martes, 15 de junio de 2010

Rearrangements (y II)

Eusebio es el único que sostiene que en este reinado se produjo el éxodo de Israel dirigido por Moisés, sin que exista opinión alguna a su favor, sino que todos los autores que lo han precedido son de opinión contraria, como él reconoce.

Syncelo, Égloga Cronológica, comentando el resumen realizado por Eusebio de Cesarea de la historia de Egipto de Manetón.

Resulta curioso hasta que punto se han hecho populares las formulaciónes protestantes del siglo XIX sobre la cronología bíblica. Por ejemplo, en la memoria de todos se halla el dato de que el inicio del mundo tuvo lugar en el 4004 a.C. Sin embargo en la cronología de Africano que recoge Sincelo, el tiempo de compone de siete semanas de mil años, con su inicio en el 5500 a.C y su fin en el 1500 d.C.

Asímismo, en gran medida por la versión de Los Diez Mandamientos que rodará Cecil B. de Mille en los 50, todo asocimamos el éxodo y Moisés, encarnado por Chartlon Heston, con el faraón Ramsés II, en algún punto del siglo XIII a.C. Sin embargo, como muestra la lectura de Sincelo, siguiendo la historia de Maneton, la opinión mayoritaria era que el éxodo había tenido lugar mucho tiempo antes, en el siglo XVI a.C, cuando los reyes de la dinastía XVIII expulsaron a los invasores Hycsos del delta. Unos pueblos venidos la región siriapalestina que se habían adueñado de Egipto un siglo antes, y cuyo bajo dominio se creía que había tenido lugar la ascensión de José y la inmigración de los israelitas.

Ahora bien, como bien señala Sincelo había una opinión discordante, la de Eusebio, el cual afirmaba que ése exodo había tenido lugar en tiempos de un faraón llamado Cenqueres ¿Y quién era ese Cenqueres? Pues para nuestra sorpresa, no Ramsés II, sino el famosísimo Tutankhamon, el último representante de la dinastía XVIII, antes del interregno de Ay y Horembeb, y la ascensión de la dinastía XIX bajo Ramsés I.

Entonces... ¿Por qué nuestra fijación con Ramsés II? Curiosamente, Flavio Josefo, el historiador judío del siglo I d.C, en su Contra Apión, en el que intentaba defender el judaísmo contra los infundios de los paganos, recoge un extenso fragmento de Manetón (que nos hace pensar en lo que nos hemos perdido con la desaparición de esta obra) en el cual se nos narra como un faraón egipcio (aparentemente Amenofis III el padre del famosísimo Amenofis IV/Ikhnaton) ordena limpiar de enfermos y leprosos Egipto, encerrándolos en un de las ciudades del delta, la Tanis/Avaris, lo cual lleva a una rebelión entre esos desertores, liderada por un sumo sacerdote de nombre Osarsef, al cual se unieron los habitantes de palestina. Una revuelta que duraría largos años hasta el reínado de un Ramsés y la expulsión de los rebeldes.

¿Y que tiene que ver esto con el Éxodo? Pues ni más ni menos que el sacerdote Egipcio Osarsef, cuando son derrotados y expulsados los rebeldes, cambia su nombre por el de Moisés, y crea una religión basada en la egipcia para los fugitivos, mezcla de palestinos y de egipcios desterrados (y no olvidemos que habían sido desterrados por ser leprosos). Una versión que Flavio Josefo se desvive por desmentir, dado los aspectos negativos que tiene sobre su pueblo y su religión.

Y Finalmente ¿Qué hay de cierto en todo esto? Sí sabemos que el periodo que media entre el Merneptah, el sucesor de Ramses II, y Ramses III, el fundador de la dinastía XX, es un tiempo de crisis para el Egipto del Imperio nuevo, en el cual pierde sus posesiones en Palestia y ve incluso amenazada su propia existencia ante el ataque de los pueblos del mar, derrotados finalmente por Ramsés III. Un tiempo de confusión en el que un aventurero asiático, Bay/Irsu, logra hacerse con el poder casi absoluto en Egipto, casi desplazando al faraón, y caracterizándose su gobierno por el despreció a las costumbres egipcias y la anarquía, según narra el papiro Harris, para culminar en su ejecución bajo el faraón Shipta.

Extrañas coincidencia. Puesto que bajo ese disfraz elaborado de un segundo éxodo, casi parece que Manetón nos haya conservado la peripecia de ese aventurero.

2 comentarios:

anarkasis dijo...

olvida usted contar parte del entramado que da la salsa a esta "historia de las historias borradas"
Flavio Josefo escribe contra Apión como abogado defensor del pueblo Judío en causa general en Roma.
Apión era el acusador, y argumenta que Maneto, (Manetón) escribió para corregir las mentiras contadas por los judeos, estariamos hacia el 273 en que Tholomeo II fundando la biblioteca de Alejandría convocó a los judeos para que escribieran la biblia en griego (la de los 70), este mismo argumento fue usado, por el propio Josefo, "luego despues escribio Maneto en contra", dice.
Tras perder la causa quedó bien claro que para la supervivencia del pueblo judeo era vital que desapareciera este texto.
Es imposible que un texto tan enorme, y extendido, por las bibliotecas no sobreviviera de él ni un ápice.
Tenemos que concluir que se le buscó para destruirlo desde que le hizo puntería este otro historiador, FLAVIO JOSEFO.
No existe ningún registro del "exodo", y la argumentación de Maneto "maomeno" transcrita por Josefo dice lo mismo
usease "pudieran ustedes confundir en la tradición oral eso que dicen que pasó, con cualquier otra cosa, por ejemplo esa"

La Historia no necesita encajar ningún suceso con la biblia.

(No le aconsejo comprar el maneto de Cesar Vidal) Está "gratis" en internet pero principalmente porque bienpagá fue de los gentiles, hasta para traducir la "estela de israel"

David Flórez dijo...

Si, por supuesto que la historia no necesita encajar ningún acontecimiento de la biblia, pero me llaman mucho la atención estas polémicas de la antigüedad sobre cuando pudo ser, tanto por la cantidad de información extra que aparece (esa otra versión de que el éxodo se debió a que los judíos eran leprosos expulsados por los egipcios, o las relaciones adulteras de María con el centurión Pantera), así como las diferencias entre lo que creían los cristianos medievales y lo que creen los integristas de ahora mismos, por ejemplo, esa asociación del éxodo con Ramsés II