martes, 3 de agosto de 2010

(My) Wasted Youth


La serie Amagami SS, a la que pertenecen las capturas anteriores, no es una gran serie, ni tiene pretensiones de serlo. Muy brevemente, se trata de la enésima adaptación de un tipo de juego de prdenador que sólo se da en el Japón, consistente en que el protagonista debe conseguir los favores de una de las mujeres del elenco protagonista, y por ello, tanto el juego como el anime, buscan satisfacer las fantasías eróticas del público otaku masculino, tirando siempre del mismo reducido muestrario de estereotipos femeninos y situaciones propicias.

Sin embargo, si la traigo a colación aquí es por dos razones principales, una genéral y otra particular.

La general es bien sencilla, estos juegos en los que se basan estos animes, son, ante todo, juegos eróticos donde la recompensa es meterse en la cama con el personaje elegido, situación que se procura mostrar lo más gráficamente posible. Obviamente, la censura televisiva impide llegar a esos extremos en las adaptaciones animadas, bajo la pena de ser calificadas como porno y perder buena cuota del mercado, a lo cual si unimos que culturalmente en Oriente se suele ser bastante pudoroso a la hora de demostrar públicamente los afectos, provoca que estas series tengan a adoptar un aspecto extrañamente inocente y puro, completamente alejado del producto original.

Curiosamente, en esta serie se podría decir que se ha producido un first en el anime, por primera vez en una adaptación se observa una fuerte atracción sexual entre los protagonistas, plasmada en terminos hasta ahora infrecuentes, el deseo de exploración, juego y descubrimiento en esa relación amorosa, lo cual ha desconcertado especialmente al público habitual. Así, se ha producido una extraña reacción de indignación frente a esa sinceridad y honestidad, puesto que aún cuando ése mismo público no dejaba de imaginarse en privado cual iba a ser el resultado de todo el asunto, no quería verlo representado ante sus ojos, como si eso fuera a ensuciar su serie...o quizás a ellos mismos.

Extraño fenómeno, como digo, que no sé muy bien calificar de hipocresía o de timoratismo, puesto que esos mismos que se rasgan las vestiduras, ante la visión de dos jóvenes que juegan durante su primer amor, y ese juego no deja de tener un fuerte aire infantil e inocente, no pueden por menos que, en la soledad de su alcoba, imaginarse cosas peores.




La segunda causa, como digo, es más personal y vendría a explicar porqué, a pesar de ser capaz de distinguir sus defectos y sus trampas, sigo viendo este tipo de series, e incluso emocionándome con ellas. Por alguna razón o por otra, nunca llegué a ser amado por una mujer, o como yo digo, a pesar de conocer todo el dolor que acompaña al amor, nunca llegué a descubrir toda su gloria, y en mi me memoria no figuran esos recuerdos de juventud, de esa exploración, juego y descubrimiento que para mí nunca llegó a convertirse en una realidad.
De esa manera, desconocedor de esas tierras incógnitas, incapaz siquiera de imaginármelas, la única forma de recorrerlas, aunque sea reducidos a pálidos reflejos, es mediante el relato de otros, mediante la manera que los otros han elegido de plasmar sus propias historias, para así tejer yo mismo como podrían haber sido las mías.

 

2 comentarios:

AkaTsuko dijo...

Llego aquí relinkado de alguna parte y me encuentro con una sincera confesión. Me ha sorprendido gratamente encontrar a alguien que expone su situación amorosa pese a lo duro de la misma. Ni pocos se atreverían por medio a la mofa y la burla.

Prometo pasárme por este blog a menudo, a ver qué más sorpresas me encuentro. Pero felicidades por lo que veo.

David Flórez dijo...

Bueno, no tiene mucho sentido ocultar la realidad, y dado que las mayoría de las entradas de este blog son meditaciones personales y subjetivas, el contexto siempre es necesario

En otro orden de cosas, todas las visitas son bienvenidas, y aunque no tenga un tema definido, si es posible apreciar un buen número de lineas generales