I started early, took my dog, And visited the sea; The mermaids in the basement Came out to look at me, And frigates in the upper floor Extended hempen hands, Presuming me to be a mouse Aground, upon the sands. But no man moved me till the tide Went past my simple shoe, And past my apron and my belt, And past my bodice too, And made as he would eat me up As wholly as a dew Upon a dandelion’s sleeve— And then I started too. And he—he followed close behind; I felt his silver heel Upon my ankle,—then my shoes Would overflow with pearl. Until we met the solid town, No man he seemed to know; And bowing with a mighty look At me, the sea withdrew | Comencé temprano, tome mi perro Y visité al mar Las sirenas del sótano Salieron a verme Y las fragatas del piso superior Extendieron su manos de cáñamo Pensando que yo era un ratón Embarrancado en las arenas Pero nadie me movió hasta que la marea Superó mi sencillo pie Y fue más allá de mi delantal, y mi cinturón Y mi corsé también E hizo como si fuera a tragarme Tan completamente como el rocío Sobre la manga de un diente de león Y entonces yo también comencé Y él - él me siguió de muy cerca Sentía su talón de plata Sobre mi tobillo - entonces mis zapatos Desbordarían perlas Hasta que nos encontramos la sólida ciudad Que nadie parecía conocer E inclinándose con profunda mirada Ante mí, el mar se retiró |
Detrás de todo poeta anida un misterio.
Estudiando su biografía, sus cartas, los testimonios de sus contemporáneos. Analizando sus versos, comparándolos con otros suyos, con los de sus coetáneos, trazando su evolución estilistica, creemos poder guardarlo en una cajita, etiquetarlo y archivarlo. Olvidarlo, en definitiva, para que no nos moleste ni nos turbe.
Así, la obra de Emily Dickinson sería la de la gran solitaria. La de una mujer, siempre soltera y aislada, celosa de su intimidad y su privacidad hasta la obsesión, buscando siempre borrarse, desaparecer del mundo, ocultarse incluso de los suyos, de los que amaba. La poetisa que buscaba hurtarse de la sociedad con aquellos otros grandes escritores con los que se carteaba, aunque admirasen su genio excéntrico, incomprensible para esa época, y que la trataban como a una igual. La creadora cuya obra queda reducida al breve límite de cinco años, los de la sangrienta guerra civil que ensangrentó los EEUU, pasado la cual, apenas algunos poemas perdidos, aislados, incompletos.
La poetisa cuyo rango estético parecía reducirse a describir los campos, el verano, las flores y las abejas. La soledad sonora, la música callada. Poemas privados, familiares, sin la resonancia de quienes se enfrentan - y asombran- al mundo
Y sin embargo, cuanto más se bucea en sus poemas, cuando se adentra uno en la selva impenetrable de su verso, las contradicciones se acumulan, y ella, la solitaria, deviene una personalidad tan universal, tan multiforme como su ruidoso y teatral contemporáneo, de nombre Walt Whitman, tan excelso, tan lejano y tan próximo a la reclusa Dickinson.
I cannot live with You – It would be Life – And Life is over there – Behind the Shelf The Sexton keeps the Key to – Putting up Our Life – His Porcelain – Like a Cup – Discarded of the Housewife – Quaint – or Broke – A newer Sevres pleases – Old Ones crack – I could not die – with You – For One must wait To shut the Other’s Gaze down – You – could not – And I – could I stand by And see You – freeze – Without my Right of Frost – Death’s privilege? Nor could I rise – with You – Because Your Face Would put out Jesus’ – That New Grace Glow plain – and foreign On my homesick Eye – Except that You than He Shone closer by – They’d judge Us – How – For You – served Heaven – You know, Or sought to – I could not – Because You saturated Sight – And I had no more Eyes For sordid excellence As Paradise And were You lost, I would be – Though My Name Rang loudest On the Heavenly fame – And were You – saved – And I – condemned to be Where You were not – That self – were Hell to Me – So We must meet apart – You there – I – here – With just the Door ajar That Oceans are – and Prayer – And that White Sustenance – Despair – | No puedo vivir Contígo Sería Vida - Y la vida esta por allá - Tras la estantería El sacristán guarda la Llave - Guardando Nuestra Vida - Su Porcelana Como una Taza - Desechada por el Ama de Casa - Extraña - o Rota - Un nuevo Sevres gusta - Los Viejos se quiebran - No podría morir - Contigo - Porque Uno debe quedarse a cerrar los Ojos del Otro - Tu - no podrías - Y yo - ¿podría permanecer - Y verte - paralizada - Sin mi Derecho a la Escarcha - El privilegio de la Muerte? Ni podría alzarme - conTigo - Porque tu rostro Apagaría el de Cristo - Esa Gracia Nueva - Tornada banal - y extraña - Ante mi ojo melancólico - Excepto por que Tú y Él Brillaríais cercanos - Ellos nos Juzgarán - Cómo - Porque Tú - serviste a los cielos - lo sabes - O lo intentaste - Yo no pude - Porque Tú saturaste mi vista - Y no tuve ya Ojos Para una excelencia sórdida Como el Paraíso Y si te perdieses, Yo lo sería - Aunque mi nombre Resonara el más fuerte En la fama celestial Y si Tú fueras - salva - Y yo - condenada a estar Donde no estuvieras - Ese ser - sería Infierno para mí - Así que debemos encontrarnos separadas Tú allí - Yo - aquí - Con justo la Puerta abierta de par en par Que los Océanos son - y la Oración - Y ese Albo Sustento - Desesperar |
Porque la gran solitaria, la que durante toda su vida huyó del contacto humano, quien no debió gozar jamás del amor carnal, es capaz de componer arrebatados poemas de amor, de hirviente sensualidad, de ésa precisamente que instala el torbellino en la cabeza, hace perder el equilibrio, apaga la visión y enturbia el conocimiento.
Amor desesperado, correspondido pero perdido para siempre, puesto que se trata de una pasión por una muerta, y no es equivocado el género, puesto que sentimos que esa persona fue extremadamente cercana, casi de la familia, con paso y acceso hasta los lugares más escondidos y recónditos, una amiga y compañera, casi amante - aunque quizás ninguna se atreviese a confesarlo- , hasta que el vínculo fue roto, sin posibilidad de ser reparada, por una necesidad mayor, ésa última que a todos nos espera..
Amor inextinguible, eterno, inmenso e inconmensurable, frente al que todo lo demás cesa por completo, deja de tener cualquier importancia, sean incluso Dios y el Paraíso. Sentimiento, impulso, necesidad que la lleva a la blasfemia, dulce y hermosa, pero aín así blasfemia, tanto más para una creyente sincera y profunda, para la que Dios y su gloria eran meditación y anhelo constante.
Pero no queda otro remedio, es necesario, llegado el caso, renunciar a los gozos de la gloria y a la recompensas del paraíso, si ambas no pueden ser compartidas con aquélla a la que se amó. Y aunque el milagro sea concedido, esos premios quedarían vaciados de contenido, puesto que cualquier paraíso quedaría desprovisto de todo su valor si el amado lo habitara y e cualquier infierno irradiaría con el fulgor de la gloria, si se compartiese con la presencia ansiada.
Porque ese amor, en su potencia, no reconocerá barreras, no aceptará límites. Desquiciará, reventará, cielo y tierra, las leyes eternas, los decretos sagrados, sin con ello se hace posible su existencia, para ser aunque sea un breve y pasajero momento, aunque su consecución lleve al fin definitivo del mundo, al cese de toda la eternidad.
They put Us far apart— As separate as Sea And Her unsown Peninsula— We signified “These see”— They took away our Eyes— They thwarted Us with Guns— “I see Thee” each responded straight Through Telegraphic Signs— With Dungeons—They devised— But through their thickest skill— And their opaquest Adamant— Our Souls saw—just as well— They summoned Us to die— With sweet alacrity We stood upon our stapled feet— Condemned—but just—to see— Permission to recant— Permission to forget— We turned our backs upon the Sun For perjury of that— Not Either—noticed Death— Of Paradise—aware— Each other’s Face—was all the Disc Each other’s setting—saw— | Nos situaron en la lejanía - Tan distantes como el Mar Y Su Península sin sembrar - La entendimos como "Estos ven" - Nos arrancaron los Ojos - Nos amenazaron con Pistolas - "Te veo" cada uno respondió directamente - Mediante Signos Telegráficos- En Celdas - que Ellos diseñaron - Pero a través de su más grueso arte - Y su más opaca Tenacidad - Nuestras Almas vieron - igual de bien - Nos convocaron para morir - Con dulce celeridad Permanecimos de pie, en grilletes Condenados - pero sólo - a ver Permiso para abjurar - Permiso para olvidar - Volvimos nuestras espaldas al sol Pues sería perjurio - Ninguno - sintió la muerte - Conscientes - del Paraíso - La faz del Otro - fue el único Disco que ponerse - el otro vio |
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