martes, 25 de septiembre de 2007

Optical Problems

Hace ya unos años cuando se produjo la matanza en el Instituto Columbine, las cadenas de televisión se apresuraron a cancelar la emisión de los episodios finales de la tercera temporada de Buffy, The Vampire Slayer, porque en ellos se mostraba como uno de los alumnos, solitiario y reservardo, un raro, vamos, planeaba vengarse de sus compañeros disparando contra ellos desde un campanario.

Una decisión comprensible, pero cuanto menos curiosoa, puesto que el digamos, tema, del episodio es que nadie tiene derecho a comportarse así, por mucho que sufra, o mejor dicho, que la salida a tus problemas no está en la violencia, sino en superarlos.

En concreto, venciéndote a tí mismo, tu único enemigo.

Hace unos días, la semana pasada, una adolescente japonesa, ha asesinado a su padre a hachazos. Como podían esperarse, la joven era aficionada al manga y al anime, en concreto a una serie llamada Higurashi no naku koro ni, donde, en cierto momento, uno de los personajes asesina a su tío y a la amante de éste, por el mismo procedimiento.

De resultas de este suceso, la emisión de ambas series ha sido suspendida sine die y se especula incluso con su posible cancelación.

No se puede negar que la serie es particularmente gráfica en su representación de la violencia, como bien muestra este vídeo



Pero hay que señalar también que el tema de la serie es justamente el mismo que el de Buffy, mostrar, demostrar, podría decirse, que la violencia no soluciona nada, y que la única salida a los problemas es precisamente, el escaparse por el propio esfuerzo de la cárcel de soledad y mentiras que uno mismo se ha construido.

Pero la situación que describo, la suspensión de ambas series, sería perfectamente comprensible, humano. El respeto que se debe a las personas que han sufrido esa situación y el miedo a herir la sensibilidad de la gente en unos momentos difíciles.

Sería perfectamente comprensible si no fuera porque uno no recuerda que estas imágenes

provocaran la suspensión de serie alguna, incluso cuando la susodicha serie sí justificaba que se cometiesen esos actos.

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