igual de buenos.

Te felicito.

Jasi