Como todos los domingos, continúo con mi revisión de la lista de cortos animados realizada por el misterioso profesor Beltesassar. Esta vez ha llegado el turno de Moya Iyubov (Mi amor), corto realizado
en 2006 por el animador ruso Alexander Petrov.
Aunque les supongo ya hartos de mis continuas lamentaciones, el caso Petrov es otro ejemplo más de las penurias y miserias que supone ser un animador independiente, original y con talento en nuestro ambiente cultural. Durante los años a caballo del cambio de siglo, la fama de Petrov ascendió a lo más alto, con cortos magníficos como Cmapuk u mope (el viejo y el mar, 1999), hasta llegar a ser considerado como uno de los grandes maestros de la animación contemporánea. Sin embargo, de 2006 en adelante, tras el Moya lyubov que comentamos hoy, su figura se eclipsó por completo, sin que llegase a completar ninguna obra nueva y entre rumores insistentes de su posible caída en la pobreza. La situación no llegó a ser tan grave, pequeños encargos y apariciones en público demostraron que aún seguía con vida y activo, pero esto no soluciona el problema principal: durante más de una década un artista de renombre no ha creado nada de importancia. No por falta de talento, sino por ausencia de financiación.
La fama de Petrov, en sus años de gloria, se asentaba en su utilización de una técnica poco común, debido a su dificultad. Se trata de la pintura sobre cristal, en la que el animador modifica incesantemente un diseño original que va fotografiando en sus muchos estados estados intermedios. La "magia" de esta manera radica que el artista crea su obra a medida que la destruye, según nuevas pinceladas van modificando y cubriendo lo que ya existía. No hay posibilidad de corrección, ni mucho menos de marca atrás, de ahí su dificultad, pero a cambio el resultado final adquiere la riqueza cromática y dibujística de una pintura, a la que se añade la posibilidad de construir transiciones y metamorfosis inalcanzables para otras técnicas.
Los cortos construidos con esta técnica toman así un carácter onírico, de ensueño siempre a punto de desvanecerse. Una ambientación que conviene bastante bien a Moya lyubov, un relato de primeros amores adolescentes, en general siempre fracasados, insastisfactorios e incompletos. El protagonista del corto es un idealista, alguien que se deja arrastrar por sus fantasías, sin preocuparse por si tienen correspondencia con la realidad o por cuál es esa realidad en la que deberá vivir. El resultado, como pueden imaginarse, termina en derrota, en catástrofe sin paliativos, en pérdida definitiva de aquéllos a quienes se creyó amar, sin quienes se pensó que no se podría seguir viviendo. Porque los sueños, por muy exaltados que se pretendan, no son sino construcciones ridículas, risibles, sin conexión alguna con las personas reales que los inspiraron, que nunca podrán ajustarse a ellos, mucho menos satisfacerlos. Cuando al final sueño y realidad se encuentren y comparen, ambos se derrumbarán, se destruirán el uno al otro, sin que quede rastro de ninguno, mucho menos caminos que transitar, ni vías de escape. Futuros en los que ambos coexistan y se complementen
No les entretengo más. Como siempre aquí les dejo el corto, para mi está es la auténtica obra maestra de Petrov, aquella donde su arte alcanzó la cumbre expresiva, también la de mayor resonancia sentimental. Por desgracia, ha supuesto, me temo, un punto final a su obra. Es difícil que tras una década de paro forzoso sea capaz de volver a escalar a las cumbres de su arte. Pero ya saben que la animación es un arte ingrata, una madrastra que se complace en maltratar a sus hijos. Con tanta mayor crueldad, cuanto más la aman.
My love 2006 Moya lyubov - Aleksandr Petrov Eng... por eus347
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