Auspiciado por la Poetry Foundation, se trata, ni más ni menos de ir no se si ilustrando, adaptando o convirtiendo en cómic, diferentes poemas de su inmenso archivo (poemas en lengua inglesa, por supuesto) de los que aquí puede encontrarse la última entrega y enlaces a las anteriores (y espero que no les moleste que haya reproducido alguna de la entregas para este comentario)
Una idea que no puede ser más oportuna, especialmente si se considera que aparentemente vivimos en en un mundo dominado por la prosa y por la épica, y donde el verso y la lírica parecen haber sido desterradas a no-sé-qué tinieblas exteriores, ya que algo así, la introspección, la meditación, el adorno propio de la creación poética, no es propio de una época que se ufana de su cinismo, desapego y su desengaño.
Pero.. ¿es esto cierto? Obviamente, no. Si miramos alrededor, nos daremos cuenta de que estamos rodeados de poesía, en su definición primigenia. El poema nació unido al canto, a la música, no se concebía separado de ella, debía ser leído en voz alta, interpretado en público, disfrutado por todo un auditorio, ya fuera extenso o reducido. De hecho, podríamos decir que el poema encerrado en el libro, y el lector aislado del resto del mundo, a solas con el poema, es una perversión cultural, una decadencia de la experiencia poética, mientras que ahora, cuando a todas horas escuchamos cantar, literalmente, a la experiencia amorosa, y los poémas han abandonado los libros, para llenar discos y mp3, cuando hemos vueltos a recuperar el auténtico significado de la poesía.
Ya que si un poeta quiere ser escuchado, que su poesía resuene en los demás, se convierta en parte de sus vivencias y refleje sus experiencias, no puede encerrarse entre las páginas, debe salir al mundo y buscar una música que permita que sea cantado, repetido y recordado. Por esta razón, este experimento de conversión del poema en cómic no es una vulgarización, sino todo lo contrario, un más difícil todavía, en el experimiento en el lenguaje, ese expresar lo máximo con el mínimo de palabras, ese empacar en cuatro líneas múltiples conceptos, caminos divergentes, contrarios y contradicciones, que supone cualquier poema, sólo que esta vez a las palabras se les une la imagen, intentando mostrar qué es lo que veo yo, el dibujante, en esas letras pegadas las unas a la otras.
Una visión que puede ser completamente distinta, contraria, a la que tenga otro lector, pero que expresada, mostrada e ilustrada, puede dar lugar a una nueva, y esta a otra, y así sucesivamente hasta el infinito, porque algo que tiene la buena poesía es su capacidad para ser leída una y otra vez, sin perder su impacto inicial. Una característica que convierte automáticamente a la poesía en una labor más noble que la prosa, ya que en esta última, pasamos página tras página, sin darles la atención debida, con la sola idea de llegar al final y capturar una visión general, para olvidar inmediatamente lo ya leído, mientras que, como digo, a un poema, se vuelve una y otra vez, para desmenuzarlo, trituralo, batirlo y remezclarlo, intentado aclarar un giro obscuro, los múltiples significados de una palabra y sobre todo, porqué y cómo consiguió emocionarnos, que es lo que nos conecta con otro ser humano que vivió hace cientos de años o que vive a miles de kilómetros, en lugares y sociedades que no somos capaces de imaginar.
Por ello, no hay mayor placer que encontrar los versos escritos por alguien cuyo nombre desconocía, Kenneth Patchen, (y que está semi olvidado, como demuestra una rápida consulta a las ediciones de su obra a la venta en Amazon)...
The snow is deep on the ground.
Always the light falls
Softly down on the hair of my belovèd.
This is a good world.
The war has failed.
God shall not forget us.
Who made the snow waits where love is.
Only a few go mad.
The sky moves in its whiteness
Like the withered hand of an old king.
God shall not forget us.
Who made the sky knows of our love.
The snow is beautiful on the ground.
