Entre las muchas distorsiones que produjera la serie Evangelion, creada por el estudio Gainax, se haya la idea general de que ese estudio se especializó en complicadas narraciones de corte dramático, idea apoyada por otras grandes obras como el primer Gunbuster o Honneamise. Sin embargo, todo aquel que se halla tomado el esfuerzo de seguir la evolución sabe que lo que realmente le va a Gainax es la comedia desmadrada y desenfrenada, como prueban obras del tipo de Otaku no Video, FLCL, secciones de Kare Kano, Tengen Toppa Gurren Lagan o la que acabo de revisar durante estas semanas: Panty and Stocking with Garterbelt del 2010.
Cualquier aficionado levemente familiarizado con los cortos de la Warner sabe por experiencia propia de lo que estoy hablando. El tipo de comedia practicado por el estudio norteamericano renuncia voluntariamente a cualquier tipo de verosimilitud y realismo, liberando así a la animación de las ataduras que supone pretender ser el reflejo del mundo real. Desde que se toma esa decisión, cualquier atrevimiento está permitido, desde la mezcla de estilos contradictorios hasta la completa deformación y distorsión de los personajes animados, pasando por el abandono de cualesquiera pretensiones narrativas o la inclusión de situaciones - y resoluciones - imposibles.
En el conjunto de la obra de Gainax, más que abundante en excentricidades, Panty and Stocking puede ser su obra más audaz, al llevar esos supuestos teóricos casi hasta el límite. De hecho, sino llega a superar a FLCL, la auténtica obra maestra de Gainax, es precisamente por que su exuberancia visual y creativa le lleva a perder el pulso firme que FLCL fue capaz de mantener incluso en sus momentos más disparatados. En cualquier caso, esto es un defecto menor, incapaz de ocultar que en Panty and Sotcking, Gainax está en estado puro, citando todos y cada uno de los elementos que conviertieron a este estudio hasta ayer mismo - cuando como Madhouse dejó de ser él mismo - en la auténtica perla negra del anime.
No es ya que Gainax se atreva a dejar de lado el estilo moe dominante desde principios de la década pasada, para adoptar un modo más Europeo/Americano, que no tenga reparo alguno en incluir el sexo y la escatología a cada instante, o que se deje llevar, una y otra vez por parodias de todo tipo,ya sean obscuras, recientes o inevitables, como demuestra la descacharrante parodia de Saving Private Ryan, convertida en una alegoría del sexo salvaje, tal y como suena. Es simplemente - o mejor dicho, precisamente - que Gainax hace uso de su reconocida excentricidad para dar rienda suelta a sus animadores.
Digámoslo ya, algunas secuencias de Panty and Stockin figuran entre las mejores secuencias que nos haya dado la animación japonesa, especialmente en el contexto de la series televisivas. Una excelencia que no se limita al número de imágenes por segundo, ni la expresividad y flexibilidad de la animación tradicional - esa que consigue reproducir los movimientos naturales mediante la distorsión y la deformación - si no que se fundamenta en una constante experimentación, en la que los sonidos, representados por sus onomatopeyas escritas, forman parte integral de la acción animada, o en la que no se tiene miedo de mezclar imagen real con el dibujo animado, como ocurre en la secuencia que inicia esta entrada.
En definitiva, una de las mejores series de anime de los últimos años, y una obra que demostró el altísimo nivel que aún mantenía Gainax, justo antes de perderse.
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