domingo, 8 de octubre de 2017

La lista de Beltesassar (CLXXXIX): Ah Pook is here (1994) Philip Hunt






















Como todos los domingos, continúo con mi revisión de la lista de cortos animados realizada por el misterioso profesor Beltesassar. Esta vez ha llegado el turno de Ah Pook is here (Ah pook está aquí) corto  realizado en 1994 por el animador británico Philip Hunt.

Este corto es otro ejemplo más de la versatilidad de la animación. Hunt ha utilizado unas grabaciones antiguas del escritor William Burroughs y ha procedido a ilustrarlas en formato animado, en concreto con stop-motion, apoyada con procesamiento por ordenador. Adaptar a Burroughs no es tarea fácil, sea con imagen real o con animación. Este escritor americano es conocido por su novela The Naked Lunch (El almuerzo desnudo), que comienza de manera quasi realista, pero pronto deriva hacia un viaje psicodélico hacia una zona, la zona, de localización imprecisa, limbo entre diferentes dimensiones y mundos. Movimiento paulatino, pero irreversible, de lo real a lo irreal que es producto del generoso consumo de drogas, tanto por parte del protagonista de la novela como del propio escritor.

Con esos antecentes, ya pueden imaginarse que la grabación de Burroughs no es un texto cómodo ni conformista. Nada que ver con el deseo de no ofender a nadie que astraga a nuestras manifestaciones artísticas actuales y que acaba por desembocar en el no decir nada, mucho menos aportar algo de substancia. En este caso, Burroughs aborda el tema de la destrucción nuclear, señalándola como hito fundamental en la historia moderna, pero trasladándola a un  ámbito místico-religioso. Como si una divinidad de otra mitología ajena a Occidente, como podría ser la maya, se hubiera manifestado gracias a las detonaciones atómicas. Idea, por cierto, que el propio Lynch ha utilizado en su resurrección de Twin Peaks.

Esa manifestación, sin embargo, es a pesar y a expensas de la humanidad. Ah Pook, creemos intuir, no es otra cosa que la muerte, la de todo el género humano y la de la vida en la tierra. Su dominio ha llegado al fin, de mano de unos aprendices de brujo involuntarios, y pronto se extenderá por todo el orbe, sin excepciones, perdones o amnistías. En ese proceso de extinción del ser humano no es otra cosa que herramienta, catalizador si se quiere ver así, a las ordenes de entidades superiores, los llamados control y el control del control, que son los que realmente dictan las órdenes. En esta jerarquía nueva, la cooperación y la necesidad de entidades humanas sólo se debe a un factor organizativo. Como toda burocracia, también la muerte necesita de tiempo para instalarse, preparase y arrancar. Tiempo y tregua que sólo pueden suministrárselo los humanos.

Así, el planeta Tierra que representa Hunt no es otra cosa que un globo estéril y desolado, en el que sobresalen las construcciones puntiagudas, hostiles, de la civilización. O al menos eso es lo que somos llevados a suponer, puesto que alrededor de ese mundo orbitan cohetes, misiles y bombas atómicas, prestas a ser utilizadas contra sus lugares de origen. Desde el espacio, además, observan seres deformes, construidos con partes de diferentes cuerpos, vagamente humanas, que discuten, en las palabras de Burroughs, la nueva situación. Ese dominio absoluto de Ah Pook y de la muerte que es su esencia. Muerte que más vale acelerar que retrasar.

No les entretengo más. Como siempre, les dejo aquí el corto. Obra agría y descarnada, pero que no desentona con los tiempos que corren, de auténtica locura colectiva.

AH POOK IS HERE from STUDIO AKA on Vimeo.

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