sábado, 25 de octubre de 2008
Intimations of death
Una de las constantes temáticas que de siempre me han fascinado del anime es la presencia de la muerte, de la auténtica muerte, ésa que irremediable, inmisericorde y sin escape posible. Un destino vital que, además, el anime plasma en multitud de formas diferentes, casi una para cada uno de los infinitos caracteres y temperamentos.
Así, en las imágenes que inician esta entrada, pertenecientes a Mahou Tskai ni Taisetsu no koto, Natsu no Sora, tras una elípsis narrativa que se supone de varios años, nos muestran a un a uno de los personajes yendo en busca de otro, mejor dicho de los lugares que le fueron descritos en el tiempo que permanecieron juntos, ya que, se supone, la muerte les ha separado definitivamente.
Una plasmación apropiada a las fechas en que estamos, cuando ya está cerca el tiempo de ir a visitar a aquellos que se fueron y contarles como nos ha ido, ahora que el tiempo ha apagado el dolor y podemos charlar con ellos como si aún estuvieran presentes.
El segundo sentimiento es mucho más visceral y desgarrador puesto que se trata precisamente de esa idea que todos intentamos apartar de nuestro pensamiento, la de nuestra pronta e inevitable desaparición, contra la que nada podemos hacer
Y es que la excusa temática de Casshern Sins, es precisamente esa, la de un mundo en decadencia, casi vacío de humanos, poblado por robots que se oxidan y deshacen ante nuestros ojos, espejo de nuestra propia humanidad, pero trasladado a aquellos que se pensaron inmortales y descubrieron de repente que eso les había sido arrebatado.
Una serie que destaca también por su enfoque estético, el aspecto retro, excesivamente pop, de los diseños de los años 70, pero traslado completamente a nuestros tiempos, o mejor dicho teñido por los decenios de evolución del anime y su pérdida de la inocencia, de manera que el contraste entre ese aspecto infantil y la seriedad del tema amplifica aún más la resonancia de este...y de las reacciones de los personajes que varían entre buscar en el amor, o la amistad, o el contacto con otras personas, un alivio temporal a ese destino inevitable...
...o el más descarnado sálvese quien pueda, una vez que ya ha quedado claro que no hay vuelta atrás posible...
Nota: Si este año estaba siendo de los peores de anime, pues la primavera apenas nos trajo nada importante, excepto excepciones, el otoño puede redimirlo, pues en una estación habitualmente de retales han aparecido un buen número de series que pueden llegar a ser importantes, y sobre todo que comparten una dureza y una frialdad inusitada desde hace bastante tiempo... casi como si se pudiera certificar ahora mismo la muerte de la inundación moe de estos últimos tiempos.
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