Como todos los domingos, continúo con mi revisión de la lista de cortos animados realizada por el misterioso profesor Beltesassar. Esta vez ha llegado el turno de Get out, corto dirigido en 2010 por un colectivo de artistas, el varios que indico en el texto, en el que figuran los siguientes nombres: Charlotte Boisson, Pascal Han-Kwan, Julien Fourvel, Tristan Reinarz, Fanny Roche. Todos ellos estudiantes de la ESMA (École Supérieure des Métiers Artistiques) de Francia, como trabajo de fin de estudios.
Ya saben cual es mi principal reparo hacia estos films de estudiantes. No se trata de que contengan torpezas y errores, algo de esperar en primerizos, ni de que carezcan de un estilo propio y definido, ya que sus autores aún no han tenido tiempo de asimilar influencias y preferencias. El mayor problema, en mi opinión, es que estas obras suelen quedar sin continuación posterior, reducidos a mero esbozo de una carrera que nunca fraguó. Tras su paso por festivales, en los que quizás reciban alguna mención honorífica, ademas de palabras de ánimo y promesas de un futuro brillante, la mayoría de estos creadores noveles se perderán en el laberinto de la producción comercial y la publicidad. Quedarán reducidos a meros artesanos, engranajes en una maquinaría empresarial que los supera.
Asímismo, el hecho de que muchos de estos cortos sean de producción colectiva hace casi imposible distinguir la personalidad individual de sus participantes. Cualquier atisbo de originalidad queda oculto por la influencia del maestro/director de tesis y las modas del momento. Piensen, por ejemplo, en el abismo que media entre los films de estudiante de Don Hertzfeldt y su obra como autor en solitario. En el caso de Get Out, en concreto, su animación 3D está demasiado condicionada por lo que era habitual en los juegos de ordenador de aquella época, a los que aún no había llegado la madurez técnica tan corriente y tan de agradecer en los largometrajes del periodo 2005-2010. Primer periodo en que la técnica pudo considerar ya madura, abriendo la puerta a la investigación estética y narrativa, para dejar así atrás la mera construcción de demos técnicas.
Lo que digo puede parecer extraño, ya que durante la primera década de este siglo habían sido muchos los juegos de ordenador que ya habían construido auténticos mundos virtuales, casi indistinguibles de la auténtica realidad percibida. Sin embargo, la animación de este Get out, tiene como modelo un periodo un poco anterior, cuando los constructos digitales eran vestidos con "pieles" genéricas, antinaturales y discordantes. Sin que esas imperfecciones inevitables sean utilizadas de manera irónica o como defecto hecho virtud, tal y como ocurre en la obra entera de Chris Landreth. En realidad, esta referencia a un modo ya casi abandonado obedece a la fruición de quien ha sido jugador habitual de esos productos imperfectos y siente cierta nostalgia por ellos... aunque ese pasado inalcanzable apenas cuente con un par de años de antiguedad.
No ayuda, además, que la narración base su impacto en un chiste final, dando la razón a quienes consideran el formato corto como chiste extendido. Ni mucho menos que los incidentes y soluciones con que se intenta llenar el tiempo que media hasta ese golpe de efecto sean bastante predecibles y manidos, en ocasiones incluso cursis, sin que haya un atisbo de emoción, audacia o imaginación verdaderos. Defectos, lo vuelvo a decir, que no serían tales una autentica obra primeriza, porque serían corregidos en una evolución posterior, permitiendo volver luego con curiosidad, para saber como llegó el maestro a serlo y aprender de él. Pero nada de eso ha ocurrido, sólo nos queda lo que vemos, obra única, imperfecta e insípida, de un conjunto de desconocidos.
No les entretengo más. Como siempre, les dejo aquí el corto. Les pido disculpas si he sido demasiado duro. Ninguno de los creadores del corto lo merece, pero me duele ver que toda su obra se reduce a una producción fallida y frustrada.
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