viernes, 4 de julio de 2008

Fiction and Reality



Siguiendo el festival Bakshi que empecé hace unos fines de semana, le ha llegado el turno a Heavy Traffic, esa especie de Portrait of the Artist as a Young Man que el animador americano rodara en 1973.

Y tengo que decir que no sabía muy bien que contar en esta ocasión, no porque la película no me hubiera gustado, que lo ha hecho y mucho, sino por el temor a repetir lo que ya había dicho en la entrada dedicada a Fritz the Cat.

El caso es que allí comentaba como la autoría del filme se diluía entre Crumb y Bakshi, lo que podía hacer pensar que lo bueno que en ella hubiera se debía al dibujante/guionista y no al animador director. Una conclusión perfectamente legítima y no muy errada en ocasiones, que Heavy Traffic se encarga de desmentir, ya que en ella encontramos la misma visión ácida, descarnada y trágica de la realidad de ese tiempo, un Nueva York escindido en razas, comunidades edades, sexos,en guerra de todos contra todos, y que se muestra sin ningún tipo de tapujos y componendas, excepto que en esta cinta se observa una cierta ternura, un no caer en el más absoluto de los cinismos y desengaños, que es inimaginable en Crumb.

No es que esta cinta sea "blanda" o que trate de hacerse pasar por avanzada. rompedora y subversiva, siendo en realidad todo lo contrario. Una comparación de los mundos representados en Heavy Trafic y Fritz the Cat, con la continuación de esta última,The nine Lives of Fritz the Cat, rodada por Taylor/Halliday/Monte, nos muestra lo que es una auténtica vulgarización/atenuación de un contenido supuestamente ácido, duro y bronco. En efecto, en The Nine Lives of..., el sexo, la violencia, el racismo no pasan de chiste, de excusa para pasar un rato divertido con un contenido, como digo, aparentemente subversivo. En las obras citadas de Bakshi, como ya indique en ese momento, las bromas no existen, quien da un patinazo habrá de sufrir las consecuencias, que pueden suponer incluso la muerte. En cierta manera, se muestra todavía en la estela del cine y la novela realista, donde las acciones presentes y pasadas decidían el futuro de los personajes... un futuro que solía ser bastante negro y descarnado, sólo que en esta ocasión, en Heavy Traffic, hay como digo, una cierta ternura ocasional, la del que habla de su barrio y de su gente.

Con esto llegamos a otro punto importante, el hecho de que Bakshi sea uno de los cineastas que se manifestado más claramente en su obra contra el racismo y la segregación racial. La Negritud es una constante en ambas obras, encarnada en Heavy Traffic por la curvilínea amante del protagonista/alter ego del autor, una negritud que no es una anécdota pintoresca o colorida, sino que es observada con la mirada de alguien que la conoce de muy cerca y convivido con ella. De ahí que en Bakshi se produzca un pequeño milagro ya que el toma la caricatura racial utilizada de siempre para representar a los negros en la cultura americana (labios enormes por ejemplo) , y la vacía de todo su contenido denigratorio, la convierte en algo de lo que puede uno enorgullecerse, como demuestra el hecho de que en un tiempo en que esa caricatura se ve como algo del pasado, las películas de Bakshi son muy queridas por la población negra, precisamente por ese retrato cercano y admirativo que hace de ellos (y es una pena que el miedo a alguna reacción airada esté bloqueando la edición de Coonskin)

Y con eso llegamos a la conclusión a la que quería llegar, en una entrada que preveía corta, pero que se me ha disparado. Como se puede apreciar de las capturas, si Bakshi hubiera rodado esta película en imagen real, como ocurre con las escenas que cierran la cinta, no hubiera pasado de ser otra película concienciada más los setenta, una obra que nos parecería cutre, por ese realismo absoluto que impone la fotografía. Trasladada a la animación, estilizada, reintrepretada y reinventada, la película pierde toda la suciedad, el polvo y la guarrería adquiridas y se convierte en una obra notable, al liberarse de la objetividad supuesta, recuperar su libertad y poder tirar en la dirección que le apetezca.

Que es en lo que estriba la superioridad de la animación sobre la imagen real, al igual que la poesía es superior a la novela.

1 comentario:

Tomás dijo...

Ficción y realidad
La realidad y las imágenes
Realidad y azar
Azar y ficción
El azar
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Un píxel, dos pixels

Tomás