martes, 28 de septiembre de 2010

100 AS (XXXb): Three Little Pigs (1933) Walt Disney


 Desgraciadamente, el domingo pasado me fue imposible cumplir con la cita semanal con la lista de mejores cortos animados que recopilara el festival de Annecy, así que aprovecharemos hoy para subsanar otra falta. Por otra parte, los que hayan seguido estas anotaciones sabrán que de vez en cuando añado algún corto tipo "b", sin otra razón especial que el hecho de que las "recopilaciones" de los cortos que corren por ahí, no han podido encontrar todos los que figuran en la lista de Annecy y han añadido algunos "de igual calidad" como dicen en los anuncios.

Esto en sí no es malo, por supuesto, ya que toda lista es incompleta y siempre se quedan fuera, por falta de espacio, magníficos cortos, con lo que la mezcla de varias fuentes sirve para obtener una mejor visión del tema tratado, especialmente cuando se trata de una forma tan injustamente olvidada y menospreciada como la animación.

En este caso se trata de un corto que tiene un valor especial, por muy diferentes razones que no tienen que ver con su calidad, de la que ya hablaremos. La primera es que este corto es de los pocos que figuran en la retina de varias generaciones de espectadores, hasta el punto de haberse superado a sí mismo y haberse convertido en mito, siendo conocido y reconocido, a pesar de no haber sido nunca visto, como ocurre por ejemplo en literatura con Treasure Island o The Strange Case of Dr Jeckyll and Mr. Hide, en un claro ejemplo de la victoria absoluta de Disney sobre todos sus rivales y de como consiguió que durante décadas Disney y animación fueran sinónimos.

Por otra parte, en una vuelta inesperada del destino, éste corto es el padre de una larga dinastía de cortos que lo adaptan de forma ironica y que fueron realizados por los mejores animadores del momento. Tal es el caso de Tex Avery y su Blitz Wolf



o de Friz Freleng y sus Three Little Bops




dos cortos, entre muchos, divertidos e imaginativos a más no poder, y que basan parte de su gracia en poner patas arriba el esquema propuesto por Disney, especialmente su sensiblería y ñoñeria, aún no tan patente e insoportable por aquellos fechas.

Por supuesto, aquellos que hayan leído estas notas, sabrán que no soy especialmente fan de la Disney, no tanto de su producción en sí, sino de su deriva hacía productos cada vez más blandos, impersonales e inócuos, así como del daño que su victoria en los 30 le causó a la animación, puesto que esa igualdad entre Disney y animación, dogma de fe durante decenios, llevó a los young turks  de Cahiers de Cinéma a despreciar en bloque a la animación y calificarla como no cine, cuando en los 30, los teóricos de la modernidad y la vanguardia, la consideraban como una de las formas más prometedoras.

No obstante, dejando aparte estas consideraciones (y el odio que tiene la Disney actual hacia su pasado, que le lleva a editar sus cortos clásicas con tiradas mínimas y sin restaurar en absoluto) hay que decir que Three Little Pigs, sólo por la calidad de su animación es una obra más que notable. Ha envejecido mal, como toda la Disney, y frente a la Warner su humor nos parece forzado y su estilo anticuado, pero aún así, como digo es un ejemplo de animación casi perfecta, con una magnífica sincronización entre movimiento y música, además de detalles completamente inesperados, como el que he querido recoger arriba, en el que el lobo disfrazado de cordero, mira al público como queriendo comprobar si vamos a avisar a los cerditos refugiados en la casa de ladrillo.

Y como siempre, les dejo con el corto, para que lo disfruten.


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