domingo, 12 de noviembre de 2017

La lista de Beltesassar (CXCIII): Big Buck Bunny (2008) Sacha Goedegebure























Como todos los domingos, continúo con mi revisión de la lista de cortos animados realizada por el misterioso profesor Beltesassar. Esta vez ha llegado el turno de Big Buck Bunny  corto  realizado en 2008 por la animadora holandesa Sacha Goedegebure, para la Blender Foundation

Les adelanto que tengo especial tirria a este corto. En uno de mis viajes de trabajo, a una feria profesional en Estocolmo, lo tuvimos en reproducción continua en el stand donde presentábamos. Durante dos días enteros. Meses más tarde, aún era capaz de reproducirlo por entero en mi memoria, sin fallo alguno, e incluso creo que llegué a tener pesadillas. Por suerte, cuando lo he visto esta mañana, he descubierto, para alivio mío, que lo había olvidado por completo. Por desgracia, mi opinión no ha mejorado en lo más mínimo. 

Es obvio que cualquier obra, maestra o no, vista en esas condiciones acaba forzosamente por generar alergia. Sin embargo, Big Buck Bunny es un mal corto, cuando no  sencillamente pésimo. Parte de un iniciativa loable, promovida por la Blender Foundation, que se propone hacer accesible la animación 3D a todo animador, mostrando como se puede crear 3D de altísima calidad con herramientas de software libre. Es decir, sin tener que invertir en costosas licencias y con equipos comerciales al alcance de todos los bolsillos. Ese objetivo está más que cumplido, puesto que Big Buck Bunny, se halla al nivel de la 3D comercial de su tiempo. La pena es que en el ámbito artístico está muy por debajo, tanto de la comercial como de la experimental/independiente.

La razón es que Big Buck Bunny es un refrito. Como si del menú de una aplicación se tratará, los creadores del corto parecen haber elegido una serie de opciones ya prefijadas e inamovibles. Las que suponen hacen un corto de animación grande, pero, por el contrario, sólo vienen a demostrar la falta completa de inspiración de sus animadores. La más visible y repelente es una música incidental grandilocuente, genérica hasta el empalago, que parece más una fusta con la que azuzar al público para que reaccione cuando debe. Por ello mismo, no pasa de disfraz para ocultar vergüenzas y defectos, en vez de soporte esencial, inseparable de las imágenes, como ocurría en los cortos clásicos de la Wagner. 

Un estilo admirable, el de esa productora americana..convertido en clásico y en modelo a seguir por cualquier autor que se precie, que me temo, ahora crea más daño que beneficios. No ya porque se manufacturen copias, incluso fotocopias, sino porque se toma lo superficial, lo fácil, mientras se olvida lo esencial, lo difícil. El hecho de que los cortos de la Wagner partían de modelos vivos, de arquetipos procedentes del teatro y de la literatura popular - el aprovechado, el truhán, el fullero, el pícaro, el perdedor, el pusilánime, el medroso, el cobarde - que eran reconocibles inmediatamente por su público, acostumbrado a verlos tanto en la realidad como el ficción, en la escalera de su casa y sobre las tablas de los escenarios. 

Por el contrario, en estas copias postmodernas, todo suena a falso, ya que ese contacto con la realidad se ha perdido. Se nota demasiado que lo único que se busca es una excusa argumental para enhebrar una serie de catástrofes circenses, único medio imaginable para el lucimiento técnico. Trastazos y cacharrazos que no obedecen a ninguna lógica de los caracteres de los personajes ni a las relaciones entre ellos, un trasfondo que cualquier film del periodo mudo o corto de la Warner era capaz de establecer en medio minuto, sino que están ahí porque sí, sin venir a cuento. Como excusa para montar una demo del producto, que en medio año estará ya anticuada. Carcomida y podrida.

No les entretengo más. Como siempre, les dejo aquí el corto. No hace falta que lo vean, ya que no quiero amargarles el día. En todo caso, como penitencia.


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