domingo, 14 de agosto de 2011

100 AS (LXVb): Allegretto (1936) Oskar Fischinger


Hoy es Domingo, luego es el momento de una entrada en la revisión de la lista de mejores cortos animados recopilada por el festival de Annecy, sólo que esta vez tiraremos de la lista B, aunque su representante sea uno de los grandes. Les hablo de Oskar Fischinger y su corto Allegretto realizado en 1936, un animador del que los pocos habituales de este blog sabrán que es uno de mis favoritos.

El nombre de Fischinger está indisolublemente unido con el de la animación abstracta, del cual fue uno de sus pioneros. Él mismo fue un notable pintor de la segunda generación de la abstracción, la que emergería tras la primera guerra mundial, de manera que su cuadros y sus cortos vienen a ser como fragmentos de una misma actividad, aplicadas a diferentes soportes. En concreto, sus cortos animados intentan resolver un problema que está en la raíz de la abstracción y de la misma pintura, la quasi imposibilidad de representar el movimiento de una forma realista y convincente, pero asímismo se esfuerzan en hacer visible la música de los colores, esa pintura que trabajaría con los tonos y las formas de las misma manera que un músico utiliza notas y ritmos.

Con este objetivo, Fischinger parte siempre de una partitura musical que intenta traducir en colores y formas, aunque en sus últimos cortos intentaría prescindir de este acompañamiento o al menos disociarse de él. En el caso de Allegreto, realizado durante su estancia americana tras exiliarse de la Alemania nazi, se intenta asociar cada forma con uno de los instrumentos del conjunto de jazz que sirve de base para construir el corto, como es el caso de los rombos para identificar las trompetas, además de utilizar diferentes colores para resaltar los acentos o patrones de movimientos distintos para los ritmos que van a apareciendo, de manera que podamos ver la música que estamos oyendo.

Por supuesto, estamos hablando de Fischinger, y esto significa que el corto nunca se convierte en un estéril ejercicio de estilo. Las obras de Fischinger si se caracterizan por algo es por estar dotadas de una inmensa alegría, de un entusiamso que demuestra un profundo conocimiento y amor por la música que se está adaptando, lo cual provocaba que a pesar de pertenecer a la vanguardia más radical, estos cortos estuvieran destinados al gran público, que en aquel tiempo era de todo menos receptivo o tolerante con las innovaciones, o al menos no se hallaba anestesiado y anestesiado por una inundación de novedades. Un público que, a pesar de estos reparos, sabemos que disfrutaba con ellos, puesto que estos cortos no se proyectaban en los museos, sino en las propias salas comerciales, algo impensable hoy en día, y su elaboración estaba encargada por las grandes productoras, en este caso la Paramount... aunque luego sería descuartizado en su distribución y Fischinger tuviera que rescatarlo y restaurarlo en su forma actual.

Como siempre, les dejo con el corto para que lo disfruten, y si les deja un tanto fríos, piensen que está realizado moviendo infinidad de recortes de papel, un trabajo ingente y enloquecedor, porque ya saben, en aquellos tiempos aún no había ordenadores.




2 comentarios:

Alice KosHA dijo...

Muy interesante tu aporte :3
me podrías decir por favor que técnicas utilizaba Fischinger normalmente?

David Flórez dijo...

Gracias por el elogio.

Basicamente dos, animación fotográma a fotográma de piezas de madera y papel, o bien pintura directa sobre cristal.