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domingo, 19 de septiembre de 2021

Joze to Tora to Sakanatachi (Josee, el tigre y los peces, 2020) Kotaro Tamura

Por problemas de agenda, no he podido ver en pantalla grande Joze to Tora to Sakanatachi (Josee, el tigre y los peces, 2020), anime dirigido por Kotaro Tamura, así que he dedicado este sábado a verla en el salón de mi casa. Venía precedida por cierta fama y, en mi opinión, no está a altura de lo que prometía. Es cierto que su tema -los problemas de adaptación una joven inválida en un mundo que no tiene en cuenta su minusvalía- son de especial interés en nuestro presente, tan preocupado por reflejar las vivencias de los olvidados, ya sean éstos minorías, sectores marginales o personas desfavorecidas por una u otra razón. Asímismo, no se le puede negar su calidad técnica, que el ordenador ha hecho que parezca banal, pero que hace un par de décadas era un sueño inalcanzable, al menos de manera general. Sin embargo, a pesar de sus loables intenciones y de ese brillante acabado, el guion y su desarrollo deja mucho que desear, no sé si por falta de pericia o por deseo de agradar.

Me explico. Buscando en la Internet he descubierto que Joze to Tora to Sakanatachi está basado en un cuento del mismo nombre, escrito en 1983 por la autora japonesa Seiko Tanabe, que ha tenido otras dos adaptaciones fílmicas recientes en imagen real: una japonesa de 2003 y otra coreana de 2020. No he encontrado sinopsis del cuento, así que no puedo juzgar lo cercana que está el Joze  to Tora to Sakanatachi anime del material original, pero sí he encontrado las de los otros dos filmes y debo decirles que media un abismo entre ellas y el anime. En las dos películas de personajes reales, según deduzco, la relación entre los protagonistas, Jozé, la inválida, y Tsuneo, el joven que se introduce en su mundo cerrado, es mucho más amarga y cínica, repleta de esas pequeñas miserias y mezquindades que enfangan toda relación. En resumen, que no huyen de mostrar detalles escabrosos ni, mucho menos, del final infeliz.

¿A dónde voy? Que en el Jozee anime se ha procedido a una idealización. Se busca una belleza, rayana en la sensiblería, en donde se dulcifican los elementos más ásperos. Si, parece una contradicción, cuando la historia gira alrededor de una persona impedida, limitada por su silla de ruedas, discriminada por la indiferencia de una sociedad que no le reservan un espacio para que pueda desarrollarse. Marginalidad empeorada cuando a mitad del metraje pierde a su único familiar cercano, única protección que tenía frente a la pobreza. Sin embargo, a pesar ese aparente enfoque en la minusvalía, esas barreras con las que se enfrenta Joze no pasan de mención o de cliché. Por ejemplo, la escena en la que ambos protagonistas se encuentran, por una accidente de Joze con su silla de ruedas, en el anime acaba siendo una escena exagerada, antinatural, más propia de esas seres cómicas en donde un incidente provoca que los personajes tengan un primer conocimiento íntimo el uno del otro. No la mejor manera, en mi opinión, de dar inicio a ese tipo historia y establecer sus bases.

No ayuda tampoco que Joze se describa como una tsundere clasica, ese estereotipo femenino, tan común en el anime, que imagina una señora obsesionada con hacer sufrir a la gente que ama, sin profundizar en el porqué y cómo las dificultades que pueda haber experimentado han agriado su carácter. Falta de detalle -o desinterés- que nos lleva al gran problema, en mi opinión, de la película y su guion: la ausencia de un punto de vista claro. Durante la primera parte de la película, parece que el centro de la narración va a ser Joze y cómo consigue librarse de sus temores y rencores, pero a la mitad se descubre que en realidad lo que nos van a contar es como Tsuneo logra hacer realidad sus sueños, a pesar de las muchas calamidades que sufre. Mientras que Jozee, por el contrario, queda relegada al segundo plano y parece haber renunciado a los suyos.

Ese giro a mitad de camino crea problemas estructurales insolubles. La primera parte, la de Jozee, sufre de un efecto acordeón, no se llega a explicar de manera convincente como ella y Tsuneo intiman - ni que tienen en común, aparte de conveniencias de guion- al tiempo que se acumula un climax sobre otro: hay demasiados y llegan demasiado pronto, ya que hay que hacer espacio para el giro en el punto de vista de la segunda parte. Un tramo final en el que caemos en otro cliché bastante cargante, como les decía, la historia de superación del personaje masculino mediante a través del sacrificio del personaje femenino -causante, por su tozudez, de la desgracia de su enamorado-.

Y para terminar, resulta chocante que en una película que gira sobre la invalidez, los animadores hayan sido incapaces de reproducir como se anda con una muleta.

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