lunes, 9 de febrero de 2009
The Harsh Truth
Continuando con el miniciclo dedicado a la guerra del Viet-Nam que me ha ocupado estos dos últimos fines de semana, le ha llegado el turno a Winter Soldier, documental de 1971 que resume las declaraciones públicas en la que veteranos de Viet-Nam informaron al pueblo americano de las atrocidades que se estaban cometiendo en su nombre en el país del Sudeste Asiático.
El nombre de la película hace referencia al invierno de 1776, cuando las tropas de Washington tuvieron que invernar en Valley Forge en condiciones penosas, oponiendo el soldado de invierno, sujeto a toda clase de penalidades y dificultades que no recibirán elogios ni recompensas y que se realizan por mero sentido del deber y patriotismo, con el soldado de verano, que marcha de victoria en victoria, entre aclamaciones y vítores, sin tener que plantearse a cada momento la razón de su causa y su combate.
Porque más allá de la denuncia de unas atrocidades, en las que los declarantes se vieron personalmente envueltos y en muchos casos fueron ejecutores voluntarios y conscientes, sin llegar a plantearse su moralidad hasta que no se vieron de vuelta a casa, lo que esta película propone si se mira más allá de la marea de declaraciones, abrumadoras hasta dejar insensible al espectador, es toda una reevaluación del patriotismo, bajo la óptica del soldado de invierno.
Dicho en otras palabras, ¿Quién es el auténtico patriota? ¿Aquél que obedece las órdenes sin rechistar, por muy crueles y despiadadas que sean, simplemente porque sirven a la causa, aunque su ejecución niegue todos los ideales por los que se está luchando? ¿O lo es el que se atreve a decir basta, se aparta de aquellos que engañaron a todo un país y a todo una generación, y lucha por que lo que el sufrió no tengan que sufrirlo otros, por recuperar el honor y la fibra moral de un país, hasta entonces admirado por todo el mundo?
Una postura moral que, llevada al extremo, llevó a hombres profundamente patriotas y orgullosos de servir en el ejército de su patria, a arriesgar todo lo que habían obtenido en su ejercicio y a renunciar a lo que les había sido concedido, puesto que estaba manchado con sangre y constituía una impostura que no se podía mantener por más tiempo.
A menos que se quisiera destruir la propia patria y convertirla en aquello contra lo que se luchaba.
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6 comentarios:
¿Dónde están los militares como MacNamara echándole toda la culpa a la televisión y a los periodistas? Y para colmo hay cierto consenso al considerar la Guerra del Vietnam como la última guerra con verdadera libertad de movimientos sobre el terreno para los periodistas, más allá de las posteriores decisiones de despacho que influían en la presentación de las informaciones. Los militares han impuesto su doctrina: No digan nada hasta que la guerra haya acabado, entonces cuéntenles quién ha ganado.
Verdaderos hombres, no patriotas, como Ronald Haeberle. Suyas fueron las fotografías tomadas el 16 de mayo de 1968, y no publicadas hasta 18 meses después. Las que llevaron al conocimiento de la masacre en el pueblo vietnamita de My Lai (504 personas asesinadas en una orgía de sangre).
Yo cuando escucho la palabra patriota siempre me acuerdo con una sonrisa de aquella escena de Fuller en Manos peligrosas. "Me va a hacer besar la bandera?"
Un saludo
Tomás
Bueno, básicamente fue lo que hicieron estos Winter Soldiers, tener el valor de denunciar los hechos atroces en los que habían estado envueltos, y renunciar públicamente a sus grados y condecoraciones, arrojándolas al suelo frente al capitolio, que es lo que muestran las escenas finales...
"...arrojándolas al suelo frente al capitolio..".
Michael Moore debió tener un orgasmo con esa escena. Se le abrió el cielo...The Awful Truth.
Ironías aparte, el documental Winter Soldier tiene muy buena pinta. Y los derivados de Iraq y Afganistán.
Tomás
Bueno, cada documental tiene su propio sabor.
Winter Soldier es más "mostrativo" por seguir al detalle sin añadir nada las sesiones públicas en las que los "Winter Soldiers" informan de los hechos en que se vieron envueltos.
Hearts and Minds es dialectico y argumentativo, intentando desmontar las declaraciones realizadas con la contrapasición de otras imágenes y declaraciones.
Ambos muy interesantes e ilustrativos, especialmente porque muestran lo que ninguna película del Viet-Nam ha mostrado, como una democracia llega a cometar conscientemente crímenes de guerra, junto con la profunda división, cercana casi al conflicto civil, que el descubrimiento de estos hechos produjo en América
si Tsun Tzu levantara la cabeza...
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