domingo, 22 de julio de 2018

La lista de Beltesassar (CCXI): Copying is not Theft (Copiar no es robar, 2009) Nina Paley











Como todos los domingos, aunque tras un largo hiato por razones técnicas del que les pido disculpas, continúo con mi revisión de la lista de cortos animados realizada por el misterioso profesor Beltesassar. Esta vez ha llegado el turno de Copying is not theft, dirigido en 2009 por la animadora norteamericana Nina Paley. 

Dentro de la animación independiente norteamericana reciente, Nina Paley ocupa un merecido puesto de honor. Muchos oímos hablar de ella por primera vez debido al difícil parto de su película Sita Sings the Blues (2008), obra en la que se mezclaba la mitología hindú - El Ramayana - con música de los años veinte, en su mayoría de Annette Hanshaw. Fue esa reutilización de canciones de época la que estuvo a punto de dar al traste con la difusión de la película, puesto que los herederos de Hanshaw exigieron un cuantioso pago en concepto de derechos de autor. Cantidad que Paley, como artista que vivía al día, no podía permitirse pagar. 
Por suerte, al final se pudo llegar a un acuerdo, y los aficionados a la animación pudimos disfrutar de la película, que hubiera quedado mutilada sin la música escogida por su directora. Y no es una exageración, porque Paley considera la música como parte integrante, esencial, en la estructura narrativa y visual de sus obras. No es ya que elija canciones que tienen relación con lo que se muestra o que puedan considerarse un comentario, entre irónico y serio, de lo que se está viendo. Lo importante es que Paley, como los animadores de los años 30, sincroniza su animación con la música, es sensible al ritmo y desarrollo de ésta, de manera que puede decirse que baila con ella. Una compenetración muy de agradecer en los tiempos que corren, cuando una animación se considera tanto mejor, cuanto más efectista y grandilocuente se nos muestra.

No es de extrañar que, apenas un año tras la mala experiencia con Sita, Paley firmase este manifiesto tan festivo contra el copyright y a favor de la copia sin límites. Aunque no coincido por entero con ese derecho a reproducir sin cortapisas, si creo que tiene razón en buena parte de los que dice. Para empezar, hay que dejar bien claro que los derechos de autor - y las patentes - tenían un claro objetivo. proteger las creaciones y ofrecer una vía de ingresos a sus creadores. Sin embargo, no es menos cierto que se derecho se ha visto pervertido, casi desde sus inicios. Como siempre, los mayores receptores de esos derechos de autor no son los artistas, ni los inventores, sino las productoras y las empresas, quienes suelen obligar a los creadores a ceder parte de sus derechos, cuando no por entero.
Así se llegó a abusos como los de los dibujantes de la Marvel, Kirby o Ditko, que apenas disfrutaron de los beneficios de sus obras, mientras que Stan Lee se llenaba los bolsillos con cada nueva adaptación. O absurdos como las maniobras de protección de la Disney que renueva el copyright de sus creaciones cuando éste va a expirar. No para protegerlos o restaurarlos, - alguien visto alguna edición en BlueRay de sus cortos clásico? Yo no - sino para seguir ordeñando la vaca. Sin contar con  que muchos otras obras, de autores esenciales como Oskar Fischinger, han quedado relegadas al olvido por la barrera infranqueable que suponen los derechos intelectuales. No pueden ser compartidas con las nuevas generaciones, incluso en esta época de hiperdifusión. 

Por supuesto, yo no tengo la solución. Pero sí sé que hay un problema. Y que este estado de cosas no beneficia a espectadores y artistas, sino a los intermediarios, llámense Disney o Netflix.

No les entretengo más. Como siempre, les dejo aquí el corto. Obra festiva y buen ejemplo de la animación musical, o música animada, tan característica de Paley

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