Como todos los domingos, continúo con mi revisión de la lista de cortos animados realizada por el misterioso profesor Beltesassar. Esta vez ha llegado el turno de Cycles (Ciclos), corto dirigido en 2010 por el animador independiente norteamericano Cyriak, cuyo nombre completo es Cyriak Harris
Ya saben de mis recelos hacia la 3D y el ordenador. No como herramientas necesarias, que han permitido conseguir auténticos milagros, vedados a las técnicas tradicionales. El auténtico problema es que estos adelantos tecnológicos se destinan a conseguir una realidad más real que la percibida, agotando ahí sus posibilidades. Un reparo, por cierto, que se extiende también al cine de imagen real, puesto que muchas de las películas actuales tienen mejor calidad de imagen que lo que vemos con nuestros propios ojos. En especial, para los que tenemos que llevar gafas a diario.
Sin embargo, ninguno de estos reproches se extiende a la obra de Cyriak. Este animador ha sido de los muy pocos en encontrar nuevas vías a las técnicas actuales. Mejor dicho, ha conseguido que lo imposible se hiciera habitual y sencillo en apariencia, como ocurre con las creaciones de los grandes artistas. En concreto, se podría decir que los cortos de Cyriak se reducen a una sola idea, la de la multiplicidad de ciclos animados que comparten un mismo lugar y tiempo, sin molestarse ni perturbarse, sino uniéndose de forma armoniosa, complementaria. En un baile perpetuo, que acaba por adquirir una lógica propia a pesar de su imposibilidad.
En animación tradicional, esto constituía un reto casi insuperable. Ha dado lugar a excepciones señeras, como el magnífico Tango (1980) de Zbigniew Rybczynski, que ya les comenté en otra ocasión, pero que no pasaron de ser eso, hitos aislados, imposibles de repetir de manera regular debido a la dificultad en armonizar las diferentes acciones paralelas y el tiempo ingente que debía gastarse en su composición. El ordenador, por el contrario, permite tomar cualquier filmación digital, descomponerla en acciones individuales, añadir otras nuevas procedentes de grabaciones distintas, sin que se noten recortes, ni zurcidos. Además, tolera correcciones y recomposiciones en cualquier momento del proceso, sin importar su cuantía. ni lo avanzado o terminado que esté el corto, mientras que en animación tradicional siempre había un punto en que no se podía volver atrás. Bueno. sí se podía, pero significaba comenzar de nuevo, así que más valía aceptar las torpezas, errores y chapuzas que aún quedasen, rezando porque el público no las viese.
Esta facilidad y rapidez de creación la utiliza Cyriak para llevar sus ciclos, como este Cycles, más allá del mero reto técnicoo humano, para adentrarse en el terreno del absurdo surreal sin limitaciones. En su cortos, por ejemplo, puede ocurrir que los circuitos electrónicos, convertidos en arañas, acaben colonizando el espacio y poblándolo de telerañas, en una evolución sin fin que se cierra sobre sí misma; o, como es el caso de este corto, que un anodino paseo marítimo devenga campo de batalla entre paseantes, coches palomas y ositos de peluche, estos últimos de todos los tamaños posibles. Locura conceptual y visual que puede llegar a ser abrumadora para el espectador, incapaz de seguir todas las acciones simultáneas que se están desarrollando el encuadre, o de perder el inicio y el fin de otras, acaecido en lugares apartados del foco de visión.
Por estar razones, la animación de Cyriak es un auténtico hito dentro de la animación contemporánea. Cada uno de sus cortos supone una fuente de sorpresas para el espectador, que, por muy avezado que sea, es incapaz de predecir qué nuevos ciclos se unirán a los que ya están en marcha y cómo se imbricarán/colisionarán entre sí. Inventiva sin límites y ansia por embarcarse en nuevas aventuras, él y sus seguidores, que son el sello de un creador auténtico.
No les entretengo más. Como siempre, les dejo aquí el corto. Obra magnífica de un autor único, que espero les incite a ver más de sus creaciones en su canal de Youtube.
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