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domingo, 21 de octubre de 2018

La lista de Beltesassar (CCXXI): The Hunger Artist (El artista del hambre, 2002) Tom Gibbons

























Como todos los domingos, continúo con mi revisión de la lista de cortos animados realizada por el misterioso profesor Beltesassar. Esta vez ha llegado el turno de A Hunger Artist (Un Artista del Hambre), realizado en 2002 por el animador norteamericano Tom Gibbons.

Animador, sin embargo, es una etiqueta que se queda corta a este artista. Si buscan por la internet, llegarán a su web personal, donde, entre otras cosas, verán que se dedica también a la pintura y la escultura. Se trata de un artista multidisciplinar, un creador que no puede reducir su obra a un solo formato y debe plasmarla en múltiples ámbitos. En su caso, conseguir dotar de movimiento a sus diseños humanos esqueléticos, construidos con restos y desechos industriales, al mismo tiempo complejos mecanismos de relojería, estructuras a punto de quebrarse y desmoronarse. Es natural, por tanto, que la forma elegida fuera la animación fotograma a fotograma (stop-motion), unica manera de permanecer fiel a sus esculturas sin traicionarlas.

De igual manera, parece también natural que su primera adaptación fuera el cuento de Franz Kafa, Un artista del hambre. Si recuerdan, en esa narración se nos describe como un artista ya en decadencia, relegado a la penumbra por nuevas atracciones, decide llevar su arte al límite de sus posibilidades. No conoce otro y es ya demasiado viejo para mudar de ocupación, de manera que su única salida es llevarlo al extremo, en la esperanza de volver a granjearse el favor del público. Aunque sepa a la perfección que ese empeño acabará con él, puesto que su único saber consiste en consumirse a sí mismo, en ayunar hasta desaparecer por entero.

Riesgo al que debe enfrentarse todo artista, dilema insoslayable, entre perseverar en lo que se cree, aunque confluya en desastre, o abandonarlo cuando aún hay tiempo, aceptando la derrota y traicionándose a sí mismo. Como casi le ocurrió a Gibbons durante la creación de este corto. Realizado en solitario, en su propia casa, le llevó cuatro años completarlo. Un periodo en el que muchas veces tuvo que dejarlo apartado, sin saber cuándo o por cuánto tiempo podría reanudarlo, puesto que había que salir al mundo, a ganar algo de dinero, lo estrictamente necesario para pagar las facturas y comprar comida. Para no convertirse, él mismo, en otro artista del hambre.

El corto se halla así transido, de un extremo a otro, por un abrumador sentimiento de soledad e inutilidad. De la dolorosa consciencia de saber que de tu trabajo, de la consunción al que éste te aboca, sólo se aprovecharán otros. De la ingratitud natural del público, siempre predispuesto al olvido y a correr hacía la última novedad, sea buena, mala, o lo de siempre reciclado. De la soledad inherente a todo trabajo artístico, siempre disociado del mundo y de sus afanes, continuado por mera necesidad personal, ese saberse integro, uno, y no simple engranaje más en la maquinaria.

Pero, ¿sirve de algo? El artista del hambre del cuento desaparecerá sin dejar rastro, sin que quede nadie ya que sepa a cuento de qué permanece ahí una jaula vacía, sin utilidad. Este corto, por su parte, no pasará de ser una referencia obscura, una nota al pie de otra nota al pie en la historia de una forma secundaria y prescindible de la cinematografía, como ocurre con la animación. Por muy fascinante, original y brillante que sea.

No les entretengo más. Como siempre, aquí les dejo el corto. Obra notable que merece al menos una mirada, aunque luego se nos vaya a ir enseguida de la memoria, en este mundo donde nada queda, pero todo es urgente.


2002- the Hunger Artist pt1 (of 3) from tom gibbons on Vimeo.
the Hunger Artist pt2 from tom gibbons on Vimeo.
the Hunger Artist pt3 from tom gibbons on Vimeo.

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