En la acostumbrada revisión anual de la lista de Beltesassar nos encontramos con un viejo conocido, Pillip Mulloy y dos de sus cortos más representativos, Intolerance del año 2000 e Intolerance II 2001.
Ya había reseñado Intolerance para la extinta revista Tren de Sombras, así que no voy a repetir lo que dije en esa ocasión, ni mis apreciaciones sobre Cowboys que comenté hace un par de semanas. Basta con indicar que lo característico de la animación de Mulloy es su renuncia a esa supuesta perfección técnica promovida por Disney y Pixar que comúnmente se concibe como la única animación válida, de forma que el animador Británico conscientemente se decanta por el feísmo y el desarreglo, como medios de sacudir al espectador. Únase a esto su desprecio por la animación familiar - o falsamente subversiva - vendida por ambas marcas multinacionales y tendremos la figura completa de un animador insolente que utiliza sus cortos como auténticas granadas de mano, sin preocuparse por las víctimas que deja a su paso.
En vez de insistir en lo ya sabido si quiero subrayar la inmensa diferencia que media entre Intolerance I e Intolerance II, dos cortos separados por un año escaso, pero que revelan una no sé si evolución, cambio, metamórfosis, apaciguamiento o quizás claudicación - veremos luego porqué-. Lo más llamativo en Intolerancia II es el descubrimiento repentino del color. Un color que, es cierto, se restringe a tonalidades casi puras y parece no tener otra función que la de rellenar los fondos, mientras que los diseños - y su animación - de Mulloy siguen teniendo la hiriente fealdad y desarreglo que les eran características.
Todo parece seguir igual, por tanto, pero en realidad nos es así, porque ese uso del color dota de una belleza desacostumbrada y un tanto chirriante al estilo de Mulloy. Un giro con sordina hacia un acabado más artístico que en cortos posteriores se intensificará. Añádase a esto que la anécdota principal toma prestada su trama de películas B de los años cincuenta - la invasión de la tierra por parte de extraterrestres que poco a poco van substituyendo a la población humana - que se aborda con un humor más que evidente, atenuando un tanto la fiereza y la acidez de la excusa temática, la crítica salvaje de unos EEUU, bastiones de la democracia, la moralidad y, por supuesto, el cristianismo, cuando no son otra cosa que sepulcros blanqueados que no ocultan otra cosa que montones de basura y de desechos.
No se me entienda mal, ambos cortos son excepcionales, obras maestras de un forma y de un autor que supo hacerse un nombre en la animación reciente por méritos propios - y un poco de ayuda de las subvenciones de Channel Four . No obstante, este giro hacia el humor y la belleza anunció en fecha muy temprana una cierta atenuación de su radicalismo político, como si el mismo consistiera en arrancarse los colmillos con los que había desgarrado tantas ideas establecidas, temores que se hicieron realidad, en fecha reciente, con Intolerancia III, donde el humor, fácil aunque ingenioso, acaban por contradecir lo afirmado y defendido en las entregas anteriores.
Por último, como todos los fines de semana, aquí les dejo ambos cortos. Disfrútenlos, juzguen por sí mismo, y no vayan quemando cines e Internets tras su visionado.
Phil Mulloy - Intolerance & Intolerance II... por lostfiles
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