martes, 12 de enero de 2010

Magic Worlds





Mahou Shoujo tai (Tweeny Witches) es una de las series más curiosas de la producción reciente de anime.

En primer lugar el target al que va dirigido son las niñas de alrededor de 12 años, cuya edad comparten las brujas protagonistas y por lo tanto podría pensarse de esta serie que es semejante a producciones similares occidentales de todos conocidas, productos completamente vacíos de cualquier sustancia, apenas una exusa para vender cachivaches inútiles. Sin embargo, esta serie del 2004 fue producida por el estudio 4ºC, caracterizado por haber creado películas eminentemente experimentales, como fueran Mind Game o Tekkon Kinkreet, y esta serie no desmerece, puesto que se caracteriza por una animación de sorprendente calidad, casi cinematográfica, una inquitud por buscar posiciones y movimientos de cámara inesperados y de montarlo todo en un montaje casi a hachazos que confunde y desorienta al espectador

Una forma de hacer que no parece la más aproiada para ganarse el favor del público objetivo, esperando productos más sencillos, y que parece orientada a públicos más adultos, o mejor dicho, más entendidos, para los que este producto estaba destinado a pasar completamente inadvertido, si no hubiera sido por el boca a boca y la internet.

Una discordancia que no sólo se limita a la forma, sino que afecta al contenido, vacío de la obsesión con la moda y los novios que parece ser lo único que debería llenar la mente de las adolescentes (o preadolescente) pero que en este caso se adentra en territorios que pensaríamos vedados, como es la conciencia de la muerte real, irremediable y sin salida, las tensiones que provoca la guerra en el interior de las sociedades enfrentadas, revelando sus divisiones y acerbándolas, o la injusticia intrínsica de esos mismos sistemas políticos donde nos vemos obligados a dejar transcurrir nuestra existencia y que aceptamos simplemente por no existir la posibilidad de otros.

No es una serie redonda, no obstante, muchas veces da la impresión de que la historia contada se pierde en meandros y disgresiones, como si su estructura se hubiera sacrificado en arás de un resultado más experimental o simplemente poco corriente. Sin embargo, en el balance final, los defectos quedan completamente equilibrados por la manera de la animación, que no su calidad, ese concepto que se utiliza normalmente con un significado meramente técnico, como si se redujera a poner dinero. En este caso, esa calidad se traduce en la utilización de unos diseños de personajes alejados de los moldes habituales del anime, especialmente para los secundarios, y que son animados de manera especialmente expresiva, no sólo en los movimientos y expresiones, de los que esta serie rebosa, sino en la libertades que se toman con ellas, sin miedo a salirse del modelo cuando es necesario.

Unas características, que si ya eran llamativas en el pase televisivo, brillan con todo su esplendor en la edición en DVD, donde las preview de cada capítulo, a las que pertenecen las capturas de arriba, han sido tratadas como cortos independientes, cada uno recibiendo un estilo propio y singular.

Y por si les quedaba alguna duda, les incluyo el largo opening de la serie en la edición DVD

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