En esta revisión semanal de la lista de 100 mejores cortos de animación recopilada por el festival de Annecy (ahora alojada en este blog, para que no tengan que ir a sitios raros a consultarla) le ha llegado el turno a Geri's Game, realizada por Jan Pinkava para los archifamosos estudios Pixar.
Este aspecto de demo en espera de producto final es uno de los peores defectos de los cortos de la Pixar, productora de un éxito inesperado y en cierta manera, injusto. Como digo, la mayoría de la obra breve surgida del estudio americano parece limitarse a ser un anuncio de las posibilidades de la técnica, agotándose en ello su creatividad e interés, por lo que en general tienden a ser obras bastante olvidables y perecederas, salvo excepciones.
Salvo excepciones.
La más notable fue uno de sus cortos fundacionales, Knicl Knack, donde una técnica aún primitiva evitó que se intentarán ocultar sus defectos y obligó a aplicar la máxima creatividad posible, consiguiendo un corto que en poco tiene que envidiar a los clásicos... excepto porque cuando Pixar se fusionó con Disney sufrió un drástico recorte en su contenido para hacerlo más familiar.
En el ejemplo de esta semana, no obstante, Pixar logaría un minúsculo milagro que quizás pase inadvertido a muchos de los aficionados. Se trata de que, en general, la tradición americana de animación ha huido de la representación cabal del ser humano, prefieriendo a los animales antromorfizados o tendiendo a la caricatura extrema. Una tendencia que se ha heredado en la animación 3D, donde se intenta evitar la animación de seres humanos, substituyéndolos generalmente por actores reales o por ese rotoscopio de millonarios que llaman motion capture.
Un miedo que ha conseguido que, a pesar de todos los avances de la técnica, la animación de seres humanos en 3D haya sido siempre fallidad, cayendo en dos vicios aparentemente opuestos, la maldición del uncanny valley, donde los seres humanos acaban convertidos en muñecas hinchables andantes, o la caricaturización excesiva, que resulta incompatible con el hiperrealismo de la nueva técnica.... excepto, en este corto, como digo, donde el anciano protagonista resulta perfectamente creíble, y de hecho, si algo desentona no es él sino los fondos en los que se mueve.
Un triunfo que es debido tanto a que no se busca el realismo a ultranza ni la caracterización a muerte, esos dos defectos opuestos de los que hablaba, pero sobre todo a que los animadores han buscado representar todos los tics y manierismos de una persona de avanzada edad, tal y como estamos aconstumbrados y esperamos verlos, de forma que el público no puede tener otra reacción que creer y gustar de aquello que está viendo.
Y como siempre, aquí les dejo con el corto, para que los disfruten. No es uno de mis favoritos, pero es notable por méritos propios
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