Como todos los domingos, continúo con mi revisión de la lista de cortos animados realizada por el misterioso profesor Beltesassar. Esta vez ha llegado el turno de The Tale of How (El cuento del cómo), corto realizado
en 2006 por el colectivo sudafricano The Blackheart Gang.
Este corto resume a la perfección las glorias y miserias de la animación contemporánea. Cuando se presentó en el festival de Annecy hace ya una década, se ganó instantáneamente el favor del público. Tanto, que no solamente se llevó una mención de honor en el propio festival, sino que durante varios años fue de exhibición obligada en otros certámenes. A este éxito contribuyó no solo la clara belleza del corto y su evidente perfección técnica, sino el hecho de que tres desconocidos, los componentes the The Blackheart Gang, salidos de un país sin especial presencia en esta forma - William Kentridge es una excepción por muchas razones - se la hubieran apañado para construir lo que casi era una obra maestra. O al menos, el preludio de una carrera pródiga en aciertos.
Así lo hacían prometer las propias declaraciones de The Blackheart Gang, según las que The Tale of How era la segunda parte de una trilogía, The Tale of Dodo (El cuento del Dodo), de la que formarían parte, como inicio y conclusión, The Tale of Then (El cuento del entonces) y The
Tale of When (El cuento del cuándo) .Para rizar el rizo, esta trilogía se integraría en un conjunto aún mayor, llamado The Household (El hogar). Un plan ambicioso, con toda certeza, que como muchos proyectos de largo alcance no llegó a fructificar. Una década más tarde, por desgracia, nada de esto ha sido rodado, mientras que el colectivo sólo ha conseguido presentar un corto nuevo, The Dinner Party (La cena, 2013) que apenas ha tenido repercusión. De hecho, temo que se hayan disuelto, puesto que las búsquedas por internet no llevan a noticias recientes y la propia web del grupo ha sido reutilizada por una empresa privada.
Flor de un día, por tanto. Al igual que tantos cortos y tantos creadores que aparecen, asombran y se desvanecen sin dejar rastro. Otro más de esos cortos únicos, aislados, que no tienen continuidad ni dejan herederos, de los que está repleta la histórica de la animación. No es de extrañar que narrarla, o simplemente intentar orientarse en ella, sea tan frustrante y amargo. Con demasiada frecuencia se reduce a una serie de ocasiones perdidas, en la mayoría de las veces imposibles de ver, sea por unas razones u otras. Y esto último, aún más doloroso, en un tiempo que presume de que todo está en la red, accesible a un click de distancia.
Pero dejémosnos de lamentaciones. The Tale of How continúa siendo un corto asombroso, un ejemplo destacado de como las nuevas tecnologías permiten alcanzar lo imposible en animación. Más importante aún, que con un ordenador mediano y unas pocas herramientas software, el límite está sólo en el talento del artista, algo que sobraba a los componentes de este colectivo. Creados jóvenes capaces de crear no sólo un mundo de riqueza inagotable o de animarlo con sensibilidad y delicadeza, sino también de dotarlo de ese aura de narración mitológica, de leyenda por la que han pasado los siglos. A la vez cristalizada en forma definitiva, pero abierta a infinitas variaciones, sin las cuales no podría pervivir.
No les entretengo más. Como siempre, aquí les dejo el corto para que lo disfruten. Para que los disfruten, no lo olviden, que eso es lo importante. Porque ni mi pesimismo ni mis jeremiadas van a servir de solución.
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