domingo, 11 de abril de 2010

100 AS (IX): L'Idée (1931) Berthold Bartosch








En este ocasión, el corto de la lista de Annecy que toca es L'Idée realizado en 1931 por Berthold Bartosch, un creador y un corto que desconocía por completo antes de esta lista. Un animador que sería uno de los muchos colaboradores de Lotte Reiniger en su etapa alemana y cuya obra se ha perdido casi por completo, excepto este L'Idée, ya que sus ideas políticas hicieron que los nazis se ocuparan de destruir todo aquello que pudiera caer en sus manos, como el material que depositara en la Cinématheque Française antes de la segunda guerra
mundial.

No obstante y a pesar de constituir casi el único fragmento de su obra que nos ha llegado, es un ejemplo perfecto para deshacer multitud de prejuicios comunes sobre la animación, lo cual suele ocurrir en cuanto se dedica un poco de estudio a la historia y evolución de una forma artística. Incluso entre grandes aficionados al cine, la animación no ha podido quitarse el estigma de ser una forma conservadora, alejada de los círculos y ambientes de la vanguardia. Nada más alejado de la realidad. En este corto colabora, ni más ni menos, uno de los compositores de la vanguardia musical francesa de ese tiempo, Eric Honegger, y se escribe la música para un instrumento electrónico, el famoso Ondes Martenot, que utilizaba válvulas de vacío y altavoces para producir el sonido.

Por supuesto, esto no pasaría de ser anecdótico sino fuera por que el estilo del corto es fuertemente expresionista, con el uso de pinceladas gruesas y sombras extremas para expresar sentimientos e ideas, resaltado por el uso del blanco y negro. Un expresionismo que filtra en la forma del corto, puesto que se trata de uno de los primeros ejemplos de cut-out, esa manera que parece que inventara South Park, y que en esta ocasión ha sido tratada especialmente para simular profundidad e incluso el aire, depositando las diferentes figuras en cristales a diferente distancia de la cámara y con distintas transparencias, lo cual además permite aplicar efectos especiales, como halos y brillos, mediante el sencillo expediente de verter liquidos sobre la superficie del cristal.

Desecho ese mito, el de el conservadurismo en la forma, quedaría aún otro tópico, el de que la animación es incapaz de tratar temas e ideas profundas y complejas. Sin embargo, este corto es eminentemente político, radical y revolucionario incluso, un sentimiento muy apropiado para el convulso periodo de revolución y reacción de entreguerras. La idea que da nombre al corto nunca es definida con precisión, pero su descripción no deja lugar a dudas, ante ella los opresores tiemblan, ella guía a los oprimidos a un mundo mejor y nunca podrá ser destruida, sino que resurgirá siempre de sus cenizas.

Así la veremos aparecer entre los olvidados, servir de esperanza a los que sufren, pero asímismo intentar ser deformada, domada y doblegada, comercializada y prostituida, por poderosos y magnates, que no dudarán en hacer uso de la violencia cuando se vean vencidos por los argumentos. Una postura que puede parecer radical, pero que en realidad es muy antigua, ya que no es sino una reelaboración de la antigua idea clásica de la verdad que anda desnuda por las calles, a la vista de todos, y a la que los mentirosos y fulleros persiguen con el mayor rigor, temerosos de que sus engaños y trampas se vean descubiertos.

Y como siempre, aquí tienen el corto para que los disfruten. Lástima que el olvido en que se tiene a la animación nos haya hurtado una restauración en DVD. Habrá que seguir esperando


L'Idée (1932)
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6 comentarios:

Álvaro Pons dijo...

¿Es una adaptación de Masareel?

David Flórez dijo...

Cierto. Se me pasó por completo.

F. dijo...

Es un grandísimo corto, pero no es de los primeros en utilizar la técnica. Lotte Reiniger llevaba una década utilizando figuras recortadas para crear maravillas... ;)

David Flórez dijo...

Sí, de hecho ya he citado a Bartosch como ayudante de Reiniger, y de hecho, la técnica que hizo famosa a la directora alemana es la animación de siluetas, al estilo de los marionetistas javaneses, donde la luz se proyecta por detrás de la superficie, mientras que en el caso del cut-out, como es el caso, la luz proviene de delante, en la dirección de la cámara

F. dijo...

Sí, perdona, se me había pasado la referencia en tu artículo. De todas formas la técnica de animación es la misma, independientemente de dónde se sitúe la luz. En los años 50, exiliada en Inglaterra, Reiniger hizo animaciones en color con la luz proyectada por delante, que no son su Achmed, pero que no están nada mal. :)

David Flórez dijo...

Me vas a permitir que te lo discuta, pero lo que me vienes a decir es similar a decir que da igual filmar en blanco y negro o en color, cuando ambos modos requieren un planteamiento completamente distinto, pues el blanco y negro requiere que el cineasta sea capaz de realizar una labor de abstracción para pensar en luces y sombras, lo que motiva que no todos los directores sepan como como hacerlo bien, ya que el blanco y negro no significa reducir el color.

De la misma manera, el stop motion engloba multitud de técnicas, la animación de plastilina, la animación con muñecos o la pixilation que requieren diferentes habilidades al animador y que tienen muy distintos niveles de dificultad.

Y por volver a la animación de siluetas y la cut-out tradicional, está claro que no son lo mismo, en la primera el artista trabaja con sombras proyectadas en una pantalla y tiene que construir su historia con esas figuras en negro, donde el detalle se reduce al perfil de la figura, mientras en la cut-out normal, la figura se puede llenar con detalles dibujados al ser iluninada directamente, lo que que permite dar un aspecto de mayor realidad y familiaridad a lo visto, como muy bien hacia Norstein al transformar sus cut-out en auténticas obras pictóricas.