he comentado ya, en varias ocasiones, mi admiración por el trabajo del estudio
Shaft, y pudiera parecer, por mis anotaciones, que su base temática es la misma que la de
Kyoto Animation, lo que muchos llamarían, con aire de desprecio, la vertiente
blanda del anime.
Sin embargo, la serie
Sayoonara, Zetsobou Sensei, basta para disolver ese aparente engaño, demostrando que saben moverse tan bien en lo
blando, como en lo
duro. Una
dureza encarnada por una visión satírica y sarcástica de los tics de la sociedad japonesa, en la que nadie se salva, puesto que cada personaje de la serie encarna un defecto de esa sociedad, que se satiriza hasta llevarla al absurdo.
Un juego que continúa en los
endings de la serie, como es el caso de éste de la segunda temporada.
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