Ernst Von Gottsheim: The only really good thing about the whole affair is that a few million Jews no longer exist.
Conversación grabada entre los prisioneros nazis Ernst von Gottsheim y Eugen Horak, segun se recoge en Interrogations de James Overy.
Una de las constantes en las reacciones de los altos jerarcas nazis prisioneros de los aliados fue la de negar cualquier relación con los crímenes de guerra o contra la humanidad que se les achacaban, incluso cuando existían pruebas abrumadoras relativas a su implicación. O bien no tenían noticia, o bien los hechos habían sido perpretados/ordenados por otros jerarcas, preferiblemente muertos o desaparecidos, como Hitler, Himmler o Bormann, llegándose de esta manera a situaciones absurdas, como que Kaltenbrunner, el jefe de la RSHA (oficina de la que dependia la Gestapo y quien se encargo de la solución final) tras el asesinato de Heydrich en 1942, negase haber firmado los documentos que se le presentaban con su firma, o que Walther Funk, director del Reichsbank, afirmase desconocer la existencia de los campos de exterminio, cuando en las cámaras acorazadas de ese banco se guardaban sacas con los dientes de oro arrancados a las personas asesinadas en los campos.
Muy distinta era la actitud de los mandos intermedios, de aquellos que no habían estado tras la una mesa de oficina, encargados de extender las órdenes u firmarlas, sino que habían participado directamente en el extermino, como Otto Ohlendorf, al mando de uno de los Einsatzkommandos que exterminaron en 1941 a gran parte de los judíos soviéticos, el mismísmo Rudolf Höss, comandante del campo de Auschwitz, o Dieter Wisliceny, subordinado de Eichmann y a cargo de organizar la deportación de los judiós de Europa Occidental y los Balcanes hacia el campo antes citado. Todos ellos, sin excepción, aceptaron colaborar con los aliados, relatando con todo lujo de detalles lo que había ocurrido.
Eugen Horak: I have not anything against the gas chambers. A time can come when it is useful to the race to eliminate certain elements. Extermination is one thing, but there is no need to torture your victims beforehand.
De la misma conversación antes citada.
Este fragmento resume la actitud con que los estos mandos intermedios presentaron su testimonio. Frialdad y profesionalidad. Muchos de ellos no podían concebir que hubiesen cometido un delito. Había recibido órdenes, cuyo sentido era evidente, y las habían cumplido con la mayor eficacia, para rendir cuentas luego con la mayor precisión antes sus jefes, de la misma manera que ahora hacían frente a sus interrogadores.
Lo único que parecía molestarle era los actos de tortura y crueldad realizados en el curso de esas acciones, no por el sufrimiento de las víctimas, que para los nazis eran subhumanos que debían ser eliminados antes de que infectasen al resto de los seres humanos, sino por el daño psicológico que esas acciones podían causar en los soldados alemanes, así a los fusilamientos masivos de los Einsatzkommandos en Rusia, donde los verdugos estaban en contacto directo y casi físico con sus víctimas, sucedió la asepsia casi científica de los camiones/camara de gas y de los campos de exterminio, donde las tareas más repugnantes eran realizadas por voluntarios de la zona o por los mismos prisioneros, para así evitar que la realización de esos actos de crueldas, de las torturas de las que se escandalizaba el prisionero interrogado, pudieran afectar permanentemente a los miembros de la raza superior.
Question: What was the total number that you understood had been affected in Poland?
Answer: In case the figure mentioned in this table, 3.300.000 is correct. I am absolutely convinced that by October 1944, every single one had been exterminated.
del interrogatorio a Dietrich Wisliceny, lugarteniente de Adolf Eichmann, según se recoge en Interrogations.
De este clima de total colaboración, donde los mandos intermedios responden a los interrogadores aliados con la misma franqueza y detalle que harían con sus jefes, surge una de las mayores sorpresas del libro. La famosa cifra de los seis millones de judios no fue producto de la investigación aliada, sino que la proporciono Dieter Wisliceny que incluso desgloso país, por país cuantos judiós habían sido exterminados en cada uno, cuando, y en cuantas etapas se completaron las deportaciones/ejecuciones.
Por supuesto, Wisliceny no era un cualquiera, como lugarteniente de Eichmann, el cual lo era de Heydrich, impulsor en la conferencia de Wansee en 1942 de la solución final, había estado a cargo de la contabilidad del exterminio, de la organización de los transportes que llevaban a los judíos a los campos de exterminio, e incluso, en el caso de Grecia, Hungria o Eslovaquia, participo personalmente en las deportaciones. Desde ese puesto, pudo dar una visión completa, como digo, de como se había desarrollado la solución final y de cuales habían sido sus resultados, incluso señalando los posibles errores de contabilidad o las cifras que no eran segura, de forma que la investigación reciente a lo más que ha llegado es a corregir algunas de las cifras suministradas por él, pero no el cómputo total.
Question: How did the gassing took place.
Answer: It was all below ground. In the ceiling of those chambers, there was three or four openings that were fenced around with a grating that reached to floor of the gas chamber, and through these openings the gas was poured into the gas chambres.
Q: And then what happened?
A: The same thing happened as I already told you happened in the farm houses. It depended on the weather conditions. If it were dry and a lot of people were in the gas chambers, it was comparatively fast.
Q: How long a time did the gassin take?
A: As I already stated, from three or five minutes to fifteen minutes.
Interrogatorio de Rudolf Höss, comandante de Auschwitz, según se recoge en Interrogations
Una frialdad, una sinceridad, la del que ve el exterminio de millones de personas como un mero trabajo más que alcanza su culmen en el testimonio de Rudolf Höss, capaz de describir con toda naturalidad y precisión el funcionamiento de un campo de exterminio, de forma que la imagen que tenemos de ellos sigue siendo la creada por sus propias palabras y transmitida desde entonces.
La de una auténtica factoria de la muerte que funcionaba a plena potencia.
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