domingo, 15 de diciembre de 2013

The Beltesassar List (XXV): Sex And Violence (1997) Bill Plympton















En la revisión dominical  de la compilación de cortos animados realizados por el misterioso Beltesassar, le ha llegado el turno a Sex and Violence, realizado en 1997,por el animador neoorquino Bill Plympton.

 Plympton no es un nombre desconocido en el mundo de la animación. Se podría decir que en la mente de los aficionados ocupa un lugar parecido al que Ralph Bakshi representó en los 60. La figura de Plympton encarna, por consiguiente, esa imagen de irreverencia y subversión que parece consustancial a la animación reciente americana, al menos la independiente . Como todas las generalizaciones, esa identificación de Plympton con con la animación independiente no deja de ser una etiqueta conveniente que oculta una realidad mucho más rica y compleja: la existencia de una potente escuela animación independiente neoyorquina de la cual Plympton es únicamente el nombre más conocido.

Por otra parte, hay que señalar que Plympton es un autor cuyo estilo, aunque maduro e individual, no acaba de cuajar. Este animador se mueve mucho mejor en el terreno de los cortos - o de los microcortos, como es el caso de Sex and Violence - que en el de los largos, que acaban por ser una sucesión de cortos mal recosidos en la mayoría de los casos. Plymptom es un maestro a la hora de dar la vuelta a nuestras percepciones habituales y, como se esperaría de una animador, dar una interpretación visual a esa paradojas que sea contundente y atractiva. Sin embargo, su capacidad se agota más allá de esas ideas geniales y tiene graves problemas a la hora de construir historias coherentes que superen el límite de los siete/ocho minutos que suele durar un corto.

Sus mejores producciones suelen reducirse a una simple excusa argumental sobre la que se van acumulando diferentes chistes que van subiendo de tono sexual y violento hasta agotar todas las posibilidades lógicas,  culminando en el completo absurdo y la destrucción.  Otra variante utilizada por Plympton es simplemente la yuxtaposición de microcortos que hacen referencia, más o menos bien trabada, a un planteamiento, una frase, de partida. Tal es el caso de Sex and Violence, cuyo título genérico incluye una serie de anécdotas cuyo único lazo en común es precisamente su desvergüenza sobre estos dos temas, expresada en mostrar todo sin ningún tipo de reparos.

Sin embargo, si Plympton se limitase simplemente a contar chistes de tono subido o a arrojar sal gorda a diestro y siniestro, no habría alcanzado la consideración que tiene en el mundo de la animación. Su gran virtud, la que le convierte en uno de esos animadores de raza tan amenazados por los usos pedestres del ordenador, es precisamente haber renunciado a la precisión fotográfica, prefiriendo un acabado abocetado que le permite distorsionar y metamorfosear la imagen, de manera que los chistes en palabras a los que se reducen sus cortos pueden ser traducidos en chistes en imágenes que no admiten ya una traducción inversa, sino que se tornan indisociables del medio en el que han sido expresados.

Esa es la gran virtud de Plymton, como el de los grandes animadores. Crear obras que sólo tienen sentido en el medio para el que fueron creadas, de forma que toda translación no constituiría otra cosa que empobrecimiento.

Como siempre les dejo aquí el corto. Y como siempre, no me hagan caso a mí, véanlo y disfrutenlo.



Sex & Violence - Bill Plympton 1997 from Icosahedron on Vimeo.

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