And always the lights of heaven glow
Softly down on the hair of my belovèd.
...Para encontrar cuan cerca está su sensibilidad de la mía propia, y como su forma abstracta, casi de cifra o jeroglífico, me emociona profundamente, porque me lleva a completarla y a continuarla, a llenarla con lo que yo he vivido o experimentado.... o como ciertas formas en la que este poeta se expreso, ilustrando él sus propios poemas, convirtiéndo la letra en dibujo o en pintura, o asociándose con músicos de jazz, para cantar sus versos, al estilo de los juglares y emocionar a un público que está a apenas unos cuantos metros, al que siente respirar y rebullir, son idénticos a la manera en que yo entiendo el arte.
O encontrarse con visualizaciones tan maravillosas como ésta de Recitative de A.E.Stallings (otro nombre completamente desconocido)
...y su recuerdo de la juventud y de porqué merecía la pena ser joven, a pesar de sus peligros.
Y no resulta menos curioso que el descubrimiento de este proyecto haya coincido con mi lectura primaveral de Capitale de la Douleur, de Paul Eluard, esa penúltima incursión en la larga tradición de la poesía erótica amorosa, para encontrar, para mi regocijada sorpresa, cuan clásica se ha vuelto la revolución surrealista, pasado casi un siglo de su explosión...
Tes yeux sont revenus d'un pays arbitraire
Ou nul n'a jamais su ce que c'est qu'un regard
Ni connu la beauté des yeux, beaute des pierres
Celle des goutes d'eau, des perles en placards
Tus ojos han vuelto de un país arbitrario
donde nada ha sabido jamás que es una mirada
ni conocido la belleza de los ojos, la belleza de las piedras
la de las gotas de agua, la perlas en armarios
...y hablo de clacisismo, porque este poeta dadaísta/surrealista se expresa como un poeta renacentista, con esa fusión de contradicciones que supone considerar el amor humano como el mayor bien al que puede aspirar un hombre, siendo al mismo tiempo consciente del dolor, del terremoto interno, de la necesidad de mentirse para mantenerlo, de la derrota final que siempre le acompaña...
...y sin embargo...
Je chante la grande joie de te chanter
La grande joie de t'avoir ou de ne pas t'avoir
La candeur de t'attendre, l'innocence de te connaître
Ô toi qui suprimes l'oubli, l'espoir et l'ignorance
qui supprimes l'absence et qui me mets au monde
Je chante pour chanter, je t'aime pour chanter
Le mystere oú l'amour me crée et se délivre.
Yo canto el gran gozo de cantarte
el gran gozo de tenerte o de no tenerte
el candor de esperarte, la innocencia de conocerte
O tu, que suprimes el olvido, la esperanza y la ignorancia
que suprimes la ausencia y que me colocas en el mundo
Yo canto para cantar, yo te amo para cantar
el misterio donde el amor me crea y se libera
Pero todo esto es para los que, en esta primavera, puedan y quieran entregarse al amor, a pesar de sus mentiras y sus desengaños, no para los que nos sabemos hermanos de Emily Dickinson, compartiendo con ella todos y cada uno de los sentimientos expresados en este poema (y que también a sido ilustrado en el proyecto que citaba)
It was not death, for I stood up,
And all the dead lie down.
It was not night, for all the bells
Put out their tongues for noon.
It was not frost, for on my flesh
I felt siroccos crawl,
Nor fire, for just my marble feet
Could keep a chancel cool.
And yet it tasted like them all,
The figures I have seen
Set orderly for burial
Reminded me of mine,
As if my life were shaven
And fitted to a frame
And could not breathe without a key,
And 'twas like midnight, some,
When everything that ticked has stopped
And space stares all around,
Or grisly frosts, first autumn morns,
Repeal the beating ground;
But most like chaos, stopless, cool,
Without a chance, or spar,
Or even a report of land
To justify despair.
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