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viernes, 17 de abril de 2020

Influencias y fertilizaciones (y III)





































El formato de compilación de cortos, al que pertenecían las dos partes de Genius Party, no es una excepción en el mundo del anime. Algunas de las mejores películas de anime -o al menos de las que han permanecido en la memoria del aficionado- se han construido como colecciones, en las que han participado nombres de la categoría de Satoshi Kon o Katsuhiro Otomo. Hace un lustro, en 2014,  se lanzó una de las ultimas propuestas en en ese formato: el proyecto Nihon Animeta Mihonichi,o Japan's Animator's Exhibition. Bajo el patrocinio de Hideaki Anno y su estudio Khara, su objetivo era servir de muestrario del trabajo de animadores de renombre, permitiendo que se expresasen fuera del corsé de las series y películas de anime, demasiado orientadas a satisfacer las apetencias de los otakus.

Como ya sabrán, toda compilación, ya sea de animación o de cine normal, tiene un grave defecto de origen. Las intenciones, estilos y calidad de cada una de las contribuciones suelen ser muy diversas, cuando no contradictorias, por lo que el conjunto se resiente por la falta de un acabado común. Sin contar que las mejores obras pueden quedar obscurecidas por las mediocres y malas. En especial, cuando éstas son mayoría. En el caso concreto de Nihon Animeta Mihonichi hay cortos magistrales, algunas obras maestras, y mucha moralla. Vayamos uno a uno.

Ryū no Haisha (El dentista de dragones, 2014)  de Ōtarō Maijō es el quizás el corto más normal de la colección, en el sentido de ser aquél que un aficionado medio puede identificar con un anime al uso. No es sorprendente que luego fuera el único en ser ampliado a la longitud de largometraje, ya que era el único que tenía posibilidades comerciales. Sin embargo, en su formato original es bastante insatisfactorio, puesto que no se arriesga en absoluto, prefiere refugiarse en los tópicos habituales del anime y concluye antes de haber narrado algo de substancia.

HILL CLIMB GIRL (2014) de Azuma Tani, es un corto que adolece de un grave defecto estético. Una de las vías que han abierto las nuevas tecnologías es la de construir un corto primero en 3D para luego disfrazarlo de 2D. Aunque discutible, si se hace bien puede llevar a resultados magníficos, como demuestra el caso reciente de Kaijuu no Kodomo (Los niños del mar, 2019, Ayumu Watanabe). Sin embargo, en este caso se ve demasiado la tramoya, de forma que la animación final, salvo en ocasiones, se muestra torpe y mecánica. Algo nefasto para un corto que pretende ser energía desbocada.

ME!ME!ME! (2014) Hibiki Yoshizaki. Este corto, por sí solo, vale toda la colección -las imágenes de arriba son un pálido reflejo-. Es una de sus obras maestras, repleta de simbolismo, hermética en su significado, de una animación sin tacha,  dotada de una energía sin precedentes y un ritmo endiablado, además de perfecta fusión entre imagen y música que trasciende el subgénero del vídeo musical. Ambas secciones, la visual y la musical, narran una misma historia, pero desde diferentes puntos de vista que no son del todo compatibles, lo que no quita que casen y se complementen a la perfección, en una explosión de imágenes inquitantes y turbadoras, de una sexualidad -y violencia- desaforada y despiadada. Para culminarlo, el sentido y el posicionamiento final del corto quedan sumidos en la ambigüedad. ¿Es el reflejo de una fantasía sexista y misógina, en el que la mujer queda reducida a objeto de placer o animal feroz? ¿Es todo lo contrario, realizando una deconstrucción vitriólica de los símbolos de dominio masculino? Merece, en todo caso, múltiples visionados y un análisis detenido, junto con su pareja Girl (2015) Hibiki Yoshizaki, de la que hablaremos en otra entrada

Carnage (2014) Akira Honma, es un corto interesante que recuerda a C'era una volta il West (Hasta que llego una hora, 1968) de Sergio Leone. De impecable factura técnica y desarrollo preciso no pretende ser más de lo que es en realidad, sin meterse en aventuras o florituras. Deja muy buen sabor de boca, pero se olvida en seguida, como todo lo que se ha visto ya demasiadas veces.

Yasuhiko Yoshikazu Itano Ichirō Gensatsu-shū (Colección de Key Animations de Mobile Gundam Suit, 2014), de Mahiro Maeda & Takeshi Honda, es justo lo que su título anuncia: escenas del Gundam original de los 70 junto con los bocetos animados. Interesante, pero no sé que pinta en una compilación de cortos.

Nishi-Ogikubo-eki Toho 20-bu, 2 LDK, Shikirei 2 Kagetsu, Petto-fuka (A veinte minutos andando de la estación de Nishi-Obikubo, dos dormkitorios, salón. comedor, conica, dos meses de fianza, no se admiten mascota, 2014) de Mahiro Maeda & Takeshi Honda, es otra de las estrellas de la colección. La anécdota es sencilla, una joven se despierta reducida a un tamaño ínfimo, de forma que su novio la confunde con una cucaracha. Eso da lugar a una alocada persecución por todo el apartamento del título, convertido en espacio inacabable para la protagonista, que hace del corto un tour-de-force animado, al alcance sólo de un verdadero maestro.

until You come to me (2014) Tadashi Hiramatsu, es otro de los cortos al que no le veo razón para haber sido incluído en la compilación y que deslucen el conjunto. Se trata de una serie de planos fijos, con alguna animación muy limitada, que glosan los sucesos de la serie Neon Genesis Evangelion (1995, Hideaki Anno). Sin otro interés que el de ser un anuncio, por parte del estudio Khara, de la nueva seríe, aún inconclusa, de películas de Evangelion

Tomorrow From There (2014) de Akemi Hayashi es un corto que puede parecer simplista y simplón, pero que al encuentro un encanto especial. Narra las actividades rutinarias de una joven a la que se supone abrumada por algún desengaño, ya sea personal o profesional. Es en esa descripción minuciosa de lo banal y cotidiano, intrascendente e inofensivo, pero abrumador en ciertas circunstancias vitales, donde el corto brilla con luz propia. Con más fulgor y resonancia que muchos otros que sólo confían en la pirotecnia  cegadora y el estruendo  atronador.

Denkō Chōjin Guriddoman boys invent great hero (Electronic Superman Gridman: boys invent new hero, 20159)  de Akira Amemiya, es un ejemplo de esa vaciedad a la que me refería. Mirada nostálgica a una serie de los años 90, no va más allá de ese guiño a los fans de antaño, sin que su brillantez técnica llegue a compensarlo.

Yamadeloid (2015) Takashi Horiuchi & Masahiro Emoto. En apariencia, apretado resumen de un tópico narrativo del cine popular japonés: el samurai que se embarca en un viaje de venganza, eliminando un campeón tras otro, hasta llegar al final boss enemigo. Como otros cortos anteriores, podría haberse quedado ahí, en mero reto técnico sin mayor trascendencia, sino fuera por un giro final -que no voy a revelarles- que lo traslada a otro género muy distinto, además de incluir una muy necesaria ironía posmoderna. Notable, pero sin llegar a culminar.

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