domingo, 27 de agosto de 2017

La lista de Beltesassar (CLXXXIV): Giant Steps (Pasos de Gigante, 2001) Michal Levy





















Como todos los domingos, continúo con mi revisión de la lista de cortos animados realizada por el misterioso profesor Beltesassar. Esta vez ha llegado el turno de Giant Steps (Pasos de Gigante) , corto realizado en 2001 por la animadora israelí Michal Levy.

Casi desconocida para el gran público - y la mayor parte de la crítica -, la animación abstracta es una tradición fundamental en la historia de esta forma, tan rica como cualquier otra. Su fundación se produce apenas una década tras el primer corto animado reconocido como tal, el Phantasmagorie de Émile Cohl, cuando en 1921 Hans Richter y Walter Ruthman estrenan las primeras abstracciones en movimiento. Estos creadores seguirían luego caminos opuestos, Richter hacia el dadaísmo/surrealismo, Ruthman hacia el documental, pero las bases habían quedado ya establecidas, como unos años más tarde demostró el también alemán Oskar Fishinger. El primero en llevar esta forma a su plenitud.

Se trataba, en pocas palabras. de crear música visual. De lograr que forma, línea y color danzasen en la pantalla, siguiendo en sus combinaciones las mismas relaciones tonales que regían el otro arte, el sonoro. En esa labor, la música real podía jugar papeles muy distintos, en un amplio rango que abarcaba dos extremos contradictorios. Las imágenes podían crecer sobre la estructura provista por la música, de manera que su sentido se perdía si ésta desaparecía. Por el contrario, la música podía ser un mero acompañamiento, de manera que diferentes partituras fueran intercambiables, siempre que compartiesen una trama rítmica común. O incluso podía ocurrir que ambos componentes adoptasen el papel de una pareja de baile, reaccionando el uno a los movimientos del otro, compenetrándose y acompasándose. 

Opciones distintas, a las que podemos añadir fenómenos como la sinestesia, ya fuera natural, presente en el animador, inseparable de su forma de percibir al mundo, o artificial, en la que se intentase hacer visible la música a aquellos que no estamos conectados cerebralmente de esa manera. Variedad infinita, por tanto, adaptable y propicia a casi todos los caracteres creativos, pero con una base fundamental. La alegría y el gozo. Esa visualización de la música, ese carácter de danza, tornan la abstracción animada, la música visual, en todo lo contrario del pesimismo o del desánimo. Puede ser un error mío, una desviación de mi sensibilidad, pero en todos estos cortos abstractos hallo una afirmación sin fisuras de la vida, en la que no caben temores ni amarguras, mucho menos pesimismos. Tanto por esa deriva musical, como por el carácter de victoria que todo corto abstracto presenta, una vez terminado.

Giant Steps no es una excepción. Uno por uno, todos los rasgos - y retos -  de la animación abstracta son visitados, aceptados y cumplidos. La adaptación a una partitura, la construcción de un mundo propio, el tránsito de la simplicidad desnuda a la complejidad abrumadora. La alegría y el goce desbordante. El placer que se deriva del mero hecho de ver, de anegarse en formas, líneas y colores en continua transformación y movimiento. En anticipar lo siguiente que será creado, el modo en que nacerá, se extenderá y perecerá. 

No les entretengo más. Como siempre aquí les dejo el corto. Disfrútenlo, relájense y no piensen en nada. Permitan que sus imágenes les aneguen y arrastren.


Giant Steps by Michal Levy from Csongor Fabian on Vimeo.

